Se dice que el 2020 es el año en que no sirvieron las agendas. Pero no es completamente cierto. A pesar de todo lo que no se pudo prever, aún a pesar de los contagios que hasta ahora siguen creciendo en nuestro país, las vacaciones de la temporada ´20/21 están muy presentes en las expectativas.
La gran mayoría de los argentinos se aferran a la esperanza de poder disfrutar del sol, del buen tiempo, de un respiro después de largos meses viviendo bajo la sombra del temor al coronavirus. Para la industria del turismo -que ocupa, en forma directa e indirecta, a decenas de miles de empresas y emprendimientos -los que todavía sobreviven-, que daban trabajo a millones de argentinos- se trata de la última chance. Y para los gobiernos provinciales y el nacional, la posibilidad de estimular el consumo y la recaudación. En una actividad que no consume divisas, porque muy pocos argentinos van a viajar al exterior, aún entre los que proclaman que se quieren ir.
En el Gobierno nacional están analizando varias alternativas para que pueda realizarse la temporada de turismo durante el verano y los argentinos puedan viajar por todo el país.Una de las opciones que están en estudio es que todos los turistas cuenten con un certificado COVID-19 negativo, como el que ya exigen varios municipios en zonas turísticas.
En el ministerio del área, la idea es que el estado se haría cargo del costo de los testeos de aproximadamente 5 millones de argentinos que viajan en cada temporada normal. Afirman: “Es un costo que tenemos que asumir. El año pasado, la temporada de verano generó ingresos por $ 300.000 millones”.
Muchos de los actores vinculados al sector ya se encuentran recibiendo apoyo económico del Ministerio de Turismo, que decidió volcar $3.000 millones aportados por el Banco Interamericano de Desarrollo al Fondo de Auxilio y Capacitación Turística (FACT), que recibirán de octubre a marzo cerca de 2.800 empresas en todo el país.
Se trata de un fondo que otorga a las empresas el equivalente a un Salario Mínimo Vital y Móvil ($16.875) por cada empleado por mes, durante seis meses. De las 2800 empresas que fueron acogidas dentro del beneficio, que suman un total de 42.900 trabajadores alcanzados, el 43% son alojamientos turísticos, el 31% establecimientos gastronómicos, el 25% agencias de viajes y el 1% servicios de recreación.
En las zonas turísticas:
De todos modos, la mayor parte de la responsabilidad de las medidas a tomar recaerá en las autoridades locales. Y no se puede homogeneizar la situación de los distintos destinos turísticos del país.
Por parte de los interesados, las consultas por hospedaje y contratación de servicios turísticos ya comenzaron, sobre todo en la Costa Atlántica y en Córdoba, aunque en un número mucho menos que en los años mormales. Por ahora, lo que se está concretando en mayor escala son los alquileres para los próximos meses en countries, barrios privados y barrios de chacras.
En la costa atlántica, las consultas se demoran por la ausencia de precios de referencia. «El año pasado las primeras reservas se empezaron a concretar en agosto, y en muchos casos el fin de semana largo del 12 de octubre servía para conocer la propiedad en cuestión y hasta concretar la operación. Pero hoy el sector privado está esperando que se clarifique un poco la situación con respecto a las condiciones de contratación, ante, por ejemplo, la posibilidad de que haya algún cliente covid positivo en los hoteles. Los dueños esperan a la demanda para ajustar los precios. Hay un retraso en la toma de decisión para noviembre y diciembre», dice Emiliano Felice, secretario de turismo de Villa Gesell.
«La diferencia con respecto al año pasado son las preguntas sobre la posibilidad de realizar cambios sin costo en el caso de que no se pueda viajar, y la hotelería de Bariloche lo acepta», explica Gastón Burlón, el secretario de Turismo de esa ciudad. Agrega que no están pensando una alternativa si no se puede llegar a hacer una temporada de verano, porque sería imposible sobrevivir como destino turístico. «Estamos intentando poder empezar a trabajar antes del verano un turismo interprovincial siempre y cuando Nación apruebe los convenios».
Los empresarios, en general, tratan de tentar a los clientes que no están seguros si va a ser posible viajar, si la pandemia se agrava. En Mina Clavero, algunos hoteles toman reservas a consideración de lo que suceda, con posibilidad de cambiarla a un lapso de doce meses.
Los funcionarios aseguran que los precios están en formación, aunque deslizan aumentos de entre un 25 y un 40% en destinos como Mar del Plata, Villa Gesell, Bariloche y Mina Clavero. En Iguazú, «hay una variación máxima de un 15% más de acuerdo al establecimiento», dice Patricia Duran Vaca, dueña de una agencia de turismo de Misiones.
Protocolos
El presidente de la Cámara Argentina de Turismo, Aldo Elías, resaltó el trabajo de armado de protocolos para la actividad de aplicación nacional que realizó el Ministerio de Turismo junto con el Consejo Federal de Turismo, y la Cámara que él mismo preside. En este sentido, los protocolos nacionales se van a respetar en todos los destinos: «No tenemos que competir por protocolos. Ya se ha capacitado al sector en este sentido», refuerza Burlon.
Las ciudades balnearias, escenarios de aglomeraciones playeras como signo de una buena temporada, se adelantaron al protocolo nacional. La semana pasada Axel Kicillof, el gobernador de Buenos Aires, mantuvo una teleconferencia con los jefes comunales que gobiernan municipios en la Costa Atlántica a fin de trabajar en conjunto al respecto.
«Gesell ha sido la primera ciudad del país que elaboró sus propias directrices de calidad sanitaria para balnearios, alojamiento y gastronomía. Ya se está trabajando puertas adentro y, a todos los que implementan bien, se les entrega un sello de calidad sanitaria que pueden exhibir en sus alojamientos para mostrar a clientes y al mercado potencial», explica su secretario de turismo Felice.
Con respecto a las playas, se prevé un distanciamiento de 4 metros lineales entre sombrillas y uso de barbijos para transitar, pero no para tomar sol. Sistemas de banderas rojas y verdes para indicar si la playa se encuentra completa y una aplicación que le informará al turista en tiempo real para que pueda saber el estado de la playa.
«Una temporada difícil»
Los funcionarios coinciden en que aún falta un tiempo para conocer la tendencia. El dato más certero de la intencionalidad de viajes es el último Hot Sale, donde se vendieron 188 mil boletos de avión, el 80% de los cuales fueron de cabotaje. «Esperamos tener una buena temporada de verano ya que salimos uno de los destinos más elegidos por los argentinos tanto en el hot sale por venta de pasajes, como en distintas encuestas”, explica el secretario de turismo de Bariloche .
En el caso de la costa , el panorama es optimista: «Los destinos de la Costa Atlántica tienen un público cautivo que son los propietarios de las casas y se estima que este año en vez de alquilarlos para ir a otro lugar, seguramente vayan a utilizar sus propiedad y eso va a generar una afluencia turística diferencial con respecto al resto del país donde no se da esta característica», resume Felice.
Como sea, no se puedo dejar de tener presente que el factor decisivo será la situación sanitaria. Vale recordar -AgendAR- lo indicaba hace poco, que las autoridades nacionales esperan que se reanuden los vuelos regulares en octubre. Pero más de diez provincias se niegan a recibir vuelos de cabotaje.