¿Había espacio para otra red social? Mark Zuckerberg creyó que sí, y entonces hizo lo mismo que ya ha hecho antes: tomó una idea que ya existía y creó un producto nuevo, con el objetivo de, algún día, monetizarlo. Threads, la nueva plataforma de Meta, un clon de Twitter, sumó más de 70 millones de usuarios en sus primeros dos días de vida, superando las expectativas de su creador. Y, en el interín, abrió una guerra descarnada entre Zuckerberg y Elon Musk, dos multimillonarios que controlan el grueso de la conversación global en Internet y se disputan el tiempo y la atención de la gente.
“Ha llegado el Twitter zombi”, escribieron Ian Bogost y Charlie Warzel en la revista The Atlantic, en un duro ensayo en el que criticaron el agotamiento provocado por la reiteración de la historia y de plataformas que exprimen el tiempo y el espacio –y la tolerancia– en la red de redes. “La era de las redes sociales ha terminado y no se puede recuperar. Zuckerberg simplemente ha copiado y pegado una red social, y estamos de vuelta donde empezamos, sólo con el equipaje y las cicatrices psicológicas de las experiencias previas de conectividad”, evaluaron.
Threads aparece como un híbrido oportunista, un descendiente de Instagram que, en realidad, parece una melliza de Twitter, que quedó deshilachada y desprestigiada por el timón de Musk. Al lanzar la nueva red social, Zuckerberg dijo –en Threads, desde ya– que la visión de la nueva plataforma es “crear un espacio público abierto y amigable para la conversación”, un objetivo que choca de frente contra las críticas que Meta ha enfrentado por los riesgos y las amenazas –a la privacidad y la seguridad de sus usuarios, y, también, a la democracia– de sus dos plataformas más populares, Facebook e Instagram.
“El mundo necesita un espacio público amigable para la conversación. Si hacemos esto bien, Threads puede ser ese espacio. Nos mantendremos enfocados en eso como nuestra estrella polar”, escribió Zuckerberg.
El jefe de Meta dijo después que el enfoque para desarrollar Threads será el mismo que el del resto de sus productos: primero buscarán sumar usuarios, ver si encuentran “un camino claro a mil millones de personas”, y recién después pensarán en cómo monetizarla. Su visión guarda similitudes con la de Musk cuando compró Twitter. Luego de hacer su oferta inicial, el dueño de SpaceX se arrepintió e intentó cancelar la adquisición, pero al final fue forzado por los tribunales a terminar la operación. Llegó con la promesa de atraer usuarios, atenuar las restricciones a los contenidos y mejorar los números de la empresa. Musk dijo que había decidido adquirir Twitter porque “es importante para el futuro de la civilización tener una plaza digital común”. Pero su conducción ha dejado una estela de críticas y polémicas, y ha sembrado una profunda frustración entre sus usuarios, muchos de los cuales comenzaron a mirar otras redes como Mastodon, Post. o BlueSky, nostálgicos por el antiguo Twitter.
En ese ecosistema, Threads apareció ahora como la amenaza más seria –y, como el resto, también muy parecida– a Twitter. La diferencia principal con el resto es que Threads cuenta con una ventaja comparativa única: nació en la familia de Meta, que le brinda expertise, recursos y un universo de tres mil millones de usuarios. Meta se atajó y buscó instalar la idea que no quiere reemplazar a Twitter.
“El objetivo no es reemplazar a Twitter”, dijo el jefe de Instagram, Adam Mosseri. “El objetivo es crear una plaza pública para las comunidades en Instagram que nunca aceptaron Twitter y para las comunidades en Twitter y en otras plataformas que están interesadas en un lugar menos enfadado para las conversaciones, pero no todo Twitter”, señaló, también en Threads. Mosseri dijo además que no alentarán el consumo de noticias en esa plataforma, arraigando la noción de que Meta quiere ofrecer un lugar para el contenido liviano.
La reacción de Twitter a la irrupción de Threads fue inmediata. En una carta enviada a Zuckerberg, Alex Spiro, un abogado de Twitter, amenazó con iniciar acciones legales y acusó a Meta de contratar docenas de exempleados de Twitter y de romper la ley al utilizar ilegalmente sus “secretos comerciales”, información “altamente confidencial” y su propiedad intelectual para crear una “imitación” de la plataforma. Poco menos que una declaración de guerra.
“Twitter tiene la intención de hacer cumplir estrictamente sus derechos de propiedad intelectual y exige que Meta tome medidas inmediatas para dejar de usar cualquier secreto comercial de Twitter u otra información altamente confidencial”, escribió Spiro en una carta revelada por el sitio Semafor. Musk reforzó la posibilidad de una disputa legal con Meta y Zuckerberg al responder a un tuit en su plataforma: “La competencia está bien, las trampas, no”.
El portavoz de Meta, Andy Stone, respondió a esa carta con una desmentida en Threads: “Nadie en el equipo de ingeniería de Threads es un exempleado de Twitter, eso simplemente no es una cosa”.
Fragmentación
La pelea entre Zuckerberg y Musk corre el velo a una disputa por el tiempo que miles de millones de personas en todo el mundo le dedican al consumo de contenido en Internet, una disputa que, en última instancia, es una batalla por poder y dinero. Pero resta por ver si Threads generará algún movimiento tectónico en el ecosistema de las redes sociales, donde lo que se ha visto es más bien una creciente fragmentación y no un éxodo masivo de una plataforma a otra.
El último Informe de Noticias Digitales del Instituto Reuters de la Universidad de Oxford ofrece algunos indicios al respecto. Facebook ha retrocedido –aunque sigue siendo la plataforma más utilizada–, mientras que Instagram, TikTok, WhatsApp y Telegram han crecido, en gran parte debido a los cambios drásticos que han producido las audiencias jóvenes. El trabajo señala que, pese a la extravagante gestión de Musk al frente de Twitter, “el alcance semanal global de esta plataforma se mantuvo estable”, aunque los niveles de participación hayan descendido.
El informe indicó que en plataformas como TikTok, Instagram y Snapchat “las audiencias dicen prestar más atención a famosos, influencers y personalidades de las redes sociales que a periodistas. Esto contrasta marcadamente con el panorama en Facebook y Twitter, donde los medios y los reporteros conservan el centro de la conversación”. TikTok está creciendo rápido en partes de Asia-Pacífico, África y América Latina. Y la cantidad de gente que evita las noticias, a menudo o a veces, permanece cerca de máximos históricos: un 36%, o una de cada tres personas encuestadas.
“Hemos detectado que en Twitter y en Facebook los periodistas tradicionales suelen liderar las conversaciones en torno a las noticias, pero se les dificulta captar la atención en redes más jóvenes como Instagram, Snapchat y TikTok, donde a menudo las celebridades, los influencers y la gente corriente son más destacados, incluso en la conversación sobre las noticias”, indicó el informe.
Resta ver quién quedará en Threads, si funciona o no y a quién le sirve, y qué destino tendrá en una industria que vive de innovar, pero donde parece haberse agotado la innovación.