Dos noticias, casi rutinarias, ayer, dan una imagen precisa de la situación económica argentina en estos días.
Un aumento de la recaudación impositiva del 46,6% interanual en enero 2021, marcó por quinto mes consecutivo una variación real positiva, alrededor del 6%, «marcando una continuidad del fortalecimiento de las finanzas públicas en un contexto de recuperación de la actividad económica», destacó el Ministerio de Economía que dirige Martín Guzmán a través de un comunicado.
Los derechos de exportación aumentaron 231,2%, para sumar algo más de $ 79.400 millones, por mejores precios externos y por las medidas de fuerza en puertos, que hicieron que en enero se efectúen exportaciones de diciembre. Eso hizo crecer las retenciones. Pero, aún si se excluye ese efecto, el crecimiento sería de 41,5%, en torno al 2,5% sobre la inflación.
Es indudable, entonces, que la economía se está recuperando de los efectos de la pandemia, y en algunos rubros, la exportación de granos, de aceite, supera comódamente las cifras anteriores a la irrupción del virus y las medidas para evitar contagios.
Pero también se está observando que en este mismo mes de enero los alimentos -el rubro que golpea con más dureza a los sectores más humildes- habrían aumentado un 4,7% en promedio.
En AgendAR volvemos a repetir algo que venimos diciendo desde que subimos online: la discusión sobre las causas de la inflación es pertinente y valiosa… si sirve para encarar una disminución del aumento constante de los precios. Si no, es un ejercicio teórico que será dejado de lado por la urgencia de los hechos.