La fabricación nacional de vehículos alcanzó el año pasado las 434.753 unidades, un 69 por ciento más que en 2020, mientras que en el mismo período las exportaciones crecieron un 88 por ciento interanual, según informó la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA).
“Son números auspiciosos, las automotrices son la nave insignia de la industria argentina”, aseguró el presidente Alberto Fernández, cuando ayer recibió en la Casa Rosada al presidente de Adefa, Martín Galdeano, a los titulares de las terminales automotrices que operan en el país y al secretario general de SMATA, Ricardo Pignanelli.
Producción
Con 18 días hábiles de actividad, las terminales produjeron un total de 39.849 unidades en diciembre, un volumen 14,3% menor al que se registró en noviembre y 32,1% superior a las 30.172 unidades de diciembre del año pasado. El desglose muestra que el mes pasado se produjeron 19.901 automóviles, lo que significó una caída de 5,1% contra noviembre, pero una suba interanual de 98,8%. Por el lado de los utilitarios la producción fue de 19.948, un 21,1% menos que en noviembre y un 1,1% menos que en el mismo mes de 2020.
En el acumulado del año, el sector contabilizó 434.753 unidades producidas, lo que marcó el crecimiento de 69% en comparación con las 257.187 unidades de 2020. En el caso de los automóviles la producción escaló hasta las 184.106 unidades, con una mejora interanual de 98%, pero el crecimiento promedio del conjunto de las unidades terminó siendo menor porque los utilitarios treparon solo 52,7% interanual al alcanzar la cifra de 250.647 unidades producidas.
Exportaciones
El volumen de vehículos exportados en diciembre fue de 19.615 unidades, lo que mostró una caída de 39,7% en su comparación con noviembre, aunque al comparar el resultado con el mismo mes del 2020, el sector registró una mejora en los envíos de 14%.
En el acumulado 2021, el sector exportó 259.287 vehículos de pasajeros y utilitarios, con lo que registró un crecimiento de 88% en comparación con el año anterior cuando se enviaron 137.891 unidades a diversos mercados. El desglose por tipo de vehículo muestra que se exportaron 91.965 automóviles, un 154,2% más que en 2020, y 167.322 utilitarios, un 64,5% más que un año atrás.
Adefa destacó que el crecimiento sostenido de las exportaciones permitió que la industria automotriz cierre el año representando el 34,3% del total de las exportaciones de Manufactura de Origen Industrial (MOI) y el 71,7% del total MOI a Brasil.
Al analizar el destino se las exportaciones, los envíos a Brasil lideran cómodamente con un 66,3% y muy por detrás se ubica Chile con un 6,6%, Perú con 5,4, Colombia con 5,1, México con un 2, Uruguay 1,3, Paraguay 1,3, Ecuador 0,9 y Venezuela 0,2%.
Ventas a concesionarios
Sobre ventas mayoristas, el informe de Adefa arrojó que en diciembre el sector automotor en su conjunto comercializó a la red de concesionarios 32.723 unidades, un 17,7% más respecto de las entregas de noviembre y 16,1% por debajo del volumen del mismo mes del año pasado. De esta forma, el acumulado del año arrojó que la venta mayorista (a la red comercial) fue de 334.389 unidades, es decir, un 6,9% más respecto del mismo período de 2020 en el que se comercializaron 312.789 vehículos.
A lo largo de todo el año se vendieron 224.678 automóviles a las concesionarias, apenas un 0,6% más que en 2020, mientras que se colocaron 109.711 utilitarios, lo que representó una suba interanual de 22,8%.
“A pesar del difícil contexto tanto global como regional, el sector logró liderar el crecimiento industrial en 2021 y también mejoró su comportamiento al comparar la actividad con los niveles pre-pandemia”, destaca Adefa en su informe mensual.
Comentario de AgendAR:
La industria automotriz argentina está aún lejos de las cifras alcanzadas en sus mejores años. ES que desde 2011, y en especial desde 2018, la economía argentina no atraviesa buenos años, por cierto.
Por otro lado, la industria automotriz muestra que comparte la recuperación económica que empieza a verse, luego de la pandemia. Y sigue incorporando tecnología a sus productos. La inevitable transición energética es un desafío, y también un estímulo.