La caída de la actividad económica provocó un derrumbe en el consumo, con picos del 30%. Esa “catástrofe” generada por el hundimiento del poder adquisitivo impactó de lleno en las fábricas, pero especialmente en las pymes. La Unión Industrial Argentina (UIA) prepara un informe pintado de rojo, que grafica una homogeneidad de la crisis que pasan todos los sectores fabriles. Sin estar en números fríos, empresarios confirmaron que, durante enero, aumentó la sangría en el empleo y las pérdidas de puestos de trabajo se acrecentaron de manera contundente. Con esta realidad, una nueva grieta promete instalarse en la UIA.
Fuentes de la principal gremial-empresaria del país confiaron a PERFIL que “la caída de la demanda está entre el 20% y el 30%”, y sostuvieron que “se debe, en una parte, a la caída de consumo y, en otra, a que los comercios o supermercados están ajustando los sobre stock que tiene de muchos productos”. “Yo calculo que los stocks del comercio en general van a estar acomodados para abril o mayo, y se verá la realidad del consumo o demanda”, puntualizó uno de los consultados.
La UIA está preocupada por la caída del consumo y de la producción. Y está viendo las alarmas en sectores y regiones. Por caso, la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) publicó un informe en donde se mostró que el nivel de producción fabril de esa provincia “registró en diciembre de 2023 una pronunciada disminución de 20,8% interanual”. Y si bien en todo el 2023 se derrumbó 9,2% en el acumulado anual, producto de la sequía, en el último mes se hundió por las medidas económicas del gobierno de Javier Milei. “Esto traerá como consecuencias el ajuste de los planteles de personal complicando más el consumo. También es cierto que muchas empresas pymes y grandes van a tener problema con lo que viene”, le dijo a PERFIL una fuente fabril.
Santa Fe, al rojo vivo
“En Santa Fe el nivel de actividad de la industria siderúrgica se encuentra especialmente ligado a la particular dinámica del sector de la construcción”. Los datos oficiales mostraron “una baja de 51,0% en asfalto; 26,2% en el resto de los insumos (grifería, tubos de acero sin costura y vidrio); 24,2% en mosaicos graníticos y calcáreos; 24,0% en hormigón elaborado; 17,3% en yeso; 13,1% en cemento portland; 12,2% en hierro redondo y aceros para la construcción; 4,8% en artículos sanitarios de cerámica, y 2,0% en pinturas”.
Las expectativas del sector son poco alentadoras. Sucede que más del 53% de las empresas que realizan obras privadas “prevé que el nivel de actividad del sector no cambiará durante los próximos tres meses”. Pero un poco más del 40 “estima que caerá”; mientras que sólo un 6,1% pronosticó un aumento. “En el caso de las empresas dedicadas a la obra pública, 77,4% opina que el nivel de actividad disminuirá durante el período enero-marzo de 2024, el 19,8% cree que no cambiará, y 2,8% que aumentará”.
Ese escenario golpeó con fuerza a la industria metalúrgica santafesina, que cayó en diciembre 33,2% interanual, arrastrada por derrumbes de producción en maquinaría agrícola (50,7%), equipos y aparatos eléctricos (31,8%) y maquinaria de uso general (31,6%), sólo para mencionar a los tres casos más perjudicados de una lista de 10 sectores en negativo, de un total de 15 analizados.
“La menor producción en la industria metalúrgica se fundamenta en las dificultades en el acceso a insumos importados por inconvenientes en el pago a proveedores del exterior, a los menores pedidos por el impacto negativo de la sequía en el caso de la maquinaria agropecuaria, y a la menor demanda interna de aparatos de uso doméstico y maquinaria de uso general. La menor actividad de la construcción, de la industria automotriz y de la maquinaria agrícola afectó al sector fundición de metales. En diciembre el patentamiento de maquinaria agrícola y acoplados cayó un 20% y 60% respectivamente”, alertó Fisfe.
Luego de un verano caliente, se recalienta la interna
Los debates de cúpula de la UIA tuvieron un bajo tenor durante el verano. Los industriales habían anticipado una caída de la actividad, y además de evitar un choque con el Gobierno, un sector de la cúpula fabril decidió “aprovechar” la ola reformista de Milei para ganar terreno. Por eso, no sorprendió el fuerte respaldo a la reforma laboral del Gobierno, a través del DNU 70/23; ni el reclamo por la aprobación de la ley ómnibus.
“Lo que ve es la posibilidad de contar con un reacomodamiento de costos. Tiene algunas modificaciones de base que podrían dar competitividad, pero en todo el conjunto. Lo que más importa a la UIA es la reforma laboral. No para sacar derechos, sino de modernizar todo lo que sean las relaciones laborales, que quedaron absolutamente obsoletas”, le confesó a PERFIL un integrante de la mesa chica de la entidad.
En ese sector del establishment, sin embargo, los ánimos no son unánimes. La decisión del Gobierno de “asfixiar” a las empresas para bajar la inflación tendrá costos fuertes en el entramado productivo. “Esto es un nuevo industricidio, pero con una velocidad inusitada”, se lamentó un fabricante. Además, existe una “preocupación más grande” en las empresas: “dentro de unos meses habrá una entrada de productos importados que tirará para abajo los precios, con una competitividad despareja, que generará un gran problema para la industria nacional, porque se combinará la caída del consumo con una competencia desleal”.
Con este campo minado, las pymes se preparan para recuperar terreno perdido en el debate interno de la UIA y reclamarán “dejar de lado las posturas ideológicas” para ser “más pragmáticos” en términos de discusión. Según pudo saber PERFIL, en los próximos días se pondrá en tensión el modelo Milei, con dos hechos concretos: los números en rojo en casi todos los sectores y regiones del país; y la caída de la mano de obra. “En las pymes ya existe una sangría importante en el empleo, que se va a extender en marzo con mucha más profundidad”, admitió otro líder fabril.