Con la firma del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, a cargo de manera interina del Ministerio de Transporte por fallecimiento de Mario Meoni, el gobierno nacional formalizó la prórroga por 90 días de la actual concesión de la hidrovía Paraná-Paraguay.
Esta concesión, que ya tiene 25 años, finalizaba mañana viernes 30 de abril. El concesionario es Hidrovía SA, sociedad conformada por el grupo belga Jan de Nul y el holding argentino Emepa.
La resolución hace referencia a que, en atención a la proximidad del vencimiento del contrato de concesión, por decreto Nº 949/20 se delegó al Ministerio de Transporte la facultad de efectuar el llamado y adjudicación de una licitación pública nacional e internacional, por el régimen de concesión de obra pública por peaje, en el marco de la ley N° 17.520.
El objetivo es la «modernización, ampliación, operación y mantenimiento del sistema de señalización y tareas de dragado y redragado, y mantenimiento de la vía navegable troncal, a riesgo empresario y sin aval del Estado».
En la resolución se dice que es necesario “adoptar todas las medidas urgentes y extraordinarias que garanticen la continuidad del servicio de interés público de la navegación en los sectores que actualmente se prestan en el marco del contrato de concesión aprobado por el decreto N° 253/95 y actas de renegociación subsiguientes hasta la adjudicación y/o adjudicaciones previstas en el o los respectivos llamados”.
El texto de la prórroga también hace referencia a la “insuficiencia de los recursos del Estado Nacional para asumir la ejecución por sí de los trabajos de dragado, balizamiento y operación requeridos… y propicia la instrucción acotada en el tiempo de la continuidad desde el vencimiento del plazo y por el término de 90 días del contrato de concesión”.
La importancia de la hidrovía
Tal como dice la resolución, es “la opción de transporte más relevante de nuestra producción agrícola, tanto de graneles sólidos como líquidos; por ella circula más del 90% de la mercadería transportada en contenedores; la carga de nuestra industria automotriz; de la industria metalúrgica, en particular su producción siderúrgica; la gran mayoría del transporte de pasajeros en la modalidad de cruceros; un gran porcentaje de las operaciones de cabotaje y trasbordo de cargas; así como también constituye una de las vías centrales de transporte de gas natural, petróleo crudo y productos refinados, revistiendo una importancia vital para el abastecimiento energético de nuestro país”.
Fuentes vinculadas al transporte fluvial afirman que el plazo hasta la adjudicación de una licitación, cuyos pliegos aún no fueron dados a conocer, tardará más de 90 días.