Con una millonaria inversión, dos empresarios rosarinos instalarán en el parque industrial de Roldán la primera fábrica de bioplásticos biodegradables de la Argentina. Además, será única en su tipo en América del sur.
Se trata de Bionbax, una iniciativa biotecnológica que ya está en obras, que estará lista para el año que viene y que es liderada por los empresarios Gabriel Fernández (industrial, titular de AFG Ingeniería) y Ezequiel Sala (ingeniero, ex For Bío).
El bioplástico o biopolímero es cada vez más utilizado en la industria precisamente por su característica de biodegradabilidad. Se producen esencialmente a partir de los cultivos o sus deshechos (almidón, celulosa) o a través de procesos de fermentación bacteriana. Y surgen para dar respuesta a las problemáticas del plástico tradicional como contaminación del medio ambiente, tiempo de degradación (de 100 a 1000 años) y que provienen de recursos no renovables (fósiles).
El proceso de fabricación es netamente biológico y, para su producción, se utilizan fermentos y deshechos derivados de otros procesos industriales (como el lactosuero de las queserías, los deshechos de la caña de azúcar, el glicerol) para la alimentación de bacterias que terminan produciendo el bioplástico, que es biodegradable a los 30/90 días si toma contacto con agua y o alta humedad.
Los usos que tiene el bioplástico van desde productos de uso cotidiano como un sorbete, vasos, tapas, envases, bolsitas de supermercados; hasta productos de la salud y el mejoramiento de la calidad de vida (prótesis e insumos medicinales). “Hay un amplio abanico de demanda, ligada a la medicina, al embalaje o packaging, y muchos más”, señala Fernández.
Hasta hace algunos años, este insumo bio ingresaba a la Argentina proveniente de algunos de los países que lo producen a escala, como Irlanda, Estados Unidos, China, Corea, y no muchos más. Eso terminó con las restricciones a las importaciones. En nuestro país hay ensayos, prototipos, pero nunca han salido más allá del laboratorio hasta la irrupción del proyecto industrial de Bionbax.
Para dedicarse a producirlo en el país, Bionbax firmó un acuerdo con el Jerzy Haber Institute of Catalysis and Surface Chemistry de la Academia de Ciencias de Polonia, instituto pionero a nivel mundial en el desarrollo de tecnología para la producción de biopolímeros.
De allí proviene el PhD. Maciej Guzik, quien arribó el pasado 20 de marzo a Argentina, y se suma al equipo de Bionbax para liderar el desarrollo para la producción de biopolímeros en la Planta Industrial de Roldán.
Iniciativa innovadora
Los emprendedores de Bionbax decidieron instalarse en el parque industrial de Roldán por las ventajas en precio y logística. Allí adquirieron 9.600 m2, y ya y están en construcción 1.800 m2 de nave de producción y 908 m2 de laboratorios y oficinas.
Según lo previsto, y más allá de todos los inconvenientes propios para la importación de equipos e insumos importados, esperan estar operativos el año próximo.
En lo que hace a la obra civil ya está lista en 85% y para enero-marzo esperan tener instalada la maquinaria extranjera.
El objetivo de Bionbax es producir entre 300 y 400 toneladas al año de bioplástico biodegradables. “Es un nivel de producción mínimo frente al mercado por atender, que es gigantesco”, sostiene Fernández.
“La idea es ir escalando en la producción aprovechando la ventaja de ser la única en Argentina que fabricará el bioplástico”, resaltó. «Actualmente ya se dispone de PHB en el sector de cosmética y medicina. Se utiliza principalmente para recubrimiento de pastillas medicinales y jarabe. También se lo utiliza para soluciones ambientales de desechos industriales”, agregó el industrial.
Mientras avanza la obra, el objetivo de los empresarios es avanzar en acuerdos con proveedores estratégicos de los desechos alimenticios que se usan para alimentar las bacterias, que puede ir desde la industria láctea a la del biodiesel. Y el otro objetivo es buscar un socio que considere estratégico sumarse a la empresa acorde a su potencial de crecimiento y desarrollo.
“El plástico es un gran problema para la humanidad. Podemos ver artículos periodísticos y noticias tremendas de la contaminación ambiental, en mares y océanos, e incluso hay reportes científicos de la presencia de plástico en la sangre, algo así como 15 partículas microplásticas por gramo de tejido venoso. Por todo eso entendemos que es fundamental combatir el impacto negativo del plástico en la salud y el ambiente con inciativas sustentables como la fabricación de bioplásticos biodegradables”, sostuvo finalmente Sala.