Adriana Serquis es la presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica, organismo dependiente de la Secretaría de Energía que se ocupa de la investigación, desarrollo e innovación en las tecnologías nucleares y sus aplicaciones pacíficas desde el año 1950. En diálogo con Agencia Paco Urondo se refirió a las potencialidades de esa energía para el desarrollo del país.
Agencia Paco Urondo: ¿Qué significado tiene, para nuestro país, tener tecnología atómica propia?
Adriana Serquis: Poseer tecnología nuclear en el mundo significa pertenecer a un club de países específicos y poder establecer relaciones a nivel internacional. También tener la capacidad desarrollar estos conocimientos, tanto sea para aplicaciones en energía, que nos permitiría garantizar parte de la soberanía energética, como en el área tecnológica, con otras aplicaciones en salud, industriales. Implica un desarrollo que puede derivar en una cadena de valor mucho más amplia e importante, con un valor agregado diferente que lo distingue de cualquier otra tecnología.
APU: ¿Qué sería pertenecer a un club de países específicos?
A.S.: Pertenecemos a lo que se llama Nuclear Suppliers Group. A nivel internacional, este año lo lidera la República Argentina, el año que viene lo va a liderar Brasil. Lo hace como país con tercera posición, que no está alineado ni con un bloque ni con otro, hablo particularmente de China y de Estados Unidos. Los países que tienen la potencialidad de poseer tecnología nuclear tienen muchas normativas para evitar la proliferación y la producción de armas. Siguiendo los acuerdos internacionales que hay, este grupo determina las normativas de exportación e importación de productos que puedan estar relacionados con esta proliferación.
De esta manera, poder ser partícipes de esas discusiones implica que podamos tener un dominio o al menos una participación importante en la definición de esos intercambios. Por ejemplo, si nosotros necesitamos acero para una determinada industria, si ese acero tiene, a su vez, aplicaciones en el área nuclear, puede ser que tenga ciertas restricciones. El hecho de que nosotros tengamos normativas claras, de contabilidad y control de todos los materiales que poseemos, nos permite realizar estas transacciones sin caer en determinadas restricciones. Es muy importante poder estar en ese club, si querés, de países que determinan estas normativas.
«La influencia que pudo haber tenido la energía nuclear y sus accidentes en el mundo, estadísticamente, es como comparar la seguridad a viajar en un avión a hacerlo por vía terrestre»
Reactores modulares, la apuesta nacional
APU: Argentina es pionera en reactores modulares pequeños. ¿Cuáles son las ventajas que tienen y por qué el mundo los está mirando con tanto interés?
A.S.: Porque, en principio, siempre existe el temor a las grandes centrales nucleares, con los antecedentes que hay. Siempre digo que, de todas maneras, la influencia que pudo haber tenido la energía nuclear y sus accidentes en el mundo, estadísticamente, es como comparar la seguridad a viajar en un avión a hacerlo por vía terrestre: uno tiene miedo de viajar en avión cuando, en realidad, es muchísimo más peligroso hacerlo por tierra.
Al temor que genera en la sociedad, es importante señalar que hacer grandes centrales nucleares tiene problemas de financiamiento. Entonces, en cuanto a cumplir las metas de la transición energética de bajar la emisión, los reactores modulares pequeños permiten tener un financiamiento de menor escala. Permitiría financiar pequeños reactores que se pueden hacer, justamente, en forma modular, incrementando la potencia, por un lado y garantizando la seguridad, por el otro. Haciéndolo de otra manera, porque integran conceptos de lo que se llama seguridad pasiva, al sumar lo que se llama recipiente de presión de los componentes. Un diseño de funcionamiento que permitiría, ante cualquier eventualidad, se autoapague sin necesidad de contar con suplementos externos de energía eléctrica. Esto último es lo que, como en el caso de Fukushima, dio lugar a los problemas que ha tenido ese reactor: la falla de los sistemas auxiliares.
También se pueden adaptar a diferentes necesidades aisladas de la red. Pienso en aplicaciones como la desalinización en lugares aislados, en lugares de nuestro país que están por fuera de la red eléctrica o, incluso, en otros nichos como la generación de hidrógeno, que ahora está tan de moda. En nuestro país, la Central Argentina de Reactor de Elemento Modulares (CAREM), es un proyecto pionero en el mundo. Si bien hay más de 70 proyectos con similares estilos, este es uno de los más avanzados. De hecho, salió el lunes de esta semana, un informe que así lo explica: tiene en este momento un 63% de avance en su construcción y de los otros proyectos, muchos, están solamente en papel.
Es decir, siguen siendo una idea. Otros han avanzado en lo que se llama el licenciamiento, el haber tenido la aprobación de las autoridades regulatorias correspondientes de sus propios países, y algunos han empezado a hacer los diseños de ingeniería, pero hay solamente 2 en construcción de este estilo. Dentro de esta temática de los reactores modulares pequeños, realmente el CAREM es uno de los más avanzados en el mundo. Argentina representa una oportunidad única porque se lo piensa como el primer reactor de potencia, o sea, que genera energía eléctrica.
APU: Calculo que eso, también, beneficia a nuestra industria.
A.S.: Está íntegramente diseñado en nuestro país, tiene todas las capacidades nacionales, nos permite desarrollar una cadena de valor de la industria, metalmecánica, asociada, eléctrica, etc., de componentes de alta calificación. Hubo más de 1000 contratos con empresas argentinas que van desarrollando pequeños componentes. Algunos que requieren calificación nuclear y otros que requieren, simplemente, calificación de alta calidad, cumpliendo con ciertas estampas internacionales. Estamos bastante orgullosos de ese proyecto, como verás. Se le está apostando porque puede servirnos no sólo para las necesidades de nuestro país, sino como un bien exportable, así como ocurrió con los reactores de investigación en INVAP.
“A nivel mundial se está reevaluando la energía nuclear porque garantiza lo que se llama energía de base. Los otros tipos de energías, a partir de energías renovables, tienen el problema de la intermitencia”
APU: Hablabas de cuestiones de seguridad y no puedo dejar de traer el incendio en campos de General Rodríguez que afectó cables de alta tensión y el funcionamiento de Atucha, generando un montón de versiones.
A.S.: Es una industria muy controlada, tiene niveles de seguridad altísimos. El incendio fue parte de la red eléctrica normal y el hecho de que se haya apagado la central fue parte de los protocolos de seguridad. Fue una consecuencia y no la causa del apagón, es importante señalarlo. Se entiende que existe ese miedo a nivel de la comunidad relacionado con un posible evento. Un evento tipo Chernobyl no es posible en nuestros tipo de centrales, quisiera aclararlo. El CAREM garantiza la seguridad pasiva, no depende de otros sistemas auxiliares. Por la forma en que está diseñado, integra dentro de lo que es el recipiente de presión todos los componentes auxiliares. Si alguna vez se puede visitar la obra, la verdad es que es una cosa muy impactante, cómo se presenta todo lo que es el contenedor de la parte donde se realiza la reacción nuclear para poder brindar energía eléctrica. Está realmente diseñado para que no haya ningún tipo de eventualidad. A los científicos y científicas nos cuesta mucho hablar de riesgo 0 porque eso no existe, pero la verdad, garantiza que no puede haber problema de seguridad en ese sentido, de un accidente que pueda contaminar más adelante.
APU: ¿Qué puede aportar la energía nuclear?
A.S.: A nivel mundial se está reevaluando la energía nuclear porque garantiza lo que se llama energía de base. Todos los otros tipos de energías, a partir de energías renovables, como pueden ser la solar o la eólica, tienen el problema de la intermitencia: no siempre está presente el viento, el sol tampoco. Esas fluctuaciones son las que dan origen, justamente, a los problemas que tienen las redes eléctricas. Las energías como la hidroeléctrica o la nuclear, garantizan una energía de base estable. Hay todo un análisis de sustentabilidad de cuánto es el porcentaje de energía de base que debe tener. Muchos países, inclusive Japón, están volviendo a pensar en tener nuevas centrales. Francia tiene un proyecto en el que hizo todo un análisis de escenarios posibles: de qué porcentaje de su matriz eléctrica debería ser nuclear y cuál debería ser parte de renovables para llegar a esa anhelada expectativa de emisiones 0 en cuanto a gases de efecto invernadero, que tanto están afectando, reconocido ya como un problema a nivel internacional el cambio climático.
APU: Al respecto: ¿cómo está compuesta nuestra matriz energética y cuáles son nuestras posibilidades de mejorarla hacia tecnologías de menor emisión?
A.S.: En este momento, la matriz energética de energía eléctrica tiene, todavía, más de un 70% todavía de base de gas natural, a través de las centrales. Muy poco, por suerte, de carbón, que es lo más contaminante que tenemos. Aún así, tenemos más del 70% de energías fósiles. El resto es energía hidráulica en un 20%, bastante energía eólica que fue aumentando en la matriz, y un 7% de energía nuclear. En principio, en algunos de los escenarios que se fueron planteando, hay que esperar que se terminen de hacer todos esos análisis, pero parecerían indicar que sería posible o deseable, aproximadamente, un 15%. Duplicar lo que tenemos ahora. Es uno de los escenarios posibles, no digo que sea el ideal. Como dije, eso está en evaluación, con lo cual no me quiero jugar a decir un número al respecto. Todo parecería indicar que, de seguir aumentando, implicaría duplicar nuestra capacidad de creación de energía eléctrica con energía nuclear.
APU: ¿Y eso cómo se lograría? ¿Con la apuesta a los reactores modulares?
A.S.: Creo que debería haber una combinación. Primero, porque los reactores modulares son pequeños. Este primer reactor tiene solo 32 megawatts, pensá que una gran central de las nuevas tiene 1200, las centrales nucleares nuestras tienen entre 600 y 800 dependiendo si es Embalse, Atucha 1 o 2. Dependiendo de cómo termine siendo ese análisis creo que, en paralelo, se puede dar la construcción de una central grande de potencia y, simultáneamente, empezar a ver los nichos donde los reactores modulares pequeños deberían funcionar. Si aislados de la red, si para estas funciones específicas, como puede ser tener hidrógeno. Ahí, incluso, interviene el negocio de la exportación de estas centrales, contribuyendo con este proceso en otros países, tanto sea de América Latina como de otros países del mundo.
APU: Hablabas de cuestiones de seguridad y no puedo dejar de traer el incendio en campos de General Rodríguez que afectó cables de alta tensión y el funcionamiento de Atucha, generando un montón de versiones.
A.S.: Es una industria muy controlada, tiene niveles de seguridad altísimos. El incendio fue parte de la red eléctrica normal y el hecho de que se haya apagado la central fue parte de los protocolos de seguridad. Fue una consecuencia y no la causa del apagón, es importante señalarlo. Se entiende que existe ese miedo a nivel de la comunidad relacionado con un posible evento. Un evento tipo Chernobyl no es posible en nuestros tipo de centrales, quisiera aclararlo. El CAREM garantiza la seguridad pasiva, no depende de otros sistemas auxiliares. Por la forma en que está diseñado, integra dentro de lo que es el recipiente de presión todos los componentes auxiliares. Si alguna vez se puede visitar la obra, la verdad es que es una cosa muy impactante, cómo se presenta todo lo que es el contenedor de la parte donde se realiza la reacción nuclear para poder brindar energía eléctrica. Está realmente diseñado para que no haya ningún tipo de eventualidad. A los científicos y científicas nos cuesta mucho hablar de riesgo 0 porque eso no existe, pero la verdad, garantiza que no puede haber problema de seguridad en ese sentido, de un accidente que pueda contaminar más adelante.
APU: ¿Qué puede aportar la energía nuclear?
A.S.: A nivel mundial se está reevaluando la energía nuclear porque garantiza lo que se llama energía de base. Todos los otros tipos de energías, a partir de energías renovables, como pueden ser la solar o la eólica, tienen el problema de la intermitencia: no siempre está presente el viento, el sol tampoco. Esas fluctuaciones son las que dan origen, justamente, a los problemas que tienen las redes eléctricas. Las energías como la hidroeléctrica o la nuclear, garantizan una energía de base estable. Hay todo un análisis de sustentabilidad de cuánto es el porcentaje de energía de base que debe tener. Muchos países, inclusive Japón, están volviendo a pensar en tener nuevas centrales. Francia tiene un proyecto en el que hizo todo un análisis de escenarios posibles: de qué porcentaje de su matriz eléctrica debería ser nuclear y cuál debería ser parte de renovables para llegar a esa anhelada expectativa de emisiones 0 en cuanto a gases de efecto invernadero, que tanto están afectando, reconocido ya como un problema a nivel internacional el cambio climático.
APU: Eso lleva a preguntarte, entonces, cómo está compuesta nuestra matriz energética y cuáles son nuestras posibilidades de mejorarla hacia tecnologías de menor emisión.
A.S.: En este momento, la matriz energética de energía eléctrica tiene, todavía, más de un 70% todavía de base de gas natural, a través de las centrales. Muy poco, por suerte, de carbón, que es lo más contaminante que tenemos. Aún así, tenemos más del 70% de energías fósiles. El resto es energía hidráulica en un 20%, bastante energía eólica que fue aumentando en la matriz, y un 7% de energía nuclear. En principio, en algunos de los escenarios que se fueron planteando, hay que esperar que se terminen de hacer todos esos análisis, pero parecerían indicar que sería posible o deseable, aproximadamente, un 15%. Duplicar lo que tenemos ahora. Es uno de los escenarios posibles, no digo que sea el ideal. Como dije, eso está en evaluación, con lo cual no me quiero jugar a decir un número al respecto. Todo parecería indicar que, de seguir aumentando, implicaría duplicar nuestra capacidad de creación de energía eléctrica con energía nuclear.
APU: ¿Y eso cómo se lograría?
A.S.: Creo que debería haber una combinación. Primero, porque los reactores modulares son pequeños. Este primer reactor tiene solo 32 megawatts, pensá que una gran central de las nuevas tiene 1200, las centrales nucleares nuestras tienen entre 600 y 800 dependiendo si es Embalse, Atucha 1 o 2. Así que no hay tiempo de competir, hacer la cantidad de reactores modulares pequeños para poder llegar a ese número. Dependiendo de cómo termine siendo ese análisis creo que, en paralelo, se puede dar la construcción de una central grande de potencia y, simultáneamente, empezar a ver los nichos donde los reactores modulares pequeños deberían funcionar. Si aislados de la red, si para estas funciones específicas, como puede ser tener hidrógeno. Ahí, incluso, interviene el negocio de la exportación de estas centrales, contribuyendo con este proceso en otros países, tanto sea de América Latina como de otros países del mundo.