Ayer se fué Quino, un gran artista argentino. Elegimos para despedirlo el dibujo de otro grande, Tute. Y, naturalmente, una de sus obras. Fue el padre de Mafalda, un personaje que se hizo famosa en el mundo, pero, sobre todo, expresión de una sociedad y un tiempo. Uno piensa, de todos modos, que su maestría más alta fue en dibujos que no necesitaban las palabras para contar una historia. Terminamos, finalmente, eligendo esté. Porque Quino, aunque rehuyó cualquier encasillamiento político, era un argentino al que su patria le dolía.