Por primera vez en más de 50 años, Estados Unidos autorizó un nuevo tipo de reactor nuclear, una señal de que los organismos reguladores están cada vez más abiertos a diferentes enfoques de la producción de energía a partir de la división del átomo.
La empresa californiana Kairos Power LLC recibió de la Comisión Reguladora Nuclear (NRC), el permiso de construcción de su reactor de demostración Hermes en Tennessee. Mientras que los reactores comerciales actuales se refrigeran con agua, la tecnología de Kairos utiliza sales de fluoruro fundidas como refrigerante.
Tras el anuncio, aumenta el interés mundial por acelerar el despliegue de la energía nuclear como elemento clave de la lucha contra el cambio climático, pero ese esfuerzo se ha visto obstaculizado por un proceso regulador que ha tardado en aprobar nuevos diseños. “La NRC puede autorizar cosas diferentes”, declaró Mike Laufer, director ejecutivo de Kairos, en una entrevista el miércoles 13 de diciembre de 2023. El proceso regulador “no tiene por qué ser un obstáculo”.
Kairos es una de las muchas empresas que intentan comercializar diseños que puedan construirse en fábricas e instalarse in situ, un planteamiento que se espera que sea más rápido y barato que los grandes reactores convencionales ampliamente utilizados en la actualidad.
La compañía californiana tiene previsto iniciar el año que viene la construcción de su proyecto de 100 millones de dólares y espera que el sistema esté terminado a finales de 2026. El objetivo es demostrar la viabilidad de su diseño y de la tecnología de sales fundidas. Las sales fundidas permanecen líquidas a altas temperaturas y baja presión, lo que supone una posible ventaja de seguridad frente a los sistemas refrigerados por agua. Laufer dijo que la última vez que la NRC aprobó un diseño que no estaba refrigerado por agua fue en 1968.
Hermes no generará electricidad, pero se espera que allane el camino para el proyecto Hermes 2, que utilizaría dos de los mismos reactores para producir un total combinado de unos 28 megavatios de electricidad.
El objetivo a largo plazo de la empresa es un proyecto comercial que utilizaría dos reactores mayores y tendría más de 100 megavatios de capacidad, aunque Laufer dijo que es demasiado pronto para saber cuándo podrá Kairos continuar sus esfuerzos más allá de la planta inicial de Hermes. Los grandes reactores convencionales que se utilizan hoy suelen tener unos 1.000 megavatios de capacidad. “Estamos desarrollando una tecnología altamente escalable”, afirmó Laufer. “La asequibilidad consiste realmente en poder ampliarla”.
Comentario de AgendAR:
La NRC (Nuclear Regulatory Commission de los EEUU) tiene el «sí» facil para lo nacional. Licenció las centrales de Three Mile Island-2 y las 4 GE MK-1 de Fukushima que fundieron núcleo, reventaron y/o se quemaron.
El único accidente nuclear grave de la historia que no viene licenciado por la NRC fue Chernobyl-4.
Por otra parte, el 11% de las centrales nucleares existentes y el 30% de las que están en obra son CANDU o similares, y jamás fueron autorizadas por la NRC porque son sistemáticamente un 50% más baratas que las de diseño estadounidense.
Ah, de paso y cañazo, son también las más seguras. Jamás un accidente que superara la categoría de desperfecto local o incidente. Y eso desde 1961, y con CANDUs operando en siete países.
Entre ellos, está Argentina. Embalse, con su factor de disponibilidad del 93%, es desde 1984 la mejor máquina individual de potencia de todo el Sistema Argentino de Interconexión. Es más confiable aún que la hidroeléctrica Yacyretá, que se quedó son «combustible» (agua) en el tercer año de la Gran Sequía 2020/2023. El combustible de Embalse no cae desde las nubes: se fabrica, y se fabrica aquí.
Tal vez el Hermes es una barbaridad de bueno. Pero, como decía Sancho Panza, «con su pan se lo coman». En lo personal, no compro aprobaciones de la NRC.
Daniel E. Arias