Ampliar la capacidad de vigilancia y control de los recursos marítimos y frenar una pérdida que en el Atlántico Sur llegaría a los $ 2.600 millones al año por la pesca ilegal. Con esa finalidad, el ministro de Defensa, Jorge Taiana, dio la bienvenida al nuevo Patrullero Oceánico Multipropósito ARA Storni (OPV), la tercera de las cuatro embarcaciones adquiridas a Francia y destinadas a la Armada Argentina.
Más allá de la custodia dentro de la franja de las 200 millas y los derechos que la Argentina deja de percibir por la captura ilegal de especies, el cálculo de $2600 millones surge de la creciente depredación y pesca en alta mar sobre recursos migratorios que son originarios de la Zona Económica Exclusiva (ZEE).
Datos oficiales no hay, pero las estimaciones más firmes que manejan fuentes del sector pesquero indican que en el área de Malvinas se capturan por año unas 250.000 toneladas, lo que implica unas US$ 600 millones, principalmente por la acción de barcos británicos, españoles, coreanos y taiwaneses. El volumen de pesca llega a las 750.000 toneladas en alta mar (US$ 1.900 millones), con presencia sostenida de embarcaciones chinas, revelaron las mismas fuentes. Las principales variedades que se buscan son calamar, merluza común, merluza negra y abadejo, entre otras.
“Estamos muy contentos de recibir hoy la tercera OPV que tiene como objetivo seguir dotando a nuestro país, a través de estos medios navales, de capacidad para realizar adecuado patrullado de la Zona Económica Exclusiva y zonas marítimas para el cumplimiento de distintas misiones impuestas por las normas vigentes”, dijo el ministro Taiana en el Apostadero Naval Buenos Aires. Lo acompañaban el titular del Estado Mayor Conjunto de la Fuerzas Armadas, teniente general Juan Martín Paleo; los jefes de la Armada, almirante Julio Horacio Guardia, y de la Fuerza Aérea, brigadier general Xavier Julián Isaac, y el secretario general del Ejército, general de brigada Enrique Pando, entre otras autoridades.
Aunque no dio cifras, Taiana destacó que la adquisición se concretó con aportes del Fondo Nacional de la Defensa (Fondef), al que definió como “una estrategia de financiamiento de la recuperación, de la modernización y de la adquisición de material” para las Fuerzas Armadas.
Y aseguró que la incorporación del nuevo patrullero oceánico apunta a fortalecer “una tarea que defiende nuestra soberanía, que defiende nuestros recursos renovables y no renovables, y que defiende nuestro posicionamiento en el Atlántico Sur”.
El patrullaje de los buques de la Armada en el mar, a los que se suman unidades de la Prefectura Naval, se extiende sobre la Zona Económica Exclusiva. Según advierten los especialistas del área, la Argentina carece de sistemas satelitales efectivos y de medios de acción rápida, que garanticen el seguimiento de los buques infractores fuera de las 200 millas. Algunas estimaciones indican que unos 500 barcos están involucrados en las actividades de pesca en la Zona Económica Exclusiva.
“El control se realiza en la ZEE y no en alta mar, fuera del área de la influencia británica por Malvinas. Con agregar más patrullas no alcanza. La Argentina debe empezar a discutir, junto a los demás Estados ribereños, la titularidad de los recursos migratorios originados en la Zona Económica Exclusiva”, observó el doctor César Augusto Lerena, investigador y experto en temas de pesca y del Atlántico Sur, autor del libro “Malvinas 1982-2022. Una gesta heroica y 30 años de entrega: pesca, la moneda de cambio”.
Lerena advirtió que los controles ineficientes facilitan las infracciones y la depredación en el mar. Por ejemplo, cuando “no hay control de las capturas y desembarcos, porque se realizan sin observadores e inspectores imparciales” o los transbordos se efectúan en el mar.
También, cuando se utilizan redes con mallas inferiores a las aprobadas para la especie, se admite el uso de banderas de conveniencia para evadir controles y penalidades, y no se combate el trabajo esclavo y otras irregularidades ambientales, ecológicas, sociales y económicas”.
Los patrulleros oceánicos
En febrero de 2020 se incorporó a la flota de la Armada el ARA Bouchard, el primero de los patrulleros OPV que llegaron de Francia, y en junio de este año lo hizo el ARA Piedrabuena, ambos ya en funcionamiento. Para 2022 está programada la llegada del cuarto OPV el ARA Contraalmirante Cordero.
Taiana explicó que la misión de estos patrulleros oceánicos es reforzar las capacidades operativas de la Armada para mayor patrullado marítimo de la ZEE y del área de intereses marítimos, además de mejorar el apoyo a las bases antárticas y cuidar los recursos renovables y no renovables del mar.
El patrullero ARA Storni zarpó el 10 de noviembre del Astillero Kership, en Concarneau, al sur de Francia, al mando del capitán de fragata Oscar Luis Latorre, con una dotación de 42 marinos, que realizaron un programa de adiestramiento y operación de los equipos de la unidad, en la Universidad Naval Group. En su viaje a la Argentina realizó ya su primera misión naval, al participar durante unas horas de un operativo de búsqueda y rescate de una embarcación que se encontraba perdida.
Comentario de AgendAR:
No podemos evitar alguna ambivalencia frente a esta noticia. Está claro que nuestro país debe reforzar sus instrumentos de control y vigilancia del Mar Argentino. Y la depredación que realizan impunemente los pesqueros extranjeros lo hace urgente.
Pero es lamentable que no ĺo esté haciendo una industria naval argentina.