En los últimos años la Argentina ha sido uno de los países del mundo con peor performance en cuanto a inversiones extranjeras. En 2019 recibió apenas u$s 6.500 millones, un 10% de lo que recibe Brasil, y muy por debajo de Colombia y Chile. Hasta el año pasado el stock de Inversiones Extranjeras Directas (IED) acumuló u$s 65.000 millones, el mismo nivel del año 2000.
Sin embargo, tras el arreglo de la deuda con los acreedores externos y a pesar del difícil contexto económico interno del país y con la pandemia de fondo, las inversiones chinas en energía argentina no detienen su marcha.
En San Juan la compañía china Shandong Gold, propietaria del 50% de la operación en la mina Veladero junto a la canadiense Barrick Gold, comprometió u$s 145,5 millones para extender la vida útil del yacimiento hasta 2030, lo cual permitirá recuperar 1,2 millones de onzas de oro. En 2017 los chinos adquirieron la mitad de Veladero por u$s 960 millones. Antes de la pandemia, Shandong Gold tenía previsto crear 1.100 empleos y en sus planes también asoma comparar Pascua Lama a la Barrick.
En Jujuy Ganfeng Lithium desembolsó u$s 160 millones a Lithium Americas, con sede en Vancouver, por el 50% del proyecto de litio Caucharí-Olaroz, actualmente en construcción. La empresa china acordó un cronograma de financiamiento, que incluye una inversión de hasta u$s400 millones.
En La Rioja la londinense ECR Minerals vendió su filial argentina Ochre Mining a la china Hanaq Argentina, que también se especializa en litio, pero que al mismo tiempo controla el proyecto de oro Sierra de Las Minas.
China Metallurgical Corp. busca reactivar el depósito de mineral de hierro Sierra Grande, en Río Negro, y el proyecto de cobre Campana Mahuida, en la provincia de Neuquén.
En Entre Ríos la Corporación Nacional de Importación y Exportación Técnica de China (CNTIC) lleva adelante una inversión de u$s 200 millones para construir 50 km de gasoductos, una línea de alta tensión de 132 kw y una extensión de fibra óptica, que permitirán concluir el cierre energético del norte entrerriano.
Sergio Spadone tiene 53 años y vivió los últimos 14 en China. Trabajó en Beijing y Shanghai. Hoy es director ejecutivo de la Cámara Argentino-China, ya que su padre Carlos Spadone, a los 83 años, se mantiene a resguardo por el coronavirus. “Ojo, no está retirado, me llama cinco veces por día”, aclara. Para el mayor de los cinco hermanos Spadone, la iniciativa del gobierno chino es invertir en el exterior en cuestiones estratégicas: la seguridad alimentaria y algunos recursos básicos, como la energía.
“La Argentina tendría que ver cómo desarrolla su relación con China a la par de cómo la desarrolla con Estados Unidos. Americanos y chinos se están disputando un liderazgo mundial en muchos sectores estratégicos, que tiene que ver con las tecnologías, las telecomunicaciones, el 5G, en cuestiones en que China le compite de igual a igual a Estados Unidos. Nadie te puede decir nada por estar trabajando con una potencia que en cinco años va a ser la número 1, pero hay que buscar un equilibrio”, recomendó Spadone.
El analista internacional Patricio Giusto posee un Master en Estudios Chinos y es profesor visitante en la Universidad de Zhejiang. “La presencia china en materia de inversiones en la Argentina no es algo novedoso, ya tenemos más de dos décadas de fuertes inversiones infraestructura, y uno de los mayores intereses de China en América Latina es infraestructura energética. La mayor inversión que han hecho es en la red eléctrica de San Pablo. En la Argentina, son las represas de Santa Cruz”, expresó el director del Observatorio Sino-Argentino.
Giusto se refirió al complejo hidroeléctrico Cóndor Cliff y La Barrancosa -rebautizadas nuevamente Néstor Kirchner y Jorge Cepernic-, que construyen China Gezhouba Group Corporation (CGGC), Hidrocuyo y Electroingeniería sobre el río Santa Cruz, en la estepa patagónica. El proyecto costará u$s 4.730 millones y el 85% de ese monto será financiamiento chino. Luego del rediseño, que implicó un achicamiento de la inversión de u$s 1.300 millones, y tras la parálisis de las obras durante la gestión de Macri, ahora se retomó la actividad. Hasta ahora se avanzó un 15% del master plan. Ambas represas generarán 1.310 MW, lo que representará el 3% de la energía disponible a nivel nacional, con un pico máximo del 10%.
“Es una obra emblemática porque China le había puesto una cláusula cross default, que significaba que si no avanzaba se paraban las otras inversiones, como los ferrocarriles o minería. Eso te da la pauta que la inversión energética es central para ellos”, destacó Giusto.
Según el profesor de “China Contemporánea” de la UCA, para los chinos son estratégicas las energías renovables. “Es el sector que más le interesa desarrollar en los próximos años. Los panales solares instalados en Jujuy son de los mejores del mundo, más eficientes y más baratos. Y ellos tiene interés que cada vez más países los compren. Y lo mismo ocurre con los molinos de vientos, que ya están exportando”, sostuvo.
PowerChina es el contratista más grande de energía renovable del país, con una cartera de proyectos valuados en más de u$s 1.500 millones. PowerChina desarrolla el Parque Fotovoltaico de Caucharí de Jujuy, parques eólicos en Chubut y La Rioja, proyectos solares en Salta y Córdoba, y dos megaobras hidroeléctricas: el dique El Tambolar de San Juan y Portezuelo del Viento en Mendoza.
La experiencia de Spadone en el Oriente lejano le permite tener otra óptica de la situación. “La energía es un negocio netamente financiero. Si los chinos producen gas, energía solar o eólica en el país, no se la pueden llevar, es un negocio de venta de equipos y de renta financiera, o de las dos cosas juntas. Por un lado, un banco chino, con la renta financiera y por otro, un productor de paneles solares o generadores eólicos que vende equipamiento. Es un excelente negocio porque cobran de inmediato”, soltó el experto dirigente empresario.
En materia nuclear, se analiza con la China National Nuclear Corporation la construcción de una nueva central nuclear en la localidad de Lima, partido de Zárate, que significaría sumar 1.200 megavatios, para abastecer de energía a 11 millones de argentinos. Los reactores Hualong ONE duran 60 años de generación continua de energía. (Sobre este tema se ha publicado mucho en AgendAR…)
Las empresas argenchinas
En este marco, los especialistas opinaron sobre del modelo de asociación de empresas argenchinas. “Es una muy buen idea, es una excelente idea de internacionalizar empresas argentinas, de recibir inversión”, señaló Elizondo. “Muchas veces las firmas locales no reciben porque no tienen financiamiento ni atributos, y es una oportunidad de modernización de las empresas argentinas. Esto sucede en varias partes del mundo”, añadió.
Spadone coincidió. “Es el modelo ideal, con ese modelo China está donde está. Que se asocie un inversor chino con un argentino es lo recomendable desde lo empresario, el tema es encontrar alguien de confianza. Es el negocio ideal. El tema es que los chinos lo entiendan así”.
Giusto se paró en la vereda opuesta. “Nunca me gustó, no tanto por la naturaleza del modelo, sino por la cultura empresarial argentina. Cuando se adoptó la asociación se hizo capitalismo de amigos, se sobredimensionan las obras. Me gustaría que sean empresas privadas que vienen y el Estado las regula como corresponde. En los consorcios con los chinos a veces terminan en licitaciones poco transparentes. El interés primordial de los chinos no es integrar un consorcio sino hacer la inversión. En otros países vemos que son muy flexibles para adaptarse a los marcos legales de cada país. En competencias libres, suelen ganar”.
Petróleo y gas:
En el rubro hidrocarburos Sinopec (con Oxy Argentina) opera yacimientos en Santa Cruz, Chubut y Mendoza. Panamerican Energy, de British Petroleum y Bridas, que a su vez está integrada por el grupo Bulgheroni y la china CNOOC, fracturan en Vaca Muerta. En Mendoza la petrolera Petro AP anunció una inversión de u$s500 millones durante los próximos cinco años en Malargüe. En la provincia cuyana YPF y Sinopec tiene acuerdos de operación hasta 2027.
“Vaca Muerta es tan grande que pueden invertir los chinos, europeos y americanos, es la segunda reserva de gas y la cuarta de petróleo no convencional, hay espacio para todos. Mi preocupación es que hace 10 años que hablamos de Vaca Muerta y el mundo va a ir a la sustitución de energías fósiles por las limpias, y la productividad de estos proyectos va a caer”, alertó Elizondo.
En el sector remarcan que las petroleras chinas no tienen mucha experiencia en yacimientos no convencionales y aseguran que los chinos ven en Vaca Muerta algunos riesgos que otros no. “Con el nuevo marco jurídico para Vaca Muerta, que todavía veo muy verde, no descarto que se sumen las petroleras chinas”, estimó Giusto.
Pérego, miembro del CARI, recordó que el mercado petrolero es de grandes jugadores. “Con este sistema de concesiones argentinas solo entran los grandes operadores globales, por la espalda financiera que tienen. No es como en EEUU, que hay empresas chiquitas haciendo no convencional. Los chinos están interesados desarrollar proyectos en Vaca Muerta, pero como objetivo de diversificar su cartera de inversiones energéticas”, aseveró.
Para el consultor de Abeceb, sería clave que la Argentina ingrese a la ecuación de seguridad energética china, como ya lo hizo con la de seguridad alimentaria. “El gran proyecto de GNL en Vaca Muerta y tener un marco regulatorio propicio es la puerta de entrada a ese juego, y que China mire con buenos ojos hacer una inversión de magnitud”, expresó Pérego.
El ex subsecretario de Integración de Políticas Productivas remarcó que para lograrlo es indispensable tener volumen de exportación del producto energético, ya sea crudo o GNL, y que la Argentina sea muy competitiva en el upstream. “Como solo se genera gas para exportar a través del shale, hay que ser muy competitivo en boca pozo y en los costos de transporte (midstream), para que el barco que salga de Bahía Blanca lo haga con un contrato de mediano plazo. Por ahora se hicieron ventas spot. Pero tampoco tiene sentido que por exportar gas licuado se tenga que subsidiar con presupuesto nacional la producción para el mercado local”, analizó el consultor y ex funcionario.
Según fuentes del mercado, una planta modular nueva de GNL, con capacidad para expandirla en una segunda etapa, más los gasoductos con origen en Vaca Muerta y la terminal portuaria para la carga de buques, costarían entre u$s 4.000 y u$s 6.000 millones.
“Hoy el mercado del gas es regional, donde hay gasoductos. El proyecto GNL te da la posibilidad de exportar gas, y aunque es un proyecto muy grande en términos de inversión, los chinos ya demostraron interés en hacerlo. Seguramente habrá que poner un marco regulatorio que diga que somos parte de la seguridad energética china”, concluyó.
Una observación de AgendAR:
En este repaso de la impresionante cantidad y diversidad de las inversiones chinas en energía en nuestro país, se percibe también el interés de empresarios y consultores locales por formar parte de este desarrollo, cada uno aportando su mirada y su agenda.
Nos parece necesario, y urgente, que el gobierno desarrolle una política energética nacional. Que no puede ser la inspiración de un funcionario, sino discutida en el Congreso y en la sociedad.