La inflación de enero fue del 20,6% en enero y acumuló 254,2% en los últimos 12 meses, según informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). De esta manera, el dato mensual estuvo 4,9 puntos porcentuales debajo del pico marcado en diciembre.
A su vez, el IPC interanual fue el más elevado desde abril de 1991, según recordó la consultora C&T Asesores.
La inflación mensual quedó apenas por debajo de la proyección del mercado, que estimó que se ubicaría en 21,9%, según el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que publica el Banco Central de la República Argentina (BCRA).
«La inflación de enero mostró buena parte del efecto devaluación de mediados de diciembre», señala la economista de Equilibra, Lorena Giorgio.
En tanto, Rocío Bisan, economista de EcoGo, hace hincapié en el «desplome de los salarios reales que puso freno a los aumentos en enero con una fuerte caída en la demanda». Y explica: «Esto se da en un contexto de relativa estabilidad de los dólares financieros, tasas negativas que implican un freno a la necesidad de creación de nuevos pesos y la expectativa de reducción del déficit».
Por su parte, el director del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi), Isaac Rudnik, hizo un balance de los primeros dos meses de la administración de Javier Milei, y sostiene que la inflación alcanzó los 46 puntos porcentuales.
«Las mayores subas se dieron en alimentos, transporte y salud, todos consumos indispensables e insustituibles. Todos se encuentran cercanos al orden del 50% y la situación es más compleja si se compara con la paralización de las jubilaciones así como de los programas sociales (excepto las asignaciones) y el salario mínimo«, apunta Rudnik.
En un comunicado, el Ministerio de Economía afirma que «el número de enero todavía tiene implícito un elevado arrastre estadístico de diciembre«, el cual atribuye al «overhang monetario heredado» y al «sinceramiento de precios relativos», que se dio con la devaluación del 54% del peso durante la primera semana de la gestión de Milei.
Sin embargo, el documento hace énfasis en que «el traslado a precios de la devaluación de diciembre fue mucho menor al del salto del tipo de cambio en agosto del año pasado».
A nivel de las categorías, Regulados (26,6%) lideró el aumento seguida por el IPC Núcleo (20,2%), mientras que Estacionales registró un incremento de 16,2%, 4,4 puntos porcentuales por debajo del promedio.
«Los precios regulados lideraron tras la primera tanda de corrección de algunos valores atrasados (fundamentalmente, nafta, comunicación y transporte público). Dado el alto arrastre de dic-23, la Inflación Núcleo se ubicó en torno al Nivel general, traccionada por algunos rubros de alimentos y bebidas y otros precios de bienes transables vinculados al tipo de cambio oficial», explicó Giorgio.
Inflación desatada: una división aumentó más del doble que el promedio y alimentos estuvo en torno a ese guarismo
La división de mayor aumento en el mes fue Bienes y servicios varios (44,4%), producto del incremento en artículos de Cuidado personal. Le siguieron Transporte (26,3%) –por las subas en transporte público y el arrastre del aumento de combustibles– y Comunicación (25,1%), por el alza de costos en servicios telefónicos y de internet.
La división con mayor incidencia en todas las regiones fue Alimentos y bebidas no alcohólicas (20,4%). Al interior de la división se destacan las subas de Carnes y derivados y Pan y cereales. En este contexto, una familia de cuatro personas, dos mayores y dos menores, necesitó casi $600.000 para no ser pobre.
«Dentro de los distintos rubros que componen el Índice de Precios al Consumidor (IPC) vemos como muy preocupante que vuelve a estar entre los rubros que más aumentan alimentos y bebidas no alcohólicas que en enero subió 20,4%, pero en diciembre ya había aumentado por encima del 29%. En dos meses los alimentos subieron casi 50 puntos«, dijo con preocupación Isaac Rudnik.
«En términos de incidencias, alimentos & bebidas no alcohólicas, transporte y restaurant & hoteles fueron los tres componentes con mayor contribución a la variación mensual del índice de precios, con una incidencia de 5.53, 2.52 y 2.27 puntos porcentuales, respectivamente (referencia GBA)», indicó Balanz Research.
La región con mayor con mayor aumento de precios fue la Patagonia (24,2%), unos 3,6 puntos porcentuales por encima del promedio, le siguieron Cuyo (22,3%), el Noroeste (21,7%) y Pampeana (21,2%). Mientras que debajo de ese nivel se ubicaron el Gran Buenos Aires (19,6%) y el Noreste (19,5%).
Inflación de alimentos en GBA: hay productos que cuadruplicaron el promedio
Hay artículos pertenecientes a la canasta básica del Gran Buenos Aires, que llegaron a aumentar en enero 70% y, por motivos estacionales, el único producto que bajó fue el tomate redondo (-16,9%).
Diez productos que más aumentaron en enero
- Polvo para flan 71,3%
- Café molido 70,5%
- Sal fina 60,4%
- Naranja 58,4%
- Lechuga 49,3%
- Desodorante 47,6%
- Detergente líquido 46,4%
- Jabón en pan 44,5%
Inflación de febrero: ¿qué espera el mercado?
La inflación de enero se ubicó apenas por debajo de la proyección del mercado. En ese escenario, el mercado «viene descontando» la desaceleración de la variación de precios.
«El mercado viene descontando la desaceleración de la inflación desde mediados de enero cuando comenzaron a publicarse los indicadores de alta frecuencia por debajo de lo esperado. Hoy las expectativas rondan los 15% para febrero y 10% para marzo», señaló Paula Gandara, CIO de Asset Manangment de Adcap Grupo Financiero.
Por otro lado, el informe de C&T Asesores resalta que de cara al segundo mes del año existe un «gran impacto» en el tarifazo al transporte público, las prepagas y las expensas de edificios. Sobre alimentos y bebidas, añade que «luego de una importante moderación semanal a lo largo de enero, se registra un mayor dinamismo desde el comienzo del mes, en bebidas durante la primera semana y en alimentos en la segunda».
«Preliminarmente, la inflación del mes podría ubicarse en torno al 14%», vaticina la consultora.
En tanto, desde Eco Go, Bisang advierte que la devastación del poder adquisitivo, que llevó a la caída de la demanda y fue uno de los pilares fundamentales para la desaceleración inflacionaria, «no está exento de riesgos». Entre las posibles amenazas precisa las «paritarias cada vez más cortas, potencial conflictividad social, falta de oportunidades para colocar los pesos que, combinadas con la incertidumbre sobre una nueva corrección del tipo de cambio frente a la pérdida de competitividad del TC real, pueden presionar sobre los tipos de cambio paralelos; y la capacidad de negociación con la política para impulsar reformas«.
Frente a las previsiones más positivas respecto a la inflación, el comunicado del Ministerio de Economía menciona que «el programa económico llevado adelante apunta a sostener y profundizar este escenario de desinflación«. En ese sentido, explica: «La combinación de ancla fiscal, monetaria y cambiaria, y la normalización en el comercio exterior aseguran una trayectoria inflacionaria decreciente».
«La estabilización macroeconómica, fundada en el equilibrio financiero y el sinceramiento de precios relativos, es condición necesaria para que la economía argentina ingrese en un sendero virtuoso de crecimiento del salario real y generación de empleo de calidad», concluye.