Las temperaturas en los próximos cinco años pueden alcanzar hasta 1,5° C por encima de los niveles preindustriales, el límite establecido por los científicos para evitar graves consecuencias sobre la vida humana y los ecosistemas.
Se necesita una acción climática urgente y sostenida, advierten los expertos de las Naciones Unidas que recuerdan que la reducción de emisiones a causa del COVID-19 no es ni será suficiente.
El junio de 2020 fue el segundo más cálido de la historia, superado por el de 2019 por apenas 0.01 grados centígrados. Los últimos cinco años fueron los más cálidos desde que hay registros, y el panorama para los próximos cinco años indica que el calor continuará rompiendo récords, informó la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
En el último año, las temperaturas han estado en promedio un 1,3 grados por encima de los niveles preindustriales y predicciones climáticas indican que la tendencia continuará: es probable que la temperatura media mundial anual esté por lo menos un grado por encima en cada uno de los próximos cinco años (2020-2024).
En algunas partes de la tierra será más seco de lo habitual, en otras más lluvioso
Las probabilidades de que, por lo menos un año, supere ese valor de referencia en más de 1,5°, son del 20%, afirma el más reciente boletín sobre el clima mundial.
Según el estudio, la temperatura media de la Tierra ya está 1,0° por encima del valor de la era preindustrial y hay un 70% de probabilidad de que, durante los próximos cinco años, haya uno o varios meses con una temperatura por lo menos 1,5 ° por encima de esos niveles. La temperatura de prácticamente todas las regiones, excepto partes de los océanos meridionales, será más cálida que en el pasado reciente.
“Este estudio de alto nivel científico pone de manifiesto el largo camino que queda por recorrer si queremos cumplir el objetivo del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático de lograr que este siglo el aumento de la temperatura mundial quede muy por debajo de los 2 ° con respecto a los niveles preindustriales y de proseguir con los esfuerzos para limitar ese incremento de la temperatura a 1,5°”, expresó el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas.
Los modelos de pronóstico no toman en consideración los cambios en los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero y aerosoles fruto de las medidas de confinamiento adoptadas a raíz del brote de la enfermedad provocada por el coronavirus.
“La ralentización industrial y económica causada por la COVID-19 no sustituye una acción climática continuada y coordinada. El período de persistencia del dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera es extremadamente prolongado y, a raíz de ello, no se espera que la reducción en las emisiones de este año suponga una disminución de las concentraciones atmosféricas de CO2 que impulsan la subida de la temperatura mundial”, explicó Taalas.
Añadió que si bien la COVID-19 ha ocasionado una grave crisis sanitaria y económica a escala internacional, el hecho de no abordar el cambio climático puede amenazar el bienestar de las personas, los ecosistemas y las economías durante siglos, por lo que los gobiernos deberían aprovechar la oportunidad para integrar la acción climática en los programas de recuperación y velar por que, al retomar la senda del crecimiento, este se sustente en mejores cimientos.