El gobierno comenzó una carrera contrarreloj para procurar toda la potencia que sea posible tener disponible para el verano. Las proyecciones de pico de demanda de energía para el verano elaboradas por Cammesa generan preocupación en la Secretaría de Energía. En un intento por evitar un escenario de cortes de luz por falta de energía, Cammesa esta conversando con Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA) la posibilidad de postergar el proyecto de extensión de vida de la central nuclear Atucha I, que debería dejar de operar a fines de septiembre de este año. Para eso, deberá gestionar la pronta expiración de la licencia de operación de Atucha I, para lo cual precisará del aval del organismo regulador del sector nuclear.
En un informe elaborado en junio, Cammesa advirtió que el total de energía producida en el parque local de generación, sumadas a las importaciones de electricidad desde países vecinos, no alcanzaría para abastecer al pico de demanda que se registrará en el verano. El consumo de energía podría llegar a los 30.700 MW, es decir, más de 1.000 MW por encima que el récord histórico registrado en febrero de este año.
El faltante de potencia evaluado por Cammesa incluye la salida de servicio de Atucha I desde fines de septiembre para comenzar con el proyecto de extensión de su vida útil, que demandará dos años. Pero el gobierno ahora evalúa que el proyecto sea aplazado para luego del verano y así disponer de los 362 MW de la central nuclear para reforzar el sistema, según distintas fuentes oficiales.
«Se esta evaluando con NASA la eventual postergación de la salida por extensión de vida útil por unos meses para reforzar la disponibilidad de potencia en el verano, como parte de acciones contingentes en base a la evaluación de riesgos realizada. Se requiere acuerdo de la Autoridad Regulatoria Nuclear por tema licencia y coordinación a cargo de NASA», señaló una fuente dentro de Cammesa en estricto off.
Para proceder en esa dirección, Cammesa o la Secretaría de Energía debería elevar una notificación formal a la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN), el organismo que regula el sector nuclear.
Factibilidad
Allegados de Nucleoeléctrica consultadas por este medio señalaron dos factores a considerar respecto a Atucha I: el combustible disponible dentro del reactor y el vencimiento de la licencia de operación. Ambos factores están directamente vinculados con el comienzo del proyecto de extensión de vida, pautado para el mes que viene y programado desde hace mucho tiempo.
Las fuentes observaron que el combustible alcanza para dos o tres meses de operación, por lo que Atucha I debería salir de servicio lo antes posible para ser reactivada en diciembre. «El combustible que hay (en el reactor) esta justo planificado para el momento que tenga que parar, por lo cual no es loco (sic) que la quieran parar ahora y que le demos continuidad en verano, pero no sabemos bien qué va a pasar», explicó una de las fuentes.
Un tema más sensible es relativo a la licencia de operación de Atucha I. «NASA técnicamente podría operar en el verano suspendiendo ahora, pero no es una decisión que pueda tomar NASA porque la licencia vence el 29 de septiembre y NASA no le puede pedir eso a la ARN, se tiene que resolver desde arriba (NdR: por instrucción de la Secretaría) e igual es complicado«, explicó otra de las fuentes.
El comienzo del proyecto está programado para septiembre. La obra implicará una salida de servicio de la central nuclear por dos años para realizar las tareas que permitirán extender su vida operativa por otras dos décadas. El proyecto lleva mucho más de una década en planificación y fue técnicamente aprobado por la ARN.
La licencia original de operación de Atucha I es por 32 años de «operación a plena potencia», una métrica que no equivale a años calendarios. Esa licencia venció en 2018, pero en 2014 la ARN otorgó una licencia de operación más allá de su vida original de diseño por diez años calendarios. Esta licencia expirará el 29 de septiembre. «NASA no le va a pedir a la ARN extender la licencia, es imposible eso», concluyó de forma tajante una de las fuentes consultadas.
Nicolás Deza