El mercado argentino de producción de instrumentos y accesorios musicales está conformado por más de un centenar de Pymes y microemprendimientos relacionados al diseño y la fabricación de una amplia variedad de productos como guitarras, charangos, contrabajos, arpas, violoncellos, flautas, bombos, redoblantes, baterías, teclados, bandoneones, cuerdas, amplificadores, pedales, micrófonos, cables, geles para baterías acústicas, correas, fundas, clavijas y un largo etcétera.
Según CAFIM -la Cámara Argentina de Fabricantes de Instrumentos Musicales– que nuclea a pequeñas y medianas empresas de un segmento que consolidó exportaciones -en promedio- por US$ 6.100.000 durante el período 2016-2017, según las cifras que manejan en la institución.
«El segmento exportador abarca de un 25 a un 30% de empresas que vienen creciendo sostenidamente desde hace más de 10 años», destacan en Cafim. Los motivos de ese crecimiento se encuentran en:
- Alta calidad de los productos,
- Buena reputación del diseño argentino
- Capacitación e inventiva de los recursos humanos del sector para ofrecer novedosas propuestas musicales.
Este combo hace que los instrumentos y accesorios argentinos lleguen a más de 55 países.
Sin embargo, aunque el grado de inserción internacional es amplio, necesitan expandirlo. «Cuando vamos a comercializar productos al exterior, la competencia es global y para eso necesitamos contar con las mejores y más inteligentes políticas de Estado, sobre todo para la adecuada relación precio-calidad de nuestros productos, porque se nos hace inviable competir, por ejemplo, con el sudeste asiático», explican. Y la solución sería «una política por diferenciación y mejor calidad de los productos».
Para los representantes de la cámara, «la realidad política y económica del país incita a nuevos desafíos de apertura comercial por las dificultades para colocar nuestros productos en el mercado local. De ahí la necesidad de buscar y consolidar destinos de exportación para promover el crecimiento del sector y generar mayor reconocimiento internamente». Para eso, consideran, «se obtendrían mejores y más rápidos resultados con una política integral desde el Estado para la colocación de las exportaciones, y así aumentar la competitividad de las empresas».
No obstante, reconoce que todas las pymes atraviesan ahora una etapa compleja que repercute tanto a nivel interno como global. «Localmente, estamos afectados por la situación inflacionaria, la gran caída en el consumo y el incremento de las importaciones de productos de bajo costo. Y nuestra competitividad externa se ve tocada por el aumento de las tarifas e impuestos que influyen en el costo de producción», asegura.
«Hoy más que nunca requerimos del ingenio y la creatividad para sobrellevar el momento, a la vez que exportar se vuelve vital para seguir creciendo», dice Darío Soich, CEO en DS Pickups, creada en 2001 para diseño y fabricación de micrófonos electromagnéticos para instrumentos eléctricos.
En 2013 comenzaron a exportar hacia Brasil, Venezuela, México y Estados Unidos, pese a que -según Soich- «siempre es más difícil exportar para una empresa pequeña por una cuestión de escala productiva, precios relativos, capacidad de negociación y recursos disponibles».
«La situación actual de las importaciones nos perjudica por completo, ya que la mayoría de los productos son de muy bajo precio», alerta Walter Núñez, director de Solidrums Argentina
Un camino diferente
Las políticas globales tendientes al proteccionismo dificultan aún más la colocación de productos en el exterior. Al respecto, la Argentina optó por un camino distinto y desde la cámara consideran que «sería necesario tomar medidas de protección y promoción de las exportaciones e importaciones, especialmente al tratarse de sectores de alto valor agregado como el nuestro». Para mencionar solo un aspecto que mejoraría la competitividad, Cafim viene trabajando desde hace tiempo en el pedido de reducción de aranceles aduaneros para los insumos básicos que requieren para la producción. «La disminución de las alícuotas de importación en concepto de materias primas y componentes electrónicos que no se fabrican en la Argentina sería de gran ayuda para el crecimiento interno y externo», señalan.
Desde Cafim son optimistas y creen que las exportaciones del sector seguirán en aumento, aunque no al ritmo que desean y por la capacidad productiva instalada. «Estamos convencidos de que se deben articular políticas estatales de promoción de las exportaciones y ciertas medidas de protección frente a las importaciones, como está ocurriendo en los países desarrollados. Si acompañamos esa tendencia, seguramente obtendremos mejores resultados y mayor dinamismo en el sector», concluyen.