El administrador de la AFIP advierte: «cada día es más difícil esconderse»

    En una entrevista el titular de la AFIP anticipó sus futuros movimientos, los controles que vienen y la integración de un equipo que investigará a grandes grupos económicos.

    • Leandro Cuccioli, 41 años,  es el administrador más joven de la historia de la entidad.

    -¿Cuánto hay de evasión hoy en la Argentina y cuánto es lo que se pretende?
    -Estimamos que hay un 35% de evasión, dependiendo del tributo. En un país desarrollado, la evasión ronda el 15%, con lo cual esa es la brecha a la que podríamos aspirar en el largo plazo. Yo creo que es posible ponerse un plan ambicioso de cinco o seis años para reducir la evasión en un 5%, que sería el equivalente a un punto o un punto y medio del PBI. Unos $150.000 millones. Ese es el tamaño de lo que podríamos salir a buscar en los próximos cinco años.

    -¿Por qué cuesta tanto bajar la evasión?
    -Un tema es la formalización que aún no hay en ciertas cadenas de valor, donde por mucho tiempo hubo esquemas operativos que han actuado en la informalidad. Cuando vemos por ejemplo la carne, donde cambiamos el esquema de control hace menos de un año, pasamos de un cumplimiento del 30% al 70%. Eso depende mucho de nuestra tarea de fiscalización. Hay un dato que es seguro: cada día es y será más difícil esconderse de nosotros.

    -¿Qué rol juega la tecnología en este sentido?
    -Es clave. El mayor problema hoy de evasión en la Argentina es la factura electrónica apócrifa. Es decir, facturas truchas en las que empresas toman como crédito de IVA servicios que supuestamente compraron, pero que nunca existieron. Eso es todo digital, y por eso el tema de la tecnología es fundamental para la reducción de la evasión, porque te permite el cruce de datos y te permite mecanismos de recepción de cantidades físicas y de cantidades monetarias del contribuyente que te permite cruzar datos, y ver que algo no estaba cerrando. La AFIP, hasta 2008, invertía un 4% de su presupuesto anual en tecnología. Después eso se vino abajo y en los últimos diez años fue 0,82%. Hay que volver a invertir mucho más y eso es lo que vamos hacer en los próximos tres o cuatro años. Debería rondar los $3000 millones, en términos de sistemas y capacidad operativa.

    -¿Cómo es la relación de los argentinos con los impuestos, en comparación con otros países?
    -No creo que los argentinos seamos muy distintos al resto del mundo. En cualquier parte, a nadie le hace gracia pagar los impuestos . Habiendo vivido en Inglaterra diez años, te puedo decir que el contribuyente británico es igual que el argentino, con la sola diferencia de la percepción del riesgo de que te encuentren y que, con un nivel de evasión alto, termine con una pena agravada. Después, está el desafío de la autoridad tributaria de hacer fácil el cumplimiento voluntario. Es la otra parte para que este objetivo de la baja de la evasión sea posible. Tenés que tener el poder de policía y la percepción de riesgo muy clara para el ciudadano, pero también hacerle fácil el pago de sus tributos.

    -¿Qué pasa con los niveles de evasión en términos de nuevos controles?
    -Si miramos el próximo año, hay una batería de cosas que se vienen. A nivel internacional, el tema de luchar contra la no declaración de activos argentinos en el exterior continúa sin detenerse y eso es intercambio de información. Nosotros recibimos este año, por primera vez, 35.000 cuentas de argentinos en el exterior. Eso no lo aprobé yo, sino la OCDE. Estamos firmando con cada vez más autoridades tributarias para saber dónde tienen la plata los argentinos, para que tributen en la Argentina. Yo no tengo problema de dónde tienen el dinero, mi gran preocupación es que estén tributando en el país lo que deben tributar. Eso avanza en forma irremediable. La segunda cosa es la tributación de grandes grupos económicos. Es mucho más complejo, porque hay precios de transferencia y excede el simple tema de pagar IVA. La gran evasión se esconde en mecanismos sofisticados. Eso requiere el trabajo de un equipo especial.

    -¿Un equipo especial para investigar a grandes grupos económicos?
    -Para seguir la actividad de grandes grupos económicos argentinos y entender bien que estén tributando de una forma lógica en el país. Lo hacemos de una forma muy transparente, porque los invitamos a que se sienten con nuestro equipo, que les dice qué ven de ellos. Y en muchas oportunidades es un tema de estrategia impositiva que ellos adaptan antes de que nosotros tengamos que actuar. Les mostramos «nuestra parte», lo que sabemos de ellos, que en el caso del contribuyente que es persona humana puede ser una cuenta en el exterior, y en un grupo económico tiene que ver más con la estructura societaria, los esquemas de transferencias, etcétera. En lo doméstico, hay muchas industrias en las que vamos a avanzar con más controles. Como hicimos con el sector de la carne porcina o bovina, se vienen los sectores avícola, lácteo, azucarero, de la yerba mate y frutihortícola. En todos tenemos planes para avanzar en el control sistémico.

    • Después de la carne, los sectores que vienen en cuanto a controles son: yerba, avicultura, azúcar, lácteos y frutihorticultura.
    VIALa Nación