Ayer informamos en AgendAR de un desarrollo tecnológico de interés para la medicina, y para la agricultura: Japón autoriza tomates con el genoma editado para tratar la hipertensión.
Pero los humanos hemos estado modificando las características de plantas por milenios. El trigo y el maíz que cultivamos son completamente diferentes a sus antecesores que crecían salvajes en la Media Luna Fértil o en las alturas andinas antes que algunos humanos -casi seguramente mujeres- empezaran a seleccionar semillas.
Lo que ahora se pone a la venta en Japón es un desarrollo realmente moderno: peces editados genéticamente.
Resulta evidente que en el pueblo japonés está mucho menos extendido el «complejo de Frankestein» («hay cosas que el hombre no debería conocer»), complejo que a veces está detrás de la hostilidad ante muchos avances científicos.
In world first, Japan puts genome-edited fish on sale to public pic.twitter.com/LpeltAXI4o
— NHK WORLD News (@NHKWORLD_News) September 21, 2021