El presidente del Banco Central, Miguel Pesce, declaró que pese a las medidas restrictivas “no hay ninguna limitación sobre el retiro o transferencia de dólares”. Sostuvo que «la caída de los depósitos en dólares cesó, de hecho ha habido un aumento en los últimos meses.»
El titular de BCRA indicó que «la Argentina está teniendo un problema estructural con los dólares». “Cuando la Argentina exporte 83.000 millones de dólares, puede tener su mercado de dólares abiertos».
«Hoy exportamos por 60.000 millones de dólares, y los dólares de nuestras exportaciones no alcanzan», enfatizó Pesce y añadió que «en los últimos 4 años, en vez de establecer restricciones, lo único que se hizo fue endeudar al país».
«Estamos tratando de zafar del cuello de botella en este momento que no se produce exportación de la producción agropecuaria”, afirmó Pesce sobre las medidas aplicadas. En cuanto a los dichos del ministro de Economía señaló en declaraciones a radio Continental que «creo que lo que Martín Guzmán quiso decir es que no se iba a restringir la compra de 200 dólares».
Consultado sobre si tiene ahorro en dólares, el presidente del BCRA dijo: «Yo tengo ahorros en dólares» y agregó: «Sería preferible, es cierto, como dice el Presidente que los dólares estén para el trabajo».
Por último, dijo que «lo que se ha hecho es aplicar una retención al impuesto a las ganancias que encarece el precio para la compra de dólares para atesoramiento o gastos personales». «Sobre esto venimos trabajando el Ministerio de Economía, Jefatura de Gabinete, Banco Central», afirmó y enfatizó que «nunca se evaluó prohibir el dólar ahorro».
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Observación de AgendAR:
Estas declaraciones coyunturales del hombre que está al frente del organismo rector del sistema bancario argentino, reflejan el problema central de la realidad bimonetaria argentina. El gobierno necesita imponer alguna forma de control de cambios, por el goteo de las reservas (Además, el mismo Fondo Monetario ya se lo había pedido al gobierno anterior). Pero, al mismo tiempo, no puede evitar que las grandes empresas giren dólares al exterior, o dejarían de trabajar en Argentina. Nadie invierte donde no puede sacar sus ganancias.
Es un delicado equilibrio. Todo lo que podemos señalar es que los parches no son una solución.