La misión de Massa en China tiene múltiples aristas con un objetivo urgente de fondo: conseguir tanto financiamiento para suplir mediante la cuenta financiera tanto como sea posible de los USD 20.000 millones que la sequía le costó a la cuenta corriente y, sin los cuales, la actividad se resentirá el resto del año. En este sentido, la ampliación del swap con el Banco Central de China es otra fuente adicional de divisas. Por eso, el ministro a fin de la tarde se dirigió a Beijing donde mañana tendrá la reunión clave para extender el intercambio de monedas por tres años más y, a su vez, negociar más yuanes.
La protegida de Lula, que desde abril preside el NBD, recibió a Massa con una solución para puentear las dificultades técnicas para acceder al fondeo del banco financiado por Brasil, Rusia, Irlanda, China y Sudáfrica (BRICS): Argentina podrá pasar a ser socio -con Brasil como su padrino- si integra capital por unos USD250 millones y se compromete a las metas de fondeo futuro. El directorio del banco ya lo aceptó y Argentina entraría junto con Arabia Saudita, Egipto y Zimbabue, los cuatro bajo los mismos términos. Argentina, a priori, podrá integrar esos fondos con bonos soberanos, es decir, sin sacrificar reservas y, una vez asociado, podrá presentar proyectos a ser financiados con parte de los USD50.000 millones del NDB. De esta forma, Massa conseguirá diversificar las fuentes de fondeo de organismos multilaterales de crédito, los únicos que le prestan divisas a Argentina mientras sigue aislada de los mercados voluntarios de deuda privada internacionales. En los últimos meses el FMI, el Banco Mundial, el BID, la CAF y el BCIE fueron los principales prestamistas.
En efecto, de acuerdo a cálculos de la consultora PxQ, la sequía le significó al país pasar de USD70.000 millones a USD 60.000 millones de exportaciones en 2023, pero como Argentina a falta de reservas internacionales ya acumulaba desde el 2022 una deuda comercial por USD10.000 millones, este año las necesidades para la cuenta financiera se ampliaron a USD 20.000 millones. Sin ellos, las importaciones necesariamente caerán en la segunda mitad del año. Según explicó su director, el ex viceministro de Economía Emmanuel Álvarez Agis, al auditorio virtual de la administradora de fondos MegaQM, en los primeros tres meses del año, el Banco Central y el Ministerio administraron la escasez de reservas con los permisos de importación del SIRA, pero en abril –de la mano del dólar agro– permitieron su expansión al punto que dejaron en negativo las reservas netas, pero garantizaron que durante el primer cuatrimestre el nivel de actividad se mantuviera en crecimiento pese a la falta de divisas. Esa laxitud, por contrapartida, incrementó aún más las necesidades de financiamiento alternativo para el país.
Y aunque Álvarez Agis calificó como “un chino” el procedimiento para usar el swap para financiar importaciones del gigante asiático, lo cierto es que el país necesita generar ese espacio de oportunidad para las empresas que tengan proveedores chinos que les acepten cobrar en yuanes, que no lo son todos; y también para poder darle más usos al swap vigente. Por eso, Massa se dirigió a Beijing a reunirse con el ministerio de Comercio de China, Wang Wentao; con funcionarios de la Cancillería de China para la apertura del mercado chino a nuevos productos argentinos, y por último con representantes del Eximbank. “Allí avanzaron en el comercio bilateral, en proyectos de infraestructura y en la ampliación del uso del swap de monedas entre ambos países”, detallaron fuentes oficiales.
Todo en la previa a la reunión clave que mantendrán este viernes Massa y Miguel Pesce, el presidente del BCRA, con su par del Banco de la República Popular de China (PBC), Yi Gang, para firmar la renovación del swap de monedas de 2020 por otros tres años, en linea con la colaboracion bilateral que sostienen desde el primer acuerdo en 2009. Fuentes oficales aclaroron que el convenio es por el intercambio de monedas como refuerzo de reservas internacionales por 130.000 millones de yuanes-renminbi y una activación especial por 35.000 millones de yuanes-renminbi para compensar operaciones del mercado cambiario.