La empresa sueca Scania, una de las líderes globales en vehículos de gran porte, iniciará en breve una experiencia piloto de biocombustibles con la línea de colectivos 132, que circula en la Capital Federal.
A raíz del compromiso de no utilizar combustibles fósiles en el año 2050, la firma empezará a usar biodiésel en los colectivos que fabrica. Scania tiene planta en Tucumán. Desde allí exporta hasta un 100% de algunas de las cajas de cambios, transmisiones y motores producidos. En cuanto al combustible que usará la línea 132, es biodiésel de exportación. De acuerdo a los gerentes de Scania, puede ser utilizado en una proporción mayor al 12% fijado actualmente como tope en su mezcla con gasoil de origen petrolero.
Se calcula que el actual precio del petróleo, cerca de los US$ 80 por barril, permite que los números cierren.
Otra prueba piloto es la que Scania acaba de sellar con la productora de equipos y gas licuado Galileo. Los camiones de la firma, que trasladarán el gas licuado (GNL) de Galileo a los centros de consumo, también lo usarán como combustible de sus motores. Es un caso raro: no hay experiencia argentina significativa con el uso de GNL como combustible en el transporte vial y urbano.
El GNL tiene un quemado perfecto y ocupa 600 veces menos volumen que el metano gaseoso a 1 atmósfera de presión, de modo que un tanque da una autonomía notable. Pero para mantenerse líquido debe estar a 161 grados Celsius bajo cero, lo que requiere de una aislación térmica perfecta e invulnerable a vibraciones e impactos en todo el circuito del combustible hasta el regulador donde se regasifica para su quemado. En algunas aplicaciones ya un combustible aceptado en motores grandes y para largas distancias: transporte naval y camiones ruteros, por ejemplo. Tiene un gran futuro.
En cambio, la Argentina logró ser en más de una ocasión el país con la mayor flota mundial de automóviles convertidos a GNC. Se trata siempre del mismo gas, metano, pero en éste caso está comprimido sin licuar, a una presión de 200 atmósferas. No hace falta regasificarlo y la combustión es eficiente y limpia, pero la autonomía es menor que la de los combustibles líquidos a temperatura ambiente (naftas y gasoil), o la del GNL a temperatura criogénica. En Argentina, el GNC logró ser más un combustible intraurbano que inter-urbano, salvo en grandes corredores como la RN2, donde hay estaciones de servicio a no más de 150 km. entre sí.