Según el último informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, en 2017 el 33,8% de los niños entre 0 y 17 años asistió a un comedor escolar o comunitario. Son 4.188.000 chicos.
En términos de carencias, un 17,8% de niños y adolescentes redujo su dieta en el último año y un 8,5% pasó hambre.
Estos datos se desprenden de una medición más precisa que empezó a hacer el Observatorio el año pasado, ampliando el marco muestral. Sin embargo, la entidad mantuvo además sus mediciones anteriores que permiten la comparación interanual: entre 2016 y 2017 aumentó un 4,1% el porcentaje de niños que come en un comedor. Un salto similar se produjo entre 2013 (24,1%) y 2014 (28,2%). Desde entonces estaba estable en torno al 28%.
En esta cifra están contemplados tanto los niños que comen en el colegio por necesidad como aquellos que lo hacen por tener doble jornada. También los que asisten a un comedor barrial.
El informe aclara que el 47% de los niños de nivel socioeconómico muy bajo recurre al comedor como fuente primaria de alimentación. Geográficamente, el conurbano bonaerense es el lugar que concentra más cantidad de niños en esta situación: 36,6%. Por debajo está el resto urbano del interior (33,1%) y más atrás la ciudad de Buenos Aires (21%).
El trabajo también concluyó que hay mayor financiamiento hacia los comedores, acompañado de aumentos en las asignaciones familiares y una mejora en la canasta básica.