En un reciente reporte de El Economista se hace un cálculo sobre el peso que han adquirido las tarifas a los servicios públicos (se concentra en gas y electricidad) sobre los presupuestos de los hogares.
“Para analizar este efecto, simulamos la evolución del gasto en facturas energéticas de un hogar del área metropolitana con consumos razonables (300kw/h mensuales en electricidad y 100m3 en gas). Luego deflactamos la serie por inflación para llevar ese gasto a pesos de hoy. La simulación nos muestra que este hogar hipotético pagaba en 2003 una factura mensual de energía del orden de los $1500 (en ‘plata de hoy’). Por cortesía del congelamiento tarifario, el presupuesto que los hogares debían destinar a la energía se fue reduciendo hasta representar apenas $300 mensuales por ambos conceptos en la fase final de la gestión kirchnerista.
El ajuste tarifario ejecutado por el macrismo hizo subir muy rápidamente el monto de estas facturas por encima de los $3.000 mensuales. Nótese que el gasto actual de los hogares en energía duplica al de 2003 en términos reales, básicamente, porque hoy la generación de esa energía es mucho más cara en dólares que hace 15 años”.
En términos más llanos, “hasta 2015 la energía era un ítem prácticamente despreciable en el presupuesto de los hogares y, en menos de tres años, su peso creció muy rápidamente hasta convertirse en un renglón muy significativo”.
- Pasó de representar menos del 1% del salario promedio hasta más del 10% en la actualidad.