LONDRES.- Con su futuro político en riesgo por el escándalo de las fiestas privadas en Downing Street, el primer ministro británico, Boris Jonhson, anunció el levantamiento de las principales restricciones impuestas para combatir la variante ómicron.
Ayer anució que a partir del próximo jueves 27, el uso del barbijo ya no será obligatorio, no se recomendará oficialmente el teletrabajo y no se exigirá el pase sanitario para tener acceso a los locales nocturnos y a determinadas reuniones multitudinarias, y en marzo terminará el aislamiento para los casos positivos.
“Los datos muestran que las decisiones más difíciles de este gobierno fueron correctas. Aunque en lugares como colegios los contagios seguirán en alza, nuestros científicos indican que la ola de la variante ómicron esta pasando”, dijo ayer Johnson en el Parlamento.
“A medida que el Covid se vuelve endémico, tenemos que sustituir las obligaciones legales por consejos y recomendaciones”, argumentó el primer ministro.
La flexibilización llega en medio de un escándalo por fiestas prohibidas en Downing Street durante el confinamiento y después de que Gran Bretaña contabilizara el martes 438 nuevas muertes por coronavirus, la mayor cifra diaria de decesos comunicada desde febrero de 2021, y 94.432 nuevos contagios.
La ola de protestas y críticas iniciadas por el “partygate” van en alza. Ayer mismo, afuera de las puertas del Parlamento, un grupo de personas protestaba con máscaras del primer ministro.
«En el nombre de Dios, váyase»
El mienbro del Parlamento David Davis -conservador- lo invitó a renunciar, repitiendo el reclamo que se le hizo a Neville Chamberlain en 1939, que finaliza «En el nombre de Dios, váyase». Pero al ser preguntado de manera directa en el Parlamento sobre si dimitiría, Johnson respondió: “No”.
Johnson está intentando sofocar una revuelta interna de sus propios legisladores, enojados por las fiestas en Downing Street, al tiempo que enfrenta los pedidos de la oposición para que renuncie.
Para poner en marcha una impugnación del liderazgo, 54 de los 360 diputados conservadores deben escribir cartas de censura al presidente del Comité 1922 del partido.
Hasta 20 legisladores conservadores que ganaron sus escaños en las elecciones nacionales de 2019 planean presentar cartas mostrando su falta de confianza hacia Johnson, informó el Telegraph. Varios otros han dicho ya que escribieron las cartas. Un análisis del periódico The Times mostró que 58 legisladores conservadores habían criticado abiertamente al primer ministro.