Dos de cada tres semiconductores que se fabrican van destinados a la automoción o la industria de electrodomésticos. Este sector facturó en 2021 la cifra récord de un billón de euros en el mundo. Y Taiwán es el mayor fabricante, con un 65% de cuota de mercado en una industria estratégica. Esta nota de Deutsche Welle da detalles sobre el reciente episodio de tensión.
No es casualidad que Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos también se haya reunido con Mark Liu durante su visita a Taiwán.
Liu es presidente de la compañía taiwanesa TSMC, que es el mayor fabricante de chips del mundo y abastece de semiconductores a la economía mundial: desde chips de alta calidad para la industria aeroespacial hasta componentes de producción masiva para el control electrónico de automóviles o refrigeradores.
Si la producción de chips se paraliza en Hsinchu, la metrópoli de semiconductores de Taiwán, en Alemania -al otro lado del mundo- los fabricantes de automóviles tendrán que detener sus líneas de ensamblaje y enviar a sus empleados a casa.
En la zona libre de impuestos alrededor de la ciudad de Hsinchu, que tiene menos de 500.000 habitantes, la industria de los semiconductores ha sido el centro de atención desde la década de 1980. Allí, a menos de 150 kilómetros de la China continental, se encuentran dos de las universidades más importantes de la isla, que forman especialistas para las empresas del Parque Científico de Hsinchu – donde tienen su sede la mayoría de las firmas tecnológicas de Taiwán.
El corazón de este parque son los 20 fabricantes de semiconductores que producen chips para las grandes tendencias digitales de la economía mundial. Desde allí, los dos mayores fabricantes de semiconductores del mundo, TSMC y UMC, suministran al mundo sus productos de alta tecnología.
TSMC es el líder indiscutible, con unos 65.000 empleados, no solo en Taiwán, sino en todo el mundo. La empresa fabrica más de 10.000 productos diferentes y son pioneros del mundo digital. El logotipo de la empresa no es visible en ninguno de los productos porque TSMC se encarga de la «fundición». Es decir, son fabricantes que producen semiconductores por encargo de Apple y otras empresas de alta tecnología.
Liu dirige esta empresa taiwanesa de gran importancia, de la que la mayoría de la gente nunca ha oído hablar. Poco antes de la visita de Pelosi a Taiwán, el jefe de TSMC advirtió en la televisora CNN que una invasión china provocaría la paralización de la producción de chips en las fábricas de TSMC. En caso de uso de la fuerza militar o de una invasión, «TSMC dejaría de ser operativa. Nuestras instalaciones de producción muy sofisticadas dependen de la conectividad en tiempo real con el exterior, con Europa, Japón y Estados Unidos», sostuvo Liu.
TSMC domina más de la mitad del mercado mundial de semiconductores. Sus clientes son todos los grandes nombres de la industria mundial de estos: además de Apple, están el especialista en chips Qualcomm e Infineon. Los gigantes estadounidenses Intel y Broadcom también encargan la producción de sus semiconductores a TSMC, al igual que el especialista en procesadores gráficos Nvidia. Todos los pesos pesados tecnológicos que están involucrados actualmente en la digitalización, la inteligencia artificial o la conducción autónoma dependen de TSMC.
La empresa también es líder mundial en procesos de fabricación de chips de alta gama, por ejemplo, para las industrias aeroespacial y de defensa. En Estados Unidos, los chips de TSMC se instalan en los aviones de combate F-35 o en el sistema de armas antitanque Javelin, con el que Ucrania fue capaz de derribar tanques rusos. Los componentes de TSMC también alimentan las supercomputadoras de los Laboratorios Nacionales de Estados Unidos, donde se llevan a cabo investigaciones pioneras de interés nacional.