Luego del parate en el financiamiento de las represas en Santa Cruz, los bancos de crédito chino reactivarán los desembolsos antes de fin de año. Se espera que entonces lleguen aproximadamente US$ 540 millones. Parte de esas transferencias estará destinada a acelerar las obras de las centrales hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cépernic (antes llamadas Cóndor Cliff y La Barrancosa, respectivamente).
Hasta fines de 2020, China había enviado US$ 1350 millones de los US$ 4714 millones que cuesta la construcción de las represas. Pero el financiamiento se cortó por la demora en las obras. Para recomponer los plazos de pago, China esperó a que la Argentina acuerde con el FMI, algo que sucedió recién en marzo pasa
En la última reunión bilateral entre el presidente Alberto Fernández y su par chino, Xi Jinping, en la cual participó el ministro de Economía, Sergio Massa, se habría destrabado el financiamiento, que proviene de un pool de bancos compuesto por China Development Bank Corporation, Industrial and Commercial Bank of China Limited (ICBC) y Bank of China Limited.
Las centrales hidroeléctricas deberían haberse finalizado en 2020, pero por cuestiones ambientales, financieras y la pandemia, las represas tienen recién un avance de obra de 35,4% en la Jorge Cepernic y de 22,8% en la Néstor Kirchner. La nueva fecha de finalización sería en 2025 y 2027, respectivamente.
“Desde que comenzó el proyecto, pasaron seis funcionarios de Energía y cinco presidentes de Energía Argentina (Enarsa, la empresa estatal a cargo de supervisar de las obras). Estos cambios hacen que el proyecto tenga sus demoras”, señalan en el sector.
La construcción de las represas está a cargo de la unión transitoria de empresas (UTE), compuesta en un 54% por la china Gezhouba, un 36% por Eling Energía (antes llamada Electroingeniería, la empresa de la cual son socias las familias de los empresarios Gerardo Ferreyra y Osvaldo Acosta) y el 10% restante corresponde a la mendocina Hidrocuyo.
El retraso hizo que el Gobierno deba renegociar el financiamiento que la entonces presidencia de Cristina Kirchner acordó en 2014, ya que el plazo del crédito finalizaba con la fecha original de terminación de las obras, en 2020, y comenzaba a repagarse con la venta de la generación eléctrica de las represas.
Mientras que los bancos chinos dejaron de financiar el avance de obra, Enarsa se hizo cargo de los costos a través de transferencias del Tesoro. Por eso, de los desembolsos que llegarían antes de fin de año, US$ 288 millones irán a las arcas del Estado.
Para normalizar los desembolsos del crédito chino, Enarsa debió presentar un nuevo proyecto ejecutivo. Todavía falta, sin embargo, firmar la adenda financiera para tener el nuevo esquema de desembolsos, que es una negociación que llevan adelante el representante del Ministerio de Economía y titular del Indec, Marco Lavagna, con los bancos chinos. Mientras tanto, el gasto mensual de mantener la estructura de las dos obras cuesta $1100 millones.
Las centrales están ubicadas a 145 kilómetros de El Calafate. Las megaobras permitirán aumentar 4,5% la oferta de energía eléctrica nacional. La represa Jorge Cepernic tendrá una altura de 41 metros y contará con tres turbinas del tipo Kaplan, que proveerán 1780 GWh por año. Estará ubicada a 50 kilómetros de distancia al oeste de la represa Néstor Kirchner, que tendrá 68 metros de altura y contendrá cinco turbinas del estilo Francis, que generarán 3167 GWh por año.
El próximo jueves 8 se espera que llegue al puerto de Punta Quilla, en Santa Cruz, la primera turbina de la represa Jorge Cepernic, proveniente de China. Luego, se llevará en camión a la obra, que, debido al camino de ripio, podría demorar hasta dos días en llegar, pese a estar a unos 200 km.
Los técnicos chinos ya están en el país para ayudar en la instalación y capacitación para el mantenimiento. En las obras trabajan alrededor de 2800 personas, de las cuales hay 150 empleados chinos. Muchos de los chinos son traductores. Otros 2100 trabajadores son obreros de la construcción y están bajo el convenio UOCRA de Santa Cruz.
En paralelo a la construcción de las represas, el próximo año deberían iniciarse las obras para instalar una nueva línea de alta tensión de 170 km, que unirá las centrales hidroeléctricas con la estación transformadora de Piedrabuena.