El canciller Jorge Faurie volvió a la carga con la idea de que el Mercosur debe flexibilizarse y buscar acuerdos individuales con países y con otras regiones más allá del que se negocia con la Unión Europea. Negociaciones que, aseguró, están en una etapa «finalísima».
El canciller ratificó que el bloque aduanero sudamericano debía iniciar conversaciones con China que puedan terminar en un acuerdo de libre comercio, tal como buscan obsesivamente desde hace años los uruguayos.
«En 2017 en Mendoza, Tabaré Vázquez ya dijo que tendríamos que hacer algo con China. Y ahora en esta cumbre, un año después, está claro que la envergadura de China como actor comercial, el Mercosur tiene que tener una definición de cómo se vincula a China, si es una amenaza, o qué», respondió.
Y agregó: «Tenemos que sentarnos y analizarlos. Eso a la luz de lo que habíamos tomado como decisión previamente, de que el Mercosur tiene que mostrar flexibilidad. Por un lado para ver cómo trabajamos con Japón, con Corea y si podemos o no ir con China». Luego dijo que si bien ahora están «todos centrados» en el cierre posible del acuerdo Mercosur Unión Europea «en algún momento del semestre tendremos que entrar con el tema de la flexibilidad. Algo que la presidencia uruguaya ve asociado a China» (con un TLC).
Tanto en Montevideo como en Buenos Aires, el canciller y el presidente Mauricio Macri hicieron un guiño a las negociaciones. Al inaugurar con Tabaré la nueva sede de la embajada de su país en Buenos Aires, Macri resaltó a China como potencial socio estratégico del Mercado Común del Sur, un tema latente desde que los orientales se «revelaron» contra la «endogamia» mercosuriana pero que hasta Brasil recela por el potencial competitivo descomunal de los chinos.