Para el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer, decidimos publicar esta entrevista de Gaceta Médica. Tiene ya varios meses, y, también, es una mirada parcial, desde un gigante farmacéutico. Pero Dave Fredrickson, vicepresidente ejecutivo de la Unidad de Negocio de Oncología en AstraZeneca, informa «desde adentro» de los avances y, debemos recalcar, no habla de «la cura», sino de curas para distintos tipos de cáncer.
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«Pregunta. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de curar el cáncer?
Respuesta. La cura en cáncer es un tema complejo, pero dado que es el objetivo final de la comunidad oncológica, es importante hablar de este término. Por ello, antes de ASCO (American Society of Clinical Oncology), celebramos un debate sobre ello impulsado desde AstraZeneca, con expertos en cáncer, y con la colaboración de Cancer Support Community.
Cuando pusimos sobre la mesa la pregunta, ¿estamos preparados para hablar de la cura en cáncer?, obtuvimos diferentes perspectivas del significado atribuido a esta ‘cura’. Aun así, la mayoría coincidían en que este concepto ha de considerarse en función del contexto. Desde una perspectiva médica y simple, implica que el cáncer se ha eliminado y no va a volver. Los grandes avances que se han dado en ciencia y tratamientos durante los últimos años nos llevan a un punto donde parece que al menos para algunos pacientes, con determinados tipos de cáncer (aunque no en muchos de ellos en la actualidad) el objetivo de la cura se puede alcanzar.
El concepto de cura no solo tiene implicaciones médicas, sino también emocionales. Algunos pacientes no se sienten cómodos con esta palabra, ya que están comprensiblemente nerviosos sobre el hecho de que el cáncer pueda reaparecer. Mientras, otros, sí que se enfocan en este objetivo puesto que les sirve de motivación. Para algunos, significa que la enfermedad se ha ido en un momento determinado y, para otros, que se ha ido para siempre. Esto significa que el concepto puede variar para los pacientes en diferentes etapas de su vida, dependiendo de sus objetivos de tratamiento, lo que se ve influido por diversos factores entre los que se incluye la visión personal de los riesgos y beneficios. En cualquier caso, cuando se debaten los objetivos de tratamiento y el potencial de cura, hay que entender que es lo importante y significativo para un paciente, esto es crucial.
P. Con todo esto, ¿podríamos decir que la cura del cáncer será posible el corto-medio plazo?
R. La ambición de AstraZeneca es ofrecer cura para distintos tipos de cáncer. Hay razones de peso para estar esperanzados, porque se han producido avances durante las últimas décadas que han cambiado radicalmente los resultados y la calidad de vida; especialmente en pacientes diagnosticados en las etapas más tempranas, donde las tasas de supervivencia son más altas y se contempla la posibilidad de curar a los pacientes.
Aun así, sabemos que en muchos casos la cura no es posible a día de hoy. Esta enfermedad es todavía una de las principales causas de muerte del mundo y hay grandes desafíos para acercar a los pacientes a la curación; entre ellos, los avances en ciencia y asegurar un acceso equitativo a la asistencia de calidad. También, reforzar los sistemas de salud, incrementando el screening, mejorando el acceso a biomarcadores y el diagnóstico precoz. Mientras estamos impulsando los tratamientos a etapas tempranas, necesitamos considerar diferentes maneras de medir el beneficio clínico y que pueda ser evaluado con agilidad, evitando así retrasos en la disponibilidad de nuevos tratamientos que pueden beneficiar a los pacientes.
Creemos firmemente en las posibilidades y el poder de colaboración para cambiar el paradigma de lo que supone vivir con esta enfermedad.
P. ¿En qué aspectos deben centrarse los profesionales para reducir las muertes por cáncer?
R. Los cribados o screening son clave en la detección precoz, lo que ofrece una mejor posibilidad de hallar el cáncer y tratarlo en las fases más tempranas. Nuestra estrategia en AstraZeneca es mejorar los resultados en cáncer tratando a los pacientes tan pronto como sea posible, tratando de ofrecerles tratamientos que cambien el curso de la enfermedad y con potencial de cura. Otros factores críticos incluyen la mejora en el acceso a la salud y adoptar un abordaje multidisciplinar. Tratar el cáncer frecuentemente requiere de un esfuerzo conjunto en el que se incluyen diferentes especialidades y experiencias para ofrecer la mejor opción en cada caso.
El cribado es un tema de especial importancia actualmente, porque nos enfrentamos al impacto a largo plazo generado por la COVID-19, que ha causado que millones de personas no estén dentro de estos programas. Esto significa un retraso en el diagnóstico para algunos pacientes e indirectamente repercutirá en un aumento de las muertes por cáncer. Además, alrededor del 80% de los pacientes en tratamiento también han percibido retrasos en su atención asistencial. Lo más crítico ahora mismo es que vuelvan los screening y tratamientos; esperar no debe ser una opción. Los pacientes deben retomar sus tratamientos y ponerse al día en los cribados rutinarios; la normalidad a la que nos enfrentamos es nueva, pero el cáncer no ha cambiado.
Por ello lanzamos la iniciativa ‘New normal, same cancer’ (‘Nueva normalidad, el mismo cáncer’) en otoño del 2020. Estamos orgullosos del impacto logrado con esta campaña, que se ha realizado en unos 60 países y con más de 1,4 millones de impresiones. La campaña ha contado además con un gran apoyo de entidades y gobiernos. La pandemia amenaza con borrar los progresos increíbles que se han logrado en las últimas décadas gracias a los avances en cribado y diagnóstico. Necesitamos trabajar con perseverancia para tejer una comunidad que nos ayude a recuperar lo que habíamos logrado antes de la pandemia.
P. ¿Qué papel juega el área de oncología en la actividad de AstraZeneca?
R. La oncología es una parte primordial para la compañía, siendo una de nuestras tres áreas principales, entre las que también están las enfermedades cardiovasculares y respiratorias. En este año hemos presentado datos de 21 fármacos, algunos aprobados y otros con gran potencial, con más de 100 abstracts que muestran el sólido portfolio del que disponemos en cáncer de pulmón y mama, así como en hematología. Los nuevos resultados para olaparib (Lynparza) y durvalumab (Imfinzi), consolidan nuestra estrategia para tratar el cáncer en fases tempranas con el fin de lograr su cura. También, los datos de acalabrutinib (Calquence) son prueba de nuestro compromiso para mejorar la experiencia del paciente, con terapias eficaces, seguras y con buen perfil de tolerabilidad.
P. ¿Cuáles son las principales líneas de investigación que sigue la compañía?
R. AstraZeneca está trabajando para ofrecer a los pacientes objetivos cercanos a la curación mediante la detección y tratamiento en fases tempranas. Estamos forzando los límites de la ciencia para mejorar los resultados en aquellos casos más avanzados y complejos; también, definiendo nuevas dianas terapéuticas, e investigando abordajes innovadores y estamos confiamos en tener medicinas que deriven en el máximo beneficio.
Tenemos el foco en seis plataformas científicas. Entre ellas el DNA Damage Response (DDR), representadas por los inhibidores PARP, como olaparib. También, los Tumour Drivers and Resistances, con uno de nuestros fármacos líder, osimertinib (Tagrisso); la inmunooncología, con tratamientos como durvalumab o los antibody drug conjugates (anticuerpos conjugados) área en la que AstraZeneca muestra una gran fortaleza con el fármaco ‘best in class’ trastuzumab deruxtecan (Enhertu) y datopotamab deruxtecan, en alianza con Daichii Sankyo. Por otra parte contamos con terapias celulares y epigenéticas, donde estamos centrando buena parte de la investigación por sus posibilidades para descubrir nuevos mecanismos que combatan la enfermedad.
“Los datos de olaparib y durvalumab afianzan la estrategia de tratar el cáncer en fases tempranas”
P. ¿Cuáles son las principales novedades que presenta la compañía durante ASCO 2021?
R. En la sesión plenaria se han presentado los datos del estudio OlympiA, en Fase III, en cáncer de mama temprano. Los datos muestran que olaparib reduce el riesgo de cáncer recurrente en un 42% en el tratamiento de los pacientes con mutaciones BRCA en tumores de alto riesgo. Esta es la primera vez que una terapia dirigida a la mutación BRCA ha demostrado potencial para cambiar el curso de la enfermedad y da esperanzas para curarla en un futuro. Ofreciendo un tratamiento que reduce significativamente los riesgos de recaída en pacientes de alto riesgo, cambiamos el pronóstico de las mujeres que lo padecen.
Los datos de acalabrutinib ayudan a reforzar nuestra confianza en un tratamiento seguro y tolerable en leucemia linfocítica crónica. Los datos a cuatro años del ensayo ELEVATE-TN, en pacientes sin tratamiento previo mostraron una eficacia sin precedentes con acalabrutinib en monoterapia o en combinación con obinutuzumab, ofreciendo también flexibilidad para diseñar el tratamiento en cada caso. Los resultados detallados del ensayo ELEVATE-RR (el primer estudio comparativo de dos inhibidores de la tirosina quinasa de Bruton en leucemia linfocítica crónica) confirmó un perfil de seguridad y tolerabilidad favorable para acalabrutinib en pacientes con tratamiento previo y alto riesgo de progresión.
También hemos presentado los últimos datos del ensayo PACIFIC para durvalumab como standard of care en cáncer de pulmón de células no pequeñas en estadio III irresecable. Estos datos miden la mayor supervivencia a largo plazo presentada jamás en un ensayo de fase III con inmunoterapia, presentando resultados en supervivencia libre de progresión a cinco años. Estos datos reflejan que el 43% de los pacientes que sobreviven a cinco años tres cuartos no presentan progresión en este periodo. Esto es un logro trascendental en la intención de lograr la curación de la enfermedad.
P. ¿Cómo avanza AstraZeneca en el área de hematología?
R. Creemos que es una de las áreas más fascinantes y prometedoras de la ciencia. Con nuestro profundo conocimiento del cáncer hematológico y aprovechando nuestra experiencia en tumores sólidos, trabajamos en el desarrollo de terapias novedosas que se dirijan a mejorar en esta especialidad.
Para acalabrutinib tenemos más de 20 ensayos en marcha para tratar el cáncer de sangre de células B, incluyendo leucemia linfocítica crónica, linfoma de células de manto, linfoma difuso de células B grandes y otros.
Respecto a otros tratamientos, estamos investigando otras ocho moléculas en las categorías principales de la hematología, como la leucemia, el linfoma y el mieloma. Las áreas primarias en las que nos centramos incluyen avances prometedores en moléculas que induzcan la muerte celular, dirigiéndonos a cubrir necesidades clínicas no cubiertas en diversos tipos de cáncer, y aprovechando la respuesta inmune para destruir los tumores.
Además de fármacos en monoterapia, tenemos programas de desarrollo clínico que se encaminan a la combinación de terapias para conseguir mejores resultados y que los pacientes puedan obtener así la mejor opción de tratamiento.
P. ¿Cuáles son los objetivos a corto, medio y largo plazo en el área de oncología?
R. AstraZeneca se ha posicionado como líder en la redefinición del abordaje en cáncer. Nuestra ambición, a presente y futuro, es hacer realidad la cura del cáncer, con la ciencia como base para lograr un mayor entendimiento del cáncer y sus complejidades, para descubrir, desarrollar y ofrecer medicinas que cambien el curso de la enfermedad.
Nuestro foco está puesto en algunos de los tipos de cáncer más hostiles y difíciles de tratar. A través de la innovación persistente hemos construido uno de los portfolios y pipeline más diverso de la industria, con el potencial de provocar cambios en la práctica de la medicina y transformar la experiencia de los pacientes.»