El 13 de agosto pasado tres aviones B45 Mentor realizaron el primer vuelo de la escuadrilla, despegando del Centro de Ensayos de Vuelo para luego aterrizar en el Área Material Río IV.
Tres aviones B45 Mentor que formaron parte de la flota que entrenó a los pilotos de la Fuerza Aérea Argentina entre 1959 y 2011 volvieron a volar en agosto como parte de la iniciativa para construir la «Escuadrilla Histórica Mentor» que tiene previsto realizar demostraciones de vuelo en los cielos de todo el país.
«Este proyecto nace para honrar la historia de los aviones en los que aprendieron a volar todos los pilotos de la Fuerza Aérea por más de cincuenta años», dijo el comodoro Ariel Ambrogi, director de Evaluación y Homologación de la Dirección de Investigación y Desarrollo (DGID) de esa fuerza, a donde pertenecen los Mentor.
Piloto de caza, instructor y el piloto de ensayos con más antigüedad dentro de este proyecto, Ambrogi contó que «se analizó que era posible volver a ponerlos en vuelo» y con el apoyo del Estado Mayor de la Fuerza Aérea y la Dirección General de Materiales (DGM) «se comenzaron las tareas con vistas a disponer de una escuadrilla histórica que pueda presentarse en actividades de fomento y donde las autoridades dispongan».
«Estos aviones estaban desprogramados porque ya habían cumplido su ciclo pero quedaron preservados; en todo el proceso participaron nuestros ingenieros y los técnicos del Área Material Rio IV para reestablecer la trazabilidad y calidad de cada insumo y repuesto», describió el militar.
«Fue para agradecerles todo el trabajo», dijo Ambrogi, quien explicó que por haber operado muchos aviones de este tipo, los técnicos «tiene repuestos que quedaron, pero para poder usarlos ellos tienen un rol clave en el procesamiento y trazabilidad de cada uno».
El piloto sostuvo que las primeras tres unidades reparadas que volaron en agosto se eligieron «porque eran las tres que estaban en condiciones más próximas para volver a servicio; la idea es poder disponer de un cuarto avión ante de fin de año y que en 2021 podamos tener un ritmo de recuperación de dos aeronaves por semestre».
«La idea es alcanzar a recuperar entre 10 y 12 aviones en los próximos dos años»
En este sentido, indicó que «tener sólo tres aviones de un modelo complejiza el sostenimiento logístico, además no contaríamos con unidades de respaldo en el caso que alguna estuviese eventualmente fuera de servicio por mantenimiento».
«Por eso la idea es alcanzar a recuperar entre 10 y 12 aviones en los próximos dos años, lo que nos permitiría disponer de dos escuadrillas, una basada aquí en Córdoba y la otra quizá en Buenos Aires«, acotó.
Ambrogi aclaró que no se trata de una escuadrilla acrobática porque los aviones son históricos y lo que se busca es demostrar que pueden volar en sus condiciones originales.
«Una escuadrilla histórica también es una manera de demostrar capacidad militar, porque se comprueba que están los recursos para tomar un avión antiguo, entrenar pilotos, repasar manuales y procedimientos, y familiarizar a los técnicos con equipos que estaban fuera de uso», remarcó.
Es que la atracción de estos aviones no es solo verlos volar, ya que también se podrán ver en tierra, subirse a bordo para observar como está preservada su configuración original y conocer de cerca la tecnología de un sistema de armas como el de los Mentor.
Ambrogi subrayó que «para constituir la escuadrilla además de los aviones fue necesario reunir el número suficiente de técnicos y pilotos» y detalló que «en estos meses estamos sumando importantes horas de vuelo para cuándo la pandemia sea superada y nos permita hacer demostraciones públicas».
La escuadrilla tiene actualmente cuatro pilotos: junto a Ambrogi, que es el más antiguo, están el vicecomodoro Fernando Martínez que además es el jefe del Centro de Ensayos de Vuelo, el vicecomodoro Javier Galván que también es jefe de la división de Ensayos, y el capitán Ignacio Dellepiane, el más joven y el único que tiene un máster en vuelos de ensayo realizado en el exterior.
«Todos tenemos diferentes edades y antigüedades con la idea de que siempre haya pilotos experimentados en la escuadrilla; todos hemos volado aviones más potentes o más modernos que el B45 Mentor, pero tener esta oportunidad es un honor porque es el avión con el que muchísimos pilotos despegaron por primera vez y es el placer de volver al vuelo visual sin instrumentos electrónicos», comentó.
Ambrogi dijo que «los pilotos siempre nos enamoramos del avión en el que estamos volando en cada momento», pero reconoció que «el B45 Mentor es el que nos enseñó a despegarnos del suelo y por eso siempre le guardamos un cariño muy grande».
Creemos que es un gesto simpático y que tiene un valor sentimental para muchos pilotos argentinos. Esperemos que también se rescate al Pucará -que también podría haber sido útil para entrenamiento- y, sobre todo, a los nuevos desarrollos que surgen de FAdeA.