Las ambiciones de la NASA de acelerar los viajes espaciales están a punto de volverse nucleares. Su proyecto conjunto con DARPA, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados del Pentágono, ha encontrado un constructor para un vehículo cohete térmico nuclear experimental, o X-NTRV. La empresa es Lockheed Martin.
Si todo va según lo previsto, el programa DRACO (Demonstration Rocket for Agile Cislunar Operations) de la NASA tendrá su primera nave de prueba en órbita y lista para disparar a más tardar en 2027, según Lockheed, a la que la NASA y DARPA contrataron para iniciar la fabricación y el diseño del X-NTRV.
Los cohetes térmicos nucleares (NTR) presentan importantes ventajas sobre los cohetes químicos tradicionales, pero eso no significa que eliminen por completo la necesidad de propulsante. Los sistemas de propulsión térmica nuclear, que utilizan un reactor nuclear a bordo alimentado con uranio poco enriquecido de alto ensayo (HALEU), calientan el propulsante de hidrógeno y canalizan los gases liberados a través de una tobera.
«Un NTR consigue un empuje similar al de la propulsión química espacial, pero es entre dos y tres veces más eficiente», explica Tabitha Dodson, directora del programa DRACO, lo que significa que se necesitaría mucho menos propulsante para transportar suministros a la Luna o a Marte.
La reducción de la carga de propulsante y el mayor tiempo de combustión, con su capacidad asociada para acelerar continuamente la nave, significa llegar a cualquier destino que la NASA elija con más carga científica y menos tiempo de viaje para los astronautas, dos cosas que la agencia espacial está segura de querer.
«Con una demostración exitosa, podríamos avanzar significativamente en los medios de la humanidad para ir más rápido y más lejos en el espacio y allanar el camino para el futuro despliegue de todas las tecnologías espaciales nucleares basadas en la fisión», añadió Dodson.
DRACO es el último proyecto de intento de cohete térmico nuclear, pero no es nuevo. La NASA y DARPA unieron sus fuerzas en enero de este año, comprometiéndose la NASA a abordar el desarrollo del propio motor y DARPA a supervisar el resto del programa.
Lockheed Martin, que construirá la nave, se ha asociado con BWX Technologies para el desarrollo del reactor nuclear X-NTRV y la producción de HALEU.
Cohetes nucleares: Tan americanos como la tarta de manzana
La idea de hacer volar un misil nuclear por el espacio no es nada nueva: se remonta a casi 70 años atrás, a los días felices de la era nuclear posterior a la Segunda Guerra Mundial.
En los años 50 y 60, la NASA, la predecesora de DARPA, ARPA, y las Fuerzas Aéreas estadounidenses unieron sus fuerzas para experimentar con otro tipo de propulsión nuclear: Las explosiones. El proyecto Orion propuso un cohete nuclear de impulsos que utilizaría una serie de pequeñas explosiones nucleares direccionales y una placa de empuje de acero amortiguadora para propulsar una nave por el espacio. El Tratado de Prohibición Parcial de Pruebas Nucleares de 1963, que prohibía los experimentos con armas nucleares en el espacio, puso fin al programa.
La propia DARPA ha estado trabajando en naves espaciales experimentales NTR desde 2021, y se ha apoyado en otros experimentos tempranos de propulsión nuclear, el programa Rover y su sucesor, el programa Nuclear Engine for Rocket Vehicle Applications (NERVA), ambos en marcha desde los años cincuenta hasta los setenta. Ambos se consideraron un éxito, pero nunca dieron lugar a vuelos espaciales, por lo que el X-NTRV de DRACO podría ser la primera nave de este tipo en llegar al espacio, si es que alguien no se adelanta a la NASA y DARPA.
Para evitar el riesgo de que explote un reactor nuclear en la atmósfera terrestre o en órbita baja, el X-NTRV será lanzado por un cohete tradicional comandado por la Fuerza Espacial estadounidense cuando se lance en 2027. El reactor estará apagado durante todo el lanzamiento y sólo se encenderá cuando alcance la órbita designada.
Una vez que demuestre su valía en misiones cislunares, la NASA planea utilizar el DRACO para llegar a Marte, algo que, según afirma, un NTR podría hacer mucho más rápido, protegiendo a los astronautas de la exposición a la radiación espacial y otros riesgos.
«Esta demostración será un paso crucial en el cumplimiento de nuestros objetivos de la Luna a Marte para el transporte de tripulaciones al espacio profundo», declaró Pam Melroy, Administradora Adjunta de la NASA.