De acuerdo a la iniciativa del partido progresista Más País, en España los fondos serán destinados al subsidio de todos los costos extras de los empleadores durante el primer año de prueba y posteriormente reducir la ayuda del gobierno a 50% y 25% cada año consecutivo.
La única condición es que el reajuste lleve a una reducción neta real de las horas de trabajo mientras se mantienen los salarios determinados en los contratos de tiempo completo, explicó Héctor Tejero, un legislador perteneciente a Más País en la asamblea regional de Madrid.
Los argumentos a favor de la medida también citan beneficios para la economía en general. Un cambio masivo a un fin de semana de tres días generaría un mayor consumo, especialmente en entretenimiento y turismo, un pilar de la economía de España, duramente castigada por la crisis desencadenada por el coronavirus.
Una iniciativa similar en 2017, que redujo de 40 a 35 horas la jornada laboral semanal, permitió que el Producto Bruto Interno (PBI) creciera un 1,5% y creó 560.000 nuevos puestos de trabajo, de acuerdo a la revista Cambridge Journal of Economics. Los salarios también habrían aumentado a nivel nacional un 3,7%, lo que especialmente benefició a las mujeres, quienes más buscan trabajos de tiempo parcial, de acuerdo con el estudio.
Para los detractores, no obstante, una economía tan afectada por la pandemia del coronavirus no es el mejor escenario para experimentos. El año pasado, el confinamiento y la paralización durante meses del turismo causaron en España la peor contracción económica desde 1930, con una caída de 10,8% en el PBI.