El resultado de las elecciones legislativas de ayer en Francia es un revés para el presidente de la República, Emmanuel Macron, apenas dos meses después de salir reelegido con comodidad.
Su coalición pierde 100 o más bancas para quedarse con 244 de 577, según el recuento oficial con un 100% del voto escrutado.
En segunda posición, con 127 bancas, queda la Nueva Unión Popular Ecológica y Social (NUPES), la alianza de populistas de izquierda, socialistas, ecologistas y comunistas liderada por Jean-Luc Mélenchon.
El otro resultado significativo de las elecciones de ayer en Francia es el ascenso del Reagrupamiento Nacional (RN), la «derecha antisistema» y euroescéptica de Marine Le Pen, que pasa de ocho diputados a 89.
La abstención fue del 53,7%, medio punto más que en la primera vuelta, el domingo pasado, pero cinco puntos menos que en la segunda vuelta de 2017. Los números de bancas podrían variar una vez que todos los diputados —algunos se presentaban sin la etiqueta oficial de ningún partido— se hayan ubicado en cada grupo parlamentario.
Pero parece evidente que gobernar Francia en los próximos cinco años va a requerir acuerdos puntuales del oficialismo con una de las dos fuerzas opositoras.