La Comisión Nacional de Actividades Espaciales, CONAE, es la agencia encargada del plan nacional espacial del estado argentino. Para cumplir las funciones cuenta con información espacial generada por satélites construidos y diseñados en la Argentina y opera junto con INVAP (empresa pública de innovación tecnológica) en Bariloche, y con la NASA, la principal agencia de Estados Unidos.
La agencia del Gobierno nacional, junto al Instituto Nacional del Agua (INA) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), pudo concluir a mediados de abril, que el río Colorado, clave para la producción agrícola, registró una caída de hasta 60% en la oferta hídrica.
Buscando agua
Los satélites SAOCOM entraron en acción ya que la CONAE confirmó que los satélites podían proveer información clave para el caso. “Aportamos a este convenio todas las bases de datos satelitales que tiene la CONAE, con un fuerte énfasis en los datos de la constelación SAOCOM 1, para analizar variables que asistan al monitoreo de la cuenca, como el equivalente en agua de nieve y el momento en el cual la nieve empieza a fusionarse, ya pudimos reconstruir escenarios de información histórica”, explicó Romina Solorza, de la Gerencia de Observación de la Tierra de la CONAE.
“Los satélites de la misión llevan un instrumento radar de apertura sintética cada uno, que son polarimétricos y operan en la banda L del espectro electromagnético”, explica Laura Frula, investigadora principal de la Misión SAOCOM. “Esto les da la ventaja de la capacidad de penetración por debajo de la superficie terrestre y también de la posibilidad de identificar existencia de agua en la superficie terrestre y por debajo de ella”, añadió.
Sofía Teverovsky, quién también integra la Gerencia de Observación de la Tierra de la CONAE, detalló que “los datos satelitales son muy importantes para el estudio de la cuenca ya que pueden obtener información pixel a pixel de todo el área, pueden medir diferentes parámetros de la nieve del caudal de río. Con la información del radar del SAOCOM podemos confeccionar mapas de nieve con una resolución espacial de 10 metros”, destacó.
Al servicio del sector agrícola
Frulla comentó que el foco de la SAOCOM está en el sector agropecuario. Se utilizan los datos que aportan para predecir los cultivos y cuánto van a rendir. “Se generan mapas de humedad de suelo, que son los objetivos de emisión. Y a partir de estos mapas, se generan mapas de pronóstico de fusariosis en el trigo, estimación de rinde de los principales cultivos de nuestro país, tales como soja, maíz, trigo y girasol, eso principalmente en la región pampeana, aunque también se puede generar fuera de la región pampeana, pero la región pampeana es la zona en la que se cultiva por excelencia este tipo de cultivos”, explicó.
Los satélites SAOCOM cuentan con dos misiones, el 1A, lanzado al espacio en 2018, y el 1B, lanzado en 2020. Se encuentran equipados con un Radar de Apertura Sintética (SAR) en banda L, desarrollado en la Argentina, único en el mundo, y que se destaca por obtener información de día y de noche, e independientemente de las condiciones meteorológicas.
La información que brinda SAOCOM 1 ayuda a que los productores sepan cuál es el estado de humedad del suelo, de esta manera pueden decidir cuál es el mejor momento para la siembra, la fertilización, la cosecha y el riego óptimo, entre otros aspectos, en cultivos como soja, maíz, trigo y girasol.
Los datos que proporciona la misión SAOCOM son gratuitos para los argentinos y los residentes de Argentina. “Hay distintas posibilidades para acceder a los datos de SaoCom. A ver, una forma es, desde ya todos los datos SaoCom que se encuentran en el catálogo, que están ya adquiridos, están bonificados para aquellos usuarios cuya área de interés es la Argentina. En este sentido, esta gente solo tiene que registrarse a CONAE y aceptar la licencia de uso con un clic. Eso es nuevo relativamente y es algo que se estableció para facilitar el uso de la información”, desarrolló Frulla.
Los minisatélites
El proyecto Autonomous LEO Formation Flying Technology (ALOFT), es una misión satelital de CONAE conformada por Cube-Sats, dos nanosatélites casi idénticos, con los cuales busca experimentar y validar tecnologías de vuelo en formación y comunicación Inter satelital.
“La CONAE aspira a situar a nuestro país como un promotor destacado de la nueva tecnología de sistemas satelitales distribuidos en vuelo en formación, Lo que caracteriza a este nuevo paradigma es el control preciso de las geometrías relativas de vuelo coordinado”, explicó el ingeniero Martín España, integrante de la misión.
Los satélites ya no formarán parte de constelaciones, sino de enjambres. Este concepto consiste en un conjunto de satélites volando en una configuración de visibilidad mutua en la misma órbita y manteniendo sus posiciones relativas de manera segura pero relajada.
“El Proyecto de Tecnología de Vuelo en Formación Autónomo ALOFT de la CONAE está compuesto por dos satélites tipo Cube-Sats, de 30 centímetros de diámetro y con la tecnología más avanzada disponible, equipados con micro-propulsores, un receptor GNSS de última generación (multi constelación y multibanda), diseñado por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), y enlaces de comunicación Inter satelital”, señaló explícitamente Leonardo Comes, gerente de Gestión Tecnológica de la CONAE.
Se espera que los satélites, los cuales están equipados con micro-propulsores, un receptor GNSS de última generación (multi constelación y multibanda) y enlaces de comunicación inter satelital, sean lanzados en tres años, a una órbita de entre 500 y 700 kilómetros de altura sobre la Tierra.
“Una misión de demostración tecnológica cuyo objetivo es lograr el dominio de tecnologías habilitantes. En particular se busca probar conceptos de comunicación inter satelital y algoritmos propios de control y de navegación en tiempo real, que apuntan a dominar el vuelo en formación”, contó Comes.
“Necesitamos dominar ciertas tecnologías básicas que vamos a probar con ALOFT, como la comunicación inter satelital, para comunicar múltiples plataformas, y el vuelo en formación”, añadió.
El proyecto ALOFT se comienza a incursionar en un paradigma del desarrollo satelital, con misiones de arquitectura segmentada. “Lo que caracteriza a este nuevo paradigma es el control preciso de las geometrías relativas de vuelo coordinado. Esto permite obtener datos sobre nuestro planeta en forma simultánea de una misma escena en la Tierra desde múltiples puntos de vista, lo cual resulta un salto cualitativo respecto de la información hasta ahora aportada por sistemas monolíticos y mono-estáticos”, explicó el gerente de gestión. Estos pequeños satélites trabajan de manera colaborativa, comparten recursos y combinan datos de sus respectivos instrumentos.
Una de las incógnitas que se presentan al hablar de un nuevo proyecto es la idea de saber a quienes ayudarían esos nuevos datos. Leonardo Comes explicó que “todos los sectores, hoy en día usuarios de la información espacial, se verán beneficiados con este tipo de información, que es posible obtener mediante geometrías autónomamente controladas de sistemas satelitales distribuidos”.