Camuzzi Gas del Sur, una de las principales distribuidoras de gas del mercado, declaró este lunes el estado de pre-emergencia por la caída del line pack (gas de inventario) en el sistema de transporte, en especial en la región patagónica. Se lo notificó por nota a la Secretaría de Energía, al Enargas y a las empresas transportistas (TGN y TGS). Se trató, en rigor, de una comunicación de carácter administrativo porque, si bien es cierto que desde fines de la semana pasada creció la demanda residencial del fluido por las bajas temperaturas en la zona centro del país, el estrés del sistema evidencia cierta falta de coordinación entre actores gubernamentales que intervienen en el despacho del hidrocarburo.
Fuentes privadas y oficiales indicaron que la situación del sistema gasífero debería empezar a normalizarse hoy cuando se empiece a regasificar un cargamento de GNL (Gas Natural Licuado) en la terminal de Escobar. “La terminal de Bahía Blanca no cuenta con ningún cargamento para regasificar. Eso complica el abastecimiento de la zona sur del país. Por eso, es posible que exista algún corte de algún cliente interrumpible”, explicó un consultor.
Tampoco está del todo clarificada la operatoria comercial del nuevo Gasoducto Néstor Kirchner, propiedad de Enarsa, que por instrucción de la Secretaría de Energía direcciona el flujo de gas que se transporta hacia Cammesa, la compañía encargada del despacho de energía, en lugar de autorizar la comercialización a distribuidoras para cubrir la demanda prioritaria de los hogares.
“El sistema en general está en estado crítico, todavía no pasó a mayores porque la molécula está, o sea, hay gas en el sistema, el tema es una cuestión casi administrativa”, explicó una fuente del sector privado. “Lo que se necesita es una instrucción por parte de Secretaría que establezca que, si las condiciones así lo ameritan, se puede disponer del volumen transportado en el GNK para las distribuidoras, pero todavía nadie en la Secretaría la escribió”, agregó. La deteriorada relación que existe entre Agustín Gerez, titular de Enarsa, y Federico Bernal, subsecretario de Hidrocarburos, no contribuye a reparar la situación.
El de este año es un invierno poco habitual. Durante la mayor parte del período, las altas temperaturas provocaron que sobre gas en el mercado local. Tanto que grandes productores tuvieron que cerrar pozos durante varios días por falta de demanda. Y el precio spot del gas cayó hasta los US$ 1,60 por millón de BTU tres semanas atrás (hoy ronda los US$ 2,50). YPF, sin ir más lejos, debió cortar producción por hasta 6 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/día) porque el consumo residencial estuvo muy por debajo de lo proyectado. Enarsa incluso decidió cancelar sobre la hora cargamentos de LNG por esa misma situación, tal como informó este medio.
Regreso de las plantas nucleares
Una buena noticia fue que esta semana volvió a ingresar al sistema Atucha II que está trabajando casi al 50% de su potencia. Fue reiniciada este lunes luego de 10 meses tras terminar los trabajos de reparación. Al ingresar, la central desplaza generación termoeléctrica y descomprime el consumo de gas.
Nucleoeléctrica, operadora de las centrales nucleares, completó el 11 de agosto la segunda y última etapa de reparación dentro del reactor de Atucha II (745 MW de potencia). A principios de julio ya había completado el corte y la extracción del separador desprendido dentro del reactor, la etapa «más desafiante» en los trabajos de reparación, pero faltaban realizar puntos de soldadura en los restantes separadores, que permanecen en sus lugares de diseño. Todos los trabajos fueron aprobados por la Autoridad Regulatoria Nuclear.
Por otro lado, la central Atucha I (362 MW) saldrá de servicio por parada programada el próximo nueve de septiembre y volvería a servicio en octubre o noviembre. Atucha I pasó por su última parada programada entre septiembre y noviembre pasados. En cuanto a Embalse (656 MW), la central localizada en la provincia de Córdoba también saldrá por parada programada en marzo.