Liderado por la profesora Andrea Zingarelli, el Proyecto Amenmose propone la conservación y estudio de la tumba de Amenmose, un noble tebano que se destacó durante el denominado Reino Nuevo, hace 3.500 años.
La tumba capilla del «trabajador de la necrópolis de Amón» Amenmose consta de dos salas y tiene forma de T. Actualmente, la entrada a la tumba es a través de un túnel y un agujero de 50 por 37 cm. desde una tumba vecina, y debido a esto, es necesario encontrar la entrada original para efectuar los trabajos de conservación.
«En esa época las tumbas dejaron de ubicarse en pirámides y, en cambio, se empezaron a cavar en la roca del valle», explicó la directora de la iniciativa arqueológica. Este histórico lugar se encuentra en Sheikh Abd el- Qurna, tan sólo cinco kilómetros al oeste de la ciudad de Luxor, del otro lado del Río Nilo.
A 60 años de un hito de la egiptología en la Argentina, cuando Abraham Rosenvasser formó parte de una misión francoargentina junto a Jean Vercoutter ante el llamado de la UNESCO para que se conservaran distinto monumentos egipcios que estaban en riesgo por las aguas del embalse de la nueva represa de Asuán, el grupo de científicos de distintas disciplinas aspira a seguir avanzando en el estudio de la tumba de Amenmose.
Gracias a las dos primeras campañas de este grupo de argentinos, «los textos de las paredes de la tumba están casi todos traducidos», destacó Zingarelli, profesora de Historia devenida en egiptóloga.
Los expertos que integran el Proyecto Amenmose pertenecen a distintas universidades nacionales, las de Córdoba, Tucumán, Buenos Aires y La Plata.
Esta tumba en particular fue elegida como objeto de estudio por la «posibilidad de concreción» de los fines de la investigación, ya que no es un lugar muy grande y cuenta con la ventaja de que se encuentra muy cerca de Luxor, una de los principales destinos turísticos del país de las pirámides: antiguamente allí estaba Tebas, entonces capital imperial
«Es una tumba pequeña, lo que implica un trabajo de unos diez años. Luxor es bastante más amable para trabajar, porque es muy turístico y eso te da facilidades», señaló la directora ddel proyecto, a quien le dicen sus colegas la «Indiana Jones argentina».
El lugar de descanso de Amenmose «tiene un potencial enorme, porque está totalmente decorada y eso tiene mucha información sobre la época».
Además de estudiarla, la comitiva argentina también buscará preservarla para el futuro: «Hubo muchas intervenciones, caras rayadas, destruidas. Hubo gente viviendo, haciendo fuego. Incluso había ganado. Hasta 2008 vivió población en esta zona».
Hasta el momento, los investigadores se vieron sorprendidos por unas pinturas que muestran escenas de banquetes y una del propio Amenmose inspeccionando las tareas de trabajadores agrícolas, algo a lo que no se dedicaba. Uno de los próximos objetivos, tras la liberación del ingreso principal, es determinar si todavía están los restos. «Probablemente esté ahí la tumba de Amenmose, pero para verificarlo tenemos que excavar la entrada original e ingresar».
Pero para poder concretar la tercera campaña y la excavación, algo que prevén hacer entre fines de 2022 y principios de 2023, los científicos argentinos necesitan financiamiento y para ello lanzaron una colecta virtual. «No es un proyecto demasiado caro. Lo más costoso son los pasajes y la mayoría los pagamos nosotros. La primera campaña la hicimos con 5 mil dólares y la segunda, con 3 mil. Ahora, como hay que excavar, necesitamos unos 10 mil dólares», detalló la docente de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
Para poder aportar a la iniciativa de este grupo de científicos se puede donar dinero a través de la app cafecito proyectoamenmose o mediante transferencia bancaria (Asociación Civil Amenmose Egipto: CBU 0110030340003025710680 – Alias EGIPTO.TUMBA.318).
Además del trabajo en el desierto egipcio, los miembros del Proyecto Amenmose difunden sus conocimientos en escuelas: «Queremos que esto salga del ámbito académico y que haya transmisión del conocimiento», remarcó Zingarelli.