Cuando ayer publicamos La «2° ola» que nos amenaza: el espejo de Europa, no teníamos datos precisos sobre las medidas que se preparan para el -no improbable- caso que se desate entre nosotros antes que un porcentaje alto de la población esté inmunizado.
Todavía no puede haber demasiadas precisiones, es cierto. Pero esta nota de la periodista Fabiola Czubaj que reproducimos trae una interesante información sobre las preparaciones de nuestro gobierno.
«En los últimos días, entre el debate por la vuelta de los chicos a las escuelas, un nuevo envío de la Sputnik V y la incertidumbre de los próximos meses, en el Gobierno crece la preocupación por la respuesta sanitaria a una segunda ola. En los despachos del Ministerio de Salud hubo reuniones con especialistas en medicina interna y bioética para modificar el enfoque de trabajo de los equipos de salud.
Fuentes de ese ministerio que participaron de esas reuniones ya no hacen diferencia entre si el aumento de contagios desde el mes pasado se trata de un rebrote, una segunda ola o, si cuando comience la temporada de frío podría arrancar una tercera curva ascendente.
«El año pasado, en la primera ola, toda la respuesta se enfocó en las unidades de terapia intensiva, su equipamiento y la capacitación de los profesionales con ateneos clínicos a distancia en función de lo que estaban pasando en el Hemisferio Norte. Pero, ante una segunda ola, ya no hay capacidad en el país de expandir más las terapias porque llegamos al límite del recurso humano especializado y la evidencia en el mundo apunta a la necesidad de reforzar la respuesta en las áreas de clínica médica, emergencias y el primer nivel de atención, con mayor trabajo territorial para que los pacientes consulten más tempranamente y, por lo tanto, en mejores condiciones. Esto ayuda a evitar que lleguen a terapia», precisaron.
Un detalle más técnico de lo que abarcaría este cambio ya se les anticipó a los ministros de Salud del país en la última reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa). Este viernes se empezarían a difundir los primeros documentos con las recomendaciones sobre nuevos tratamientos disponibles, incluida la asistencia respiratoria no invasiva con la experiencia del Hospital Fernández de la ciudad, el plasma de convaleciente con los ensayos clínicos del Hospital Italiano y la Fundación Infant y, finalmente, el suero equino hiperinmune, con las limitaciones del estudio del producto de la firma Inmunova.¿Qué se va a recomendar? De acuerdo con los detalles del borrador en estudio en la Secretaría de Calidad en Salud, un primer criterio acordado es reservar el tratamiento con plasma de donante y suero equino, con sus diferencias, a no más de los 10 primeros días desde el inicio de los síntomas.
El uso del plasma con altos niveles de anticuerpos se aconsejará inicialmente para los mayores de 75, con o sin otras enfermedades, dentro de los tres primeros días desde que empezaron con síntomas (casos leves), de acuerdo con la evidencia que obtuvo el estudio de la Fundación Infant.
Actualmente, el stock almacenado en los servicios de hemoterapia del país alcanzaría para transfundir a unos 9.000 pacientes. En el 40% de las donaciones, los niveles de anticuerpos son insuficientes para esas transfusiones y ese plasma se está enviando al Laboratorio de Hemoderivados de la Universidad de Córdoba para producir una gammaglobulina inyectable que facilite su aplicación.
En el caso del suero equino, en cambio, la recomendación incluiría a los pacientes con neumonía Covid-19 moderados o graves (no críticos, es decir, internados en terapia intensiva) y con menos de 10 días de evolución de la infección, según se anticipó. Hay disponibles 60.000 unidades de este producto en el Instituto Biológico de la provincia de Buenos Aires, lo que equivale a tratamientos para unos 10.000 pacientes (se usan entre cinco y seis viales por caso).
«Se decidió recomendar el uso de estos tratamientos con menos de 10 días desde el inicio de los síntomas porque es el período en el que puede actuar la inmunoterapia. Estos son los dos tratamientos que cuentan con algún grado de evidencia. En el suero equino, tenemos indicios, y en el plasma, evidencia más robusta. El suero equino recibió un registro provisorio de uso expandido, es decir, con consentimiento informado y bajo control médico de uso.»
En el caso de la terapia con oxígeno no invasiva está la experiencia del equipo del Hospital Fernández, donde en junio del año pasado se abrió una Unidad de Soporte Ventilatorio No Invasivo para pacientes con Covid-19 que necesitan la administración de oxígeno por máscaras, cánulas o cascos para compensar el daño pulmonar, pero sin sedar ni entubar a los pacientes, y con una reducción de la demanda de camas de terapia y la mortalidad de los pacientes. Ese trabajo se fue replicando rápidamente en el país el año pasado.
Para avanzar en estos cambios, Arnaldo Medina, secretario de Calidad en Salud, volvió a convocar al Comité de Ética en Derechos Humanos en Pandemia Covid-19 (Cedhcovid19), con el que se habían suspendido las reuniones en el ministerio. El comité está revisando las recomendaciones y participará de las reuniones de la Comisión Nacional de Inmunizaciones para asistir con los planteos bioéticos que, según señalan, están surgiendo con la vacunación.
«Hay un informe inicial del Cedhcovid19 con todos los dilemas del manejo de la pandemia que sigue vigente y, ante estos cambios de enfoque que hay que adoptar, es muy importante que tengamos la opinión de ellos», explican formalmente.
También hubo encuentros del ministro Ginés González García con la Sociedad Argentina de Medicina Interna y, la semana que viene, con la Federación Argentina de Medicina General.
«Con la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, el trabajo ya está» -coinciden en la cartera sanitaria. «Estamos trabajando en una capacitación para los profesionales del primer nivel de atención. Es muy importante que esos equipos participen en el plan Detectar en todas las provincias, con su trabajo territorial con la población.»
Algunos de los obstáculos para implementar estos cambios en los distritos siguen siendo las limitaciones para organizar la búsqueda activa de casos y contactos para interrumpir los contagios y la falta de recursos e infraestructura para intervenir más tempranamente y con los nuevos tratamientos.
En el primer nivel de atención, por ejemplo, el país cuenta con 100.000 profesionales, entre médicos y enfermeros, lo que en Salud estiman «insuficiente» para todo el territorio. «Cuando el año pasado se empezó a complicar la pandemia en el noroeste argentino, sobre todo, vimos cómo ese nivel de atención resolvió muchos de los problemas que hubo que afrontar», destacan en el entorno del secretario de Calidad en Salud.»