Pampa Energía invertirá u$s500 millones para construir un parque eólico en Bahía Blanca

Pampa Energía anunció una inversión de u$s500 millones para la construcción de un nuevo parque eólico de 300 MW en Bahía Blanca.
El anuncio fue realizado este jueves durante la recorrida del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, por las obras del Parque Eólico Pampa Energía IV en Coronel Rosales.
Actualmente Pampa opera el Parque Eólico Mario Cebreiro, que aporta 100 MW de energía renovable al sistema interconectado nacional, los Parques Eólicos Pampa Energía II y III ambos de 53 MW, ubicados en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, y el Parque Eólico Arauco II situado en la provincia de La Rioja de 100 MW.Durante la jornada, Axel Kicillof, visitó la construcción del Parque Eólico Pampa Energía IV, donde la compañía se encuentra instalando 18 aerogeneradores con una inversión de más de 128 millones de dólares y una potencia instalada de 81 MW, equivalentes al consumo de 100.000 hogares. El mandatario estuvo acompañado por el presidente de Pampa Energía, Marcelo Mindlin; los intendentes de Coronel Rosales, Mariano Uset, y de Bahía Blanca, Héctor Gay; y otros funcionarios nacionales, provinciales y municipales.Marcelo Mindlin afirmó que: “En 2015, por unanimidad y con el apoyo de todas las fuerzas políticas, se sancionó la ley 27.191 que establece que para 2025 el 20% de la matriz energética debe provenir de fuentes renovables. Desde Pampa ya invertimos cerca de 600 millones de dólares para contribuir al cumplimiento de este objetivo. Hoy estamos anunciando nuestro sexto parque, que tendrá una potencia de 300 MW, y nos permitirá alcanzar una capacidad de generación de energía renovable total de 687 MW”.Y agregó: “Este nuevo parque que habilitaremos en unas pocas semanas más, sumado al que anunciamos hoy, nos permitirá abastecer con energía renovable a más industrias. Estamos orgullosos de la concreción de estas inversiones que le permiten al país diversificar y ampliar su matriz energética con un horizonte de mayor sostenibilidad».El nuevo parque eólico anunciado será el quinto de la compañía en el sudeste de la provincia de Buenos Aires. Se estima que para mediados del año que viene se encuentre operativa la primera etapa, que sumará 94,5MW.

Comentario de AgendAR:

Nos alegra una inversión tan alta en Bahía Blanca. El PEPE IV (por Parque Eólico Pampa Energía) generará trabajo, como lo hicieron los PEPES del 1 al 3, aunque no parezca haber componentes nacionales en los aerogeneradores. Si los hubiera, el «press release» de la Pampa lo habría mencionado.

Son las cosas que permite el Plan RenovAR, de tiempos de Macri: importar sistemas complejos sin un tornillo argentino, y sin tasas aduaneras.

De todos modos a estas máquinas siempre habrá que hacerles mantenimiento, y no creemos que Pampa vaya a traer ingenieros y técnicos eléctricos importados. No son mejores, pero sí más caros.

En algún momento las máquinas también consumirán repuestos, a lo largo de sus vidas útiles de aproximadamente 20 años de calendario. Y si los repuestos no se fabrican aquí, al menos algunos, y a precio peso, las turbinas quedarán paradas. Como sucedió con las que se importaron para el Parque Morán, en Comodoro Rivadavia, en tiempos de Menem.

En Brasil no ponés una turbina, y mucho menos un parque eólico entero, sin fabricación nacional, aunque se trate de marcas extranjeras y bajo licencia. En Ceará es un 100% de fabricación nacional. La Argentina es más «business friendly», dicen los inventores del Plan RenovAR, pero el efecto es paradójico, porque Brasil cerró 2022 con 22 GW instalados y 9294 turbinas «made in Brazil».

La Argentina, en cambio, tiene 3,29 GW instalados, y sus turbinas son mayormente danesas y alemanas. Algunas pocas tienen torres metálicas o carcazas de góndola locales. Los fabricantes locales (IMPSA, NRG, INVAP) se han vuelto una nota al pie. Ups. Pero es un orgullo que en Argentina se inviertan U$ 500 millones para generar industria, trabajo y royalties en Dinamarca.

Nos interesa subrayar que una potencia instalada de 81 MW no equivale en absoluto al consumo de 100.000 hogares. Lo hacen mientras hay viento aprovechable. Cuando no hay, no.

No hay que confundir capacidad instalada con generación anual, ¿OK? 81 MW térmicos o nucleares tal vez iluminen 100.000 hogares, porque suministran potencia firme, de base, 24×7, y a descontar días de mantenimientos, programados o no.

Pero el viento es un «combustible» más veleidoso, no sólo intermitente sino impredecible. Un climatólogo puede modelizar matemáticamente cuántos dias de buen viento habrá en Diciembre de este año, pero aunque en la media general no se equivoque, el dueño de un parque ignorará todo ese mes si en la media hora siguiente el viento no se planchará, o por el contrario, se volverá demasiado brutal y habrá que clavar los frenos y poner las palas «en bandera» para que la turbina no se rompa. La intermitencia sigue algunos patrones, la impredictibilidad sucede en el corto plazo.

Para dar un ejemplo, con vientos muy persistentes, como los de Pico Truncado, meseta central de Santa Cruz, el factor de carga es del 51%. Eso quiere decir que un parque de 81 MW allí genera a potencia nominal un 51% del año, es decir 186,15 días por año. A descontar de ahí los días de mantenimiento o reparación, que no sólo dependen de la marca sino de las características locales del viento.

¿Se puede decir que en Pico Truncado 81 MW eólicos equivalen más o menos al 45% de esa cifra en potencia firme, es decir 36MW térmicos o nucleares? Probablemente sí en la potencia anual generada. Pero en la realidad cotidiana, donde pesa la impredictibilidad instantánea del viento, para abastecer a 100.000 hogares hará falda «respaldo caliente», alguna central de ciclos combinados con las turbinas calientes, emitiendo gases de escape pero desconectada de la red, y lista para reemplazar al parque en pocos minutos si se cae el viento.

Por ende el viento, que en una Argentina que importa todo y no fabrica nada, es abundante pero genera trabajo, tampoco es tan limpio ni tan barato como lo venden. Sin embargo, es algo que no falta en esa bella y prolija ciudad bonaerense: el factor de carga promedio en los sitios costeros del sur de la provincia es alto, el segundo mejor después de los vientos patagónicos. En Bahía Blanca, según el Lic. Roque Pedace, biólogo y magister en gestión de ciencia y tecnología, anda cerca del 60%.

Pese al Plan RenovAR, el viento no es importado.

Daniel E. Arias

VIAÁmbito