Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos financiarán durante cinco años la colaboración de un investigador del Conicet en el Instituto Leloir con una colega de la Universidad de Harvard.
El objetivo es identificar los programas genéticos que se activan en una neurona durante su desarrollo en el cerebro adulto y viejo, lo que podría inspirar el desarrollo de terapias para prevenir o atenuar el deterioro cognitivo por Alzheimer o lesiones traumáticas.
Recibirán un importante subsidio para investigar la secuencia de pasos que determinan la producción de neuronas que ocurre en el hipocampo adulto (región cerebral de la memoria y el aprendizaje) y el modo en que este proceso se altera por el envejecimiento.
Se trata del doctor Alejandro Schinder, director del Laboratorio de Plasticidad Neuronal en la Fundación Instituto Leloir (FIL), y la doctora Paola Arlotta, del Departamento de Células Madre y Biología Regenerativa de la Universidad de Harvard, quienes recibirán fondos del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares, que depende de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, en el marco de un programa del Centro Internacional Fogarty, que apoya la investigación global de trastornos del cerebro y del sistema nervioso.
Mediante la realización de experimentos con modelos animales, Schinder y Arlotta apuntan a identificar los mecanismos genéticos y moleculares que regulan las diferentes etapas que atraviesan las neuronas que se «fabrican» en el hipocampo y que luego se «enchufan» al circuito del cerebro adulto.
«Se sabe que el hipocampo y otras áreas específicas del cerebro siguen fabricando neuronas durante toda su vida, un proceso conocido como ‘neurogénesis‘ que está vinculado con el aprendizaje y la formación de nuevas memorias», explica Schinder.
«Nuestra línea de trabajo ayudará a comprender a nivel molecular los factores responsables de la disminución de la plasticidad con la edad», señala el investigador argentino, quien resalta que precisamente el objetivo del proyecto binacional es encontrar los programas genéticos que se activan secuencialmente en una neurona durante su desarrollo en el cerebro adulto y viejo.
Para identificar los genes que cumplen un rol en cada uno de los momentos del desarrollo de las neuronas nuevas del hipocampo, «será necesario emplear técnicas de secuenciación masiva a nivel de una célula única, haciendo uso intensivo de herramientas de análisis bioinformático e integración masiva de datos para ayudar a la interpretación biológica de experimentos», afirma un científico argentino que va a colaborar con el proyecto, el doctor Ariel Chernomoretz, jefe del Laboratorio de Biología de Sistemas Integrativa del Instituto Leloir y también investigador del Conicet.
Los subsidios del Centro Internacional Fogarty, que este año cumplió medio siglo, buscan promover investigaciones sobresalientes en Estados Unidos y el resto del mundo que apuntan a encontrar soluciones a las necesidades de la salud pública global.
Schinder, más allá de la satisfacción personal, destaca que «debemos tomar como ejemplo el hecho de que Institutos Nacionales de la Salud de los Estados Unidos decidan financiar proyectos internacionales porque consideran que las cuestiones fundamentales se resuelven explotando la diversidad de pensamiento, con sus diferentes focos y geografías. Es rol ineludible del Estado Argentino sostener y alimentar la valiosa diversidad y calidad que hoy identifican a nuestra propia comunidad científica, imprescindible generadora de soluciones a los problemas actuales de nuestra sociedad».