Ayer marchó la sociedad argentina por la universidad pública

Con una convocatoria masiva, estudiantes, docentes, no docentes, gremios y partidos políticos marcharon, desde las 14, al Congreso de la Nación para reclamar por una recomposición salarial del personal y por la promulgación de la ley de financiamiento. Minutos antes de las 17, se realizó el acto en el que hablaron autoridades de federaciones y de sindicatos. Alrededor de las 18, comenzó la desconcentración.

“Los estudiantes le pedimos, en un grito de auxilio para salvar el sistema: ¡Promulgue la ley de financiamiento!”, fue el eje del documento que leyó Piera Fernández de Piccoli, presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA). La licencia en ciencias políticas fue la encargada de cerrar el acto central.

“La universidad pública, base de la democracia y el desarrollo social, lucha por su supervivencia”, fue el nombre del documento que firmó el Frente Sindical de Universidades Nacionales, la FUA y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN).

“La columna vertebral de la Nación es la educación pública que iguala y nos hace libres y la universidad pública es la herramienta por excelencia de movilidad social ascendente. Que no despojen al pueblo argentino de sus sueños de grandeza. Que no apaguen las vocaciones más nobles vinculadas al conocimiento y al trabajo con niñas, niños, jóvenes y adultos que transitan nuestras aulas y laboratorios”, leyó Fernández de Piccoli.

La marcha también se replicó en el interior del país, principalmente, en ciudades como Córdoba, Rosario y Mendoza, entre otras.

La convocatoria

A las 14, en Plaza Houssay frente a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) ya estaba llena de manifestantes para marchar hacia el Congreso. “Salarios dignos para docentes y no docentes”, “Defendamos la educación y la salud pública”, se leía en los pasacalles sobre la explanada del edificio. Estos resumían algunos de los reclamos de la segunda marcha federal universitaria que enfrenta el gobierno de Javier Milei.

“Orgullo UBA”, se leía en la primera bandera que encabezaba la columna de docentes, no docentes y estudiantes de la UBA. Detrás aparecían muchas otras como la de la FUBA (Federación Universitaria de Buenos Aires), la de Aduba (Asociación de Docentes de la UBA) o la del Centro de Estudiantes de Veterinaria. De fondo se escuchaban bombos, redoblantes y bombas de estruendo.

Sobre la avenida Córdoba encabezaba la columna de Aduba. Una fila de hombres con pecheras detrás de una soga aguardaban la orden para empezar a movilizarse. En la plaza, de traje, Emiliano Yacobitti, el vicerrector de la UBA, estaba rodeado de móviles de televisión. Iban llegando otros dirigentes políticos como Gabriel Solano, legislador porteño del Polo Obrero. Un cordón de policías cortaba el tránsito unas dos cuadras.

Al ritmo de “se defiende, la UBA se defiende” para las 14.15, la primera fila de manifestantes, que llevaba una gran bandera negra con ese lema, empezaron a avanzar por avenida Callao con destino al Congreso.

Los pañuelos azules en defensa de la universidad pública, a $2000, se sumaron al stock de los verdes por la ley del aborto, y los violetas por el 8M que venden por la calle. También hay remeras a $15.000 o pilusos de La Cámpora a $5000.

La columna de estudiantes de la UBA marchó al Congreso desde la plaza Houssay
La columna de estudiantes de la UBA marchó al Congreso desde la plaza HoussaySantiago Filipuzzi – LA NACION

“Hay que salir, no queda otra. Es una tragedia. He caminado muchísimas veces esta avenida en la época de la dictadura. Económicas es una facultad que defiende mucho al otro a pesar de que el Presidente dice que hacemos política, la única política es pensar en el prójimo”, dijo Carlos Caballero, contador público de 78 años.

El Congreso

Cerca del Congreso aparecían las banderas de las agrupaciones políticas y sindicales: la Confederación General del Trabajo (CGT), la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), el Polo obrero, el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) y Libres del sur. El Parlamento está completamente vallado. No se puede acceder por la calle Entre Ríos, en donde solo había un grupo de policías con cascos y escudos protegidos por una segunda valla. Ahí se acumulaban otros reclamos: “Aerolíneas es argentina”, “No a los despidos”, “Devuelvan a Loan”.

“Libertad es poder estudiar”, “Libertad es tener para comer”, se leía.

El escenario está recién en la otra punta de la plaza, de espaldas a la Casa Rosada y de frente al Congreso. Pese a la presencia de agrupaciones políticas, las inmediaciones de la estructura de 13 metros estaban rodeadas por personal de los gremios universitarios. Desde ese extremo también llegaba un flujo constante de personas.

Testimonios

Milagros Villalba, de 21 años, vive en Florencio Varela y está en tercer año de medicina en la UBA. Ella hoy decidió marchar: “Vine porque los docentes que nos dan clases trabajan mucho y muy bien. Nos dan educación de calidad y merecen un sueldo digno y condiciones de trabajo dignas”. Ella y su hermana, egresada de abogacía, son la primera generación de estudiantes universitarios en su familia. Su padre es plomero y su madre, ama de casa. Su sueño es poder completar sus estudios en la UBA y poder trabajar como médica. “Yo sé que cuando termine la carrera y empiece a trabajar también somos nosotros los estudiantes de medicina los que vamos a llenar los hospitales, los que vamos a trabajar por sueldos muy bajos pero aún así amamos la profesión y amamos el trabajo. Nos gustaría que el Gobierno también lo valorara”.

Lautaro Irizar, de 21 años, y Naomi Maldonado, son de Glew, y también se sumaron a la movilización. Ella estudia en la Universidad Nacional de Lanús. “Estamos viendo los recortes que están afectando ya nuestras universidades. En estos días nos dijeron que van a mudar la sede de diseño industrial a otro lugar, que en realidad es un galpón que no tiene nada. También dentro de la universidad están pasando cosas que antes no pasaban, por ejemplo, que no nos dejen pegar carteles y que nos desalienten a organizarnos. Por eso, decidimos participar en esta movilización, principalmente en defensa de la universidad pública, que es la única forma que tiene un país para progresar”.

El ambiente de marcha se sentía desde temprano en las estaciones de trenes. Si bien en muchas universidades, las agrupaciones se movilizaron desde temprano, pasado el mediodía muchos se encontraban en las terminales ferroviarias y de subte para llegar todos juntos a la marcha. Así ocurrió en la Universidad Nacional de Lanús, que tiene su sede muy cerca de la estación de tren. Allí un grupo importante salió con sus pancartas y banderas antes de las 14 con destino al Congreso. Lo mismo ocurrió en la estación Kosteki y Santillán, ex-Avellaneda.

“Universidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode, se jode”, cantan los miembros de la Asociación Gremial Docente de la UBA, ubicados a la derecha del escenario, sobre la avenida Hipólito Yrigoyen. “No al veto”, forman con letras en telgopor que levantan. Se mueven alrededor de una gran bandera violeta que expone algunos de los reclamos: “Defendamos la ciencia y la educación. Triplicación del presupuesto. Aumento del salario y becas estudiantiles”.

Detrás se sumaban la columna de la Universidad Nacional de Quilmes. Sus integrantes cantaban: “Traigan al gorila de Milei para que vea que este pueblo no cambia de idea, pelea, pelea por la educación”.

La marcha anterior

Tienen un precedente multitudinario el 23 de abril pasado, con la manifestación que congregó a unas 430.000, según el cálculo de LA NACION, luego de que para este año se aplicara el mismo presupuesto que para 2023, con una inflación superior al 20% en los primeros meses del Gobierno. En su momento, el descontento social llevó a que este se elevará a un 270%, que solo solventó los gastos de funcionamiento para este año, y que no contempló cuestiones esenciales como los salarios del personal docente y no docente.

Marcha universitaria

Marcha universitaria

Es más, el propio rector de la UBA, Ricardo Gelpi, advirtió sobre el peligro que acarrea el recorte, que concluiría en una paulatina degradación de las clases, la investigación, los hospitales.

Ayer, el secretario de Educación, Carlos Torrendell, junto al subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, afirmaron que todo lo solicitado por el sector educativo ya fue concedido y que la movilización de hoy es opositora. “Es una marcha antigobierno, por varias de sus consignas, que ceñida solamente al problema de los salarios”, dijo Torrendell, que el fin de semana había afirmado que las universidades públicas nacionales “inventan alumnos”.

Lucila Marin y Evangelina Himitian

VIALa Nación