Tras la firma del reciente acuerdo Stand-By, el Fondo Monetario Internacional (FMI) analiza la reapertura de su oficina en la Argentina cerrada durante la gestión del kirchnerismo en el poder.
En el marco de la cumbre del G-20, cerca del organismo multilateral del crédito ratificaron que es una medida que se está considerando seriamente desde el managment (no desde el board) de la institución. Según indicaron se intentaría que esa oficina se abriera en agosto. Pero si la apertura no se logra en ese mes, igual está previsto que una delegación del FMI llegue en septiembre para la primera revisión del acuerdo que implica un crédito de USD 50.000 millones.
En el Fondo descartan que la decisión esté directamente vinculado al acuerdo firmado con la Argentina. El FMI tiene más de 80 oficinas en el mundo y es un organismo descentralizado, aunque no tanto como el Banco Mundial, sugieren. Las fuentes cercanas a Christine Lagarde estiman lo que mueve a considerar esta decisión es esencialmente poder tener «una relación más cercana y seguida con las autoridades, y actores económicos del país». Según estiman, esto no tiene nada fuera de lo común ni se trata de una cuestión peculiar.
En marzo de 2012, el FMI anunció que cerraba sus oficina en el país. Lo hizo por la persecución judicial iniciada por el ex secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien a través de una causa judicial iniciada en 2011 le pidió al organismo que explicara sus estadísticas.