Hay un cierto revuelo sobre cuál debe ser el Programa Nuclear Argentino cuando se termine la pesadilla. De ésta, sus grandes protagonistas son los presidentes Javier Milei, del país, y Germán Guido Lavalle, de la CNEA, además de Demián Reidel, asesor fundacional en ciclismo financiero del actual primer mandatario de la Nación y, mientras éste dure, Gauleiter de la Argentina Nuclear.
Ante la párálisis fláccida y el desguace, nos gustaron las propuestas de salvataje de Carlos Aráoz, Jaime Pahissa, Gabriel Barceló y Ricardo Bernal Castro. Las hemos publicado tras leerlas en El Destape: no es frecuente que se junten cuatro discípulos de Jorge Sabato, que se pongan de acuerdo pese a que los cuatro próceres mentado miran el mundo desde atalayas muy distintas. Pero patriotas son todos. Incluída mi colega Nora Bär, doble Kónex de Periodismo Científico, y la «go to» experta cuando se discuten menesundas atómicas.
Tampoco es frecuente que uno tales patriotas hable como titular de la Comisión Nuclear Metalúrgica de ADIMRA. Ése es Bernal Castro, hombre del gremio patronal metalúrgico. Representa a los fabricantes industriales argentinos más atacados por la actual política de libre importación. Y para que los industriales se manden públicamente contra el gobierno y la miserable burocracia de la Unión Industrial Argentina, el horno de los metales debe estar calentito, calentito.
También nos gustó la propuesta del maestro Diego Hurtado de Mendoza, ex vicedirector de la CNEA, en “Cohete a la Luna”, y la del ingeniero nuclear Gabriel Barceló en el mismo medio, así como la del escritor Mempo Giardinelli en Página 12. Last but not least, el físico nuclear Andrés Kreiner, líder gremial de APCNEAN, el sindicato de profesionales nucleares, ha opinado casi lo mismo.
Todas estas opiniones y propuestas aquí en AgendAR las hemos barruntado, las hemos citado por hyperlink y/o publicado, con un 75% de acuerdo y un 25% de desacuerdo; ya que antes presentamos nuestro propio programa salvavidas, más ambicioso en lo tecnológico pero igualmente imposible en términos políticos.
Tanto acuerdo no es poco, siendo AgendAR una publicación horrorosamente ortiva, industrial y encabronada. Nuestro 25% de desacuerdo es negociable con los amigos: creemos que a todos estos capitanes atómicos citados, veteranos todos de mil combates por la Argentina, se les cayó de cubierta el proyecto CAREM. Esta centralita compacta será descendiente lejano de un motor nuclear naval, pero en el Atlántico y sin bañeros a la vista se está ahogando en el olvido. Fue el blanco principal de La Libertad Avanza.
Aquí en AgendAR no hemos aprendido a olvidarla. Nunca lo haremos.
Ambos referidos próceres de la nada, Guido Lavalle y Reidel, vienen del Instituto Balseiro y están prohijados por otros egresados de fuste de Física e incluso Ingeniería de esa universidad nuclear fundada por la CNEA. Discutimos su patriotismo (nunca los acusaríamos de ello), no sus conocimientos.
Aunque Reidel, en particular, fue estropeado de modo irremediable posiblemente después de que la Argentina le pagara la mejor carrera nuclear posible en las Tres Américas (educación pública, señores), y se volvió lo que es hoy, un doctor “Cum Laude” en Bicicletas Financieras.
Los maestros posteriores de Reidel fueron Goldman Sachs y Morgan Stanley, bancos de segundo piso famosos por chupar sangre argentina. En tales templos del genocidio económico, en cuyos altares los argentinos fuimos repetidamente degollados, un “balseirista” con capacidades morales especiales “la rompe”. Y eso por su excelente formación en modelización matemática.
¿Modelizaciones de qué corno, pregunta Ud.? Esos sistemas predictivos que te permiten hacerte rico comprando acciones de ChatGPT, y hoy haber perdido hasta la camisa, porque, joder, hombre, se te chispotearon China y Deep Seek. Eso te pasa por lo que se vende como sabiduría económica, y ser un burro al cuadrado en Historia y Geografía.
Un científico ahí. No se caliente en buscarlos en esta administración. Es más fácil encontrar ratas en una caja fuerte.
En esa ultraespecialización tan vaporosa, tan alejada de la energía nuclear, cosa groseramente ingenieril y práctica, don Reidel se olvidó de la ingeniería atómica, o más probablemente no le interesó jamás.
Sea por una u otra causa, del negocio nuclear no sabe un comino (he escuchado palabras más picantes). Ése es el sentido decir de Radiopasillo de la CNEA, INVAP, NA-SA y CONUAR; la gente del palo y a la que damos bola, hoy casi todos víctimas de este aprendiz de brujo.
Hemos tenido burros y caciques petroleros (da igual) al frente del Programa Nuclear Argentino. Tuvimos incluso un sociólogo con dotes para el stand-up, don Julián Gadano. Pero ahora accedimos a otra etapa superior: la del zoquetismo ilustrado.
Yo subrayo que el problema es educativo, y del Balseiro. A sus muchos pergaminos, a Reidel y a Guido Lavalle les faltan Geografía e Historia Nacional. Son materias que desdichadamente el Balseiro no enseña. Primer asunto a remediar.
Sobre el “Nuevo Programa Nuclear” de la gavilla ut supra referida no opinamos, porque AgendAR se dedica a lo existente, y las gavillas y pesadillas nucleares generalmente pasan. Es que con el amanecer sobreviene la Señora Realidad, poderosa, inevitable y a veces, vengativa.
Hechas estas aclaraciones, nos dedicamos a los líderes nucleares permanentes e incuestionables, de los cuales somos conocidos e incluso amigos desde hace 30 o 40 años. Y aquí van nuestras discrepancias relativas con el salvavidas nuclear que proponen, a saber, rescatar la posibilidad de una Atucha 3 CANDU Nac & Pop, con ingeniería y componentes de industria propia, y autofinanciación. Es algo que la Argentina nuclear olvidó, pero quien nunca lo hizo en especial fue José Luis Antúnez, el hombre que terminó Atucha 2 contra viento y marea, y que en su reciente dirección “ad honorem” de NA-SA, quiso reflotar.
Lectores, Antúnez no come vidrio. Y no creo que se haya olvidado del CAREM, como que dirigió su construcción desde NA-SA y a partir de 2020. Eso sucedió cuando la entonces nueva presidenta de la CNEA, Adriana Serquis, y su gerenta de proyecto, Sol Pedre, notaron que había que apurar la dirección de obra.
Para hacer realidad una CANDU crioll, la actual propietaria de nuestras 3 buenas o buenísimas centrales nucleares, NA-SA, debería recibir un premio y vender el megavatio hora a mayor precio que el eólico, por disponible 24x7x365. Acumular esas ganancias en un fondo intocable para el Poder Ejecutivo, y dedicado a pagar la ingenería y fabricación de nuestra siguiente CANDU Nac & Pop. Si esto no funciona, e incluoi si tanbién se da, hacer canje por agua pesada con Canadá, o en la imposibilidad, volver a chamuyar con China.
País, ése último, que sabe de CANDU más que los canadienses y casi tanto como nosotros. Problema argentino: ambos tienen razones para financiarnos, y también muchas para no hacerlo. La palabra mágica para que una CANDU criolla deje de ser un recuerdo perdido desde tiempos de Macri es “chamuyo”, es decir diplomacia.
Onda que, terminado -como sea- el gobierno de Milei, deberíamos primero nacionalizar la Cancillería Argentina. A Canadá y a China le sobran diplomáticos patriotas. Es cosa de inventar algunos propios, dando vuelta cada piedra en el Palacio San Martín hasta que pinte uno. En tiempos de Alfonsín lo tuvimos a Adolfo Saracho, ¿quién puede no recordarlo?
Como sea, EEUU tratará de cortar nuestro futuro pique maradoniano hacia el arco del triunfo con unos barridos de tobillos peores que los recibidos por el Diego en 1986. Esperamos que sean tan inefectivos como los del seleccionado británico: en Argentina, la velocidad y la gambeta hacen la posibilidad.
Pero pensamos, seriamente aunque sin reproche, que a nuestros DT nucleares se les olvidó un jugador en el banco: el CAREM. Que aunque no se testeó en el field, es una promesa hermosa. ¿Quieren saber por qué incluimos el CAREM en nuestro programa de rescate, lectores? Como decía Inna Afinegenova, “Ahí les va”.
SEAMOS REALISTAS, PIDAMOS LO IMPOSIBLE
Entre imposibilidades a la luz de hoy irreales, preferimos la más bonita. Por eso queremos reabrir la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) de Neuquén, copropiedad de la CNEA y de ese distraido emirato petrolero con elecciones y título de provincia.
Mientras se reabre la PIAP, que Domingo Cavallo y Mauricio Macri cerraron sucesivamente, porque funcionaba bien, nos autoabasetecía y de yapa exportaba, planta que Sergio Massa, ese cacique de bandera blanca que fue casi presidente dos veces, tampoco puso un mango en reparar, debemos replantear el chamuyo con Canadá y con China para ver cómo se financia una Atucha 3 CANDU.
Nos van a pedir cosas diferentes: Canadá, financiación a cambio de agua pesada. Genial, tenemos la mayor planta industrial remanente del mundo, podemos hacer canje. Y en ventaja: la tecnología ya la tenemos, y el agua pesada, casi. El precio mundial saltó de U$ 300.000 la tonelada a U$ 1 millón la tonelada debido al cierre de la PIAP, y a la oferta global creciente e inelástica.
Los chinos nos van a pedir que, ya que estamos en conversa por Atucha 3, que ésta sea una Hualong-1 de uranio enriquecido y 1220 MWe de potencia instalada, según cartas de intención entre NA-SA y CNNC firmadas en 2014, redactadas por el Cacique Antúnez y refrendadas por ambas cámaras. Sólo que en cuanto Macri decidió olvidarse de este tratado binacional y canceló la CANDU china, China aprovechó para hacer lo propio porque lo que les interesaba (y tal vez aún les interesa) es mostrar una Hwalong-1 en el país más nuclear del Hemisferio Sur.
Da prestigio, y provoca cólicos incontenibles en Washington. Insólitamente, el gobierno de Cristina y de un tal otro Fernández decidieron olvidar esa incómoda central de diseño canadiense, porque en todo país miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, provoca similares diarreas.
De modo que de CANDU, olvídate, cariño, dirá el Tio Xi, y todo indica que si Cristina vuelve a ser presidenta, le agradeceremos una central china hasta el límite top de la chinitud. La industria nuclear argentina mirará pasar la Hualong-1 en una dirección y la plata hacia otra ante su patronal nariz, como quien ve una telenovela repetida en la que suele morir el espectador. Pataleando, y si el compatriota Bernal Castro está colmilludo, y tal vez logre participar en la pintura de la casilla del perro de los porteros, al menos con el pincel. Esa perspectiva vuelve bastante loco a Bernal Castro, el Hombre Nuclear de ADIMRA, y también a este seguro servidor y escriba.
Por lo demás, genial, las Hualong-1 son buenísimas y están muy testeadas en varios países.
Para nuestro mal, Tío Xi, no queremos combustibles que no podamos fabricar nosotros, y aunque CONUAR podría perfectamente hacer la matriz metálica y cerámica de los elementos combustibles de una Hualong-1, si nos ceden las planillas de cálculos. Cuantimás, comprándoles el uranio enriquecido en polvo de dióxido de uranio, podríamos hacer las pastillas de combustibles cerámicos, si Dioxitek decidiera servir alguna vez para algo. Pero bien las puede hacer Conuar, que en su 66% es propiedad de Pérez Companc y no tolera ñoquis ni el 29.
Pero con otra conducción nuclear y nacional, eso de los combustibles lo hacemos a ojos cerrados y antes de desayunar. Pero tengamos en claro que la movida a China le caería atravesada. Los tipos quieren ser proveedores únicos mundiales de elementos combustibles Hualong-1. O al menos del polvo de uranio enriquecido. Te van a vender la máquina de hacer chorizos, nunca el chancho.
Les gustaría más vendernos toda la menesunda nuclear dentro del mismo contrato de la central, y tenernos pagándoles la provisión de combustibles los 60 años que duraría la Hualong-1 en operaciones. No es un gran futuro para la Argentina. A término de vida útil, terminaríamos pagando 3 veces el costo presupuestado de la central en 2014. Conozco a funcionarios capaces de esa burrada, he oido sus argumentos, y no me saludan.
PARA NEGOCIAR BIEN, A PERRO, PERRO Y MEDIO
La CNEA jamás aceptó nada así, ni de los alemanes ni de los canadienses. Y en la negociación, todos esos gringos arrugaron porque si no lo hacían, sacábamos el armazón metálico de los combustibles de las dos Atuchas o de Embalse por ingeniería inversa. A perro, perro y medio.
A añadir, que con la palanca económica que tiene China sobre la Argentina, desde el Celeste Imperio te llenan la canasta al primer sí. Si les compraste una Hualong-1 les vas a terminar comprando 10. Bernal Castro, el Hombre Nuclear de ADIMRA, pondría el grito en el cielo, porque es muy nuclear pero mucho más ADIMRA. En este caso, yo también.
¿Y por qué el emperramiento argentino con el uranio natural? ¿Acaso no sabemos fabricar enriquecido al 3 o 4%, es decir “grado central”? Sí que sabemos, pero esto es sabatismo puro. Sabato fue nuestro primer canciller nuclear.
Si intentáramos hoy enriquecer uranio en una gran planta industrial, el State Department nos mandaría los portaaviones y los Marines. ¿Acaso no nos mandó un presidente?
Pilcaniyeu, obra del almirante Carlos Castro Madero e INVAP, construida en secreto en Rio Negro, es experimental, más atrasada técnicamente que las locomotoras a vapor, elección voluntaria de la CNEA para no despertar las iras washintonguianas. Y como las despertó igual, fue inaugurada por Menem y cerrada por Menem, por Cavallo, por Macri y sigue la lista. No, se equivoca, Fernández y Fernández no la reabrieron. Es una cabal galería del crimen, y para mi pesar, no todos fueron igualmente malos, y todos sí son compatriotas.
Si nos visita el CVN 72 George Washington por semejante pecado de lesa genuflexión como el enriquecer a escala industrial, (Brasil lo hace, pero es Brasil) no creo que China nos defienda, ni que esté interesada en que nuestro país más se vuelva proveedor mundial de este insumo estratégico que ellos le venden a cada país que les compra una Hualong-1. El que fabrica y vende, manda. El que no, obedece y entonces, no se le apagan ciudades enteras.
Por eso, el único modo de ir adelante con el CAREM sin ser desplumados de la tecnología es hacer una sociedad con NUCLEBRAS, la combustiblera nuclear brasuca. Ellos ya enriquecen hasta el 20%, de modo que aunque se atrasen un poco, nos pueden vender núcleos enteros del CAREM, cuyo enriquecimiento no supera el 3,5%. A cambio, hacemos vaquita para construir el CAREM comercial en ambos países, y exportarlo urbi et orbi.
¿Pero Brasil podría suministrar todo el enriquecido de una Hualong-1 de 1200 MW en Argentina? Ni ahí. Si alguna vez logran inaugurar Angra 3, tampoco podrán calmar, con su capacidad local actual, su hambre de enriquecido.
En el fondo yo también creo un poco (sólo un poco) que tiene más sentido reclamar una CANDU que un CAREM: conocemos la tecnología, podemos pagar ambas usando un poco de ingenio y mucho patriotismo. Olvidate del verbo reclamar, sustituilo por hacer. Cuantimás, que la insuficiencia acumulada en la última década de capacidad instalada firme ya mide 18.200 MWe, se está pagando en apagones y no se remedia con centrales chicas. Pero con 6 o 7 CANDU Monark de 1000 MWe, sí se remedia, y no totalmente, pero bastante, porque darían potencia firme todo el año.
La nuclear no es un chupete para calmar ecologistas, es un enchufe confiable para la industria y las ciudades, punto.
En la suma necesidad, ésa tan con cara de hereje, tiene algo menos de sentido el pequeño CAREM, que una gran CANDU Nac & Pop, porque la tecnnología del CAREM será toda nacional pero no la conocemos del todo. Es que estamos demasiado apurados inventándola sobre la marcha, y sin ayuda. Ése espíritu fue siempre nuestra mayor grandeza.
En materia de prestigio en el mercado nuclear mundial, una y otra central nucleares serían equivalentes: se respeta a los países que construyen y modernizan fierros, sin que importe su propiedad intelectual.
Lo que no se perdona es que algunos países se metan sus mejores proyectos nucleares en salva sea la parte, porque a la hora de cumplir con una entrega a terceros, el cliente prospectivo sabe que arrugará frente a cualquier apriete diplomático de ya saben quién. Sí, si no terminamos el CAREM o empezamos un CANDU, los que estamos arrugando al cuete somos nosotros. Y nadie le compra a un país sabio pero cagón.
Tanto un CAREM como un CANDU criollo nos sacan del banco y nos vuelven jugadores mundiales.
Ya lo somos desde 1987, sólo que nuestros medios no se enteran. Hoy, además de reactores de fabricación de raioisótopos, entre ellos el PALLAS de Holanda (el segundo mayor del mundo), venimos exportando componentes argentinos al ecosistema mundial CANDU. CONUAR, me dicen en CONUAR, fabrica bien.
Les creo. Mejor aún, la India, Canadá y Rumania, paises canduceros viejos, también les creen. La tecnología y el 33% del paquete accionario de CONUAR pertenece a CNEA, el estado empobrecedor.
Todas las CANDU del mundo están hechas de caños de superaleaciones y caños de conducción de agua pesada o de vapor idénticos. Ud. pone un tubo de presión de CONUAR hecho para la cordobesa Embalse en una central IPCIL de la India, o de China, o de Canadá, o de Rumania, y ni se enteran: es generalmente el mismo circaloy, las mismas dimensiones, los mismos procesos de fabricación, las mismas prácticas de calidad. Todo eso lo aprendimos solos y en los laboratorios de la CNEA.
Los canadienses fueron remisos para enseñar, y no por nada. Vamos a ver si aprendieron que por las malas, no nos sacan buenos. ¿Qué nos pueden pedir, aparte de agua pesada? Que firmemos los Protocolos Adicionales del Tratado de No Proliferación. Los podemos mandar a bañar en los lagos Huron, u Ontario, de agua muy pura aunque un tanto fría. Y les podemos negar agua pesada, de la que no tienen una gota. Es una negociación muy en paridad.
Para volver a treparse al mundo CANDU, hay que reconstruir y reabrir la PIAP, como para dejar las cosas en claro afuera y adentro. ¿Tiempo para ello? La PIAP se repara en un año y por U$ 50 millones. Su producción anual valdría U$ 180 millones y sería una palanca diplomática tremenda.
Los canadienses pondrían la guita por adelantado y sin pestañear: están por construir unos 6000 MWe de nuevas CANDU en Ontario, sin agua pesada el uranio natural no entra en reacción nuclear autosostenida. Y con 18 centrales propias activas, ya están muy manija de agua pesada. La llegaron a tener que importar desde aquí.
La PIAP hoy es, por default, la mayor planta del mundo, y las tres plantas de agua pesada que tuvieron los canadienses, todas mucho mayores que la nuestra, fueron cerradas por acción de los gobiernos liberales, conservadores y afrancesados, unánimemente proyanquis y pseudoecologistas. En eso, ninguno fue mejor que los demás.
Hay que ser un reo de lesa materia gris para no negociar con el país de la hoja de arce e inventor de la Policía Montada. Por fin tendremos una ventaja, o al menos una partidad estratégica a la hora de sentarnos a la mesa. Cualquier planta CANDU canadiense (o argentina) pide una carga inicial de 600 toneladas de agua pesada.
Nuestra PIAP tiene una capacidad teórica de 180 toneladas/año. Para nuestra inopia nuclear, son muchas rupias, fratres lectores/as. Con dos años de producción comprometidos a Canadá, Atkins Realis hace funcionar una de sus monumentales CANDU Monark de 1000 MWe.
EN EL FONDO, ES CUESTIÓN DE EDUCACIÓN PÚBLICA
¿Va a joder esta negociación la Gran Democracia (era un chiste) del Norte? Sí, y ya lo hizo y lo hizo de sobra, y con resultados visibles en 4 años de atraso de obra. Eso sucedió desde los años 60, cuando Ud. era un pibe y miraba a Olmedo, y yo a Pepe Biondi. Fue entonces que empezamos a barruntar en comprarle Embalse a los canadienses, y al rato nomás de firmado, tuvimos que romper el contrato para terminarla nosotros.
Nos volvieron locos con atrasos de suministros esenciales, con la negativa a transferirnos TODA la tecnología, habiéndola pagado, y por errores y burradas de su contratista de obra, Italimpianti, belle ragazzi que de construcción nuclear saben niente, y de sudar la camiseta para llevar adelante una obra, far niente. ¿Por qué Atucha II no fue una CANDU? Porque Carlos Castro Madero tenía “strong opinions” acerca de los canadienses. Muy fundadas.
¿Pueden hacernos la misma chanchada hoy los muchachos de Ontario? Podrían y pueden, pero les va a resultar difícil. Donald Trump dijo que quiere anexar Canadá, y en la capital federal, Ottawa, ya están podridos de bravuconadas oriundas del sur y el oeste de sus 8893 km. de fronteras con los EEUU. País con el que Canadá estuvo 5 veces en guerra hasta principios del siglo XX, y no perdió ninguna.
Eso no se enseña en las escuelas estadounidenses. Bueno, nada se enseña ahí.
En el fondo es una cuestión educativa. Si no lo fuera, ni el presidente ni sus fans MAGA serían tan brutos.
¿Y con China, qué onda? Les debemos hasta la camisa, mal comienzo. Pero con tal de que se construyan las represas sobre el Río Santa Cruz, la Cepernic y la Kirchner con turbinas chinas, nos van a volver a sonreír. Y a no olvidar, si plantan una bandera nuclear marca Hualong-1 en este país famoso por sus átomos, se van a cansar de vender en la región. Quizás haya «affectio societatis», como habrían dicho Grondona o Maradona. Hay que tratar. ¿Por qué no? El “no” ya lo tenemos. Y los hemos falluteado con cada cosa que les firmamos. Eso con don XiJing ping se paga caro. Por lo tanto, Canadá y China deben saber que estamos negociando a dos bandas.
Lo mejor sería un acuerdo en troika.
El CAREM -cuando exista el demostrador tecnológico de 32 MW- será enteramente exportable en su versión comercial. Constrará de 4 módulos de 100 o 130 MWe. Seguramente con guita de alguna multi que se quedará con la parte del león.
En realidad hubo dos multis, ambas metalúirgicas, y Guido Lavalle las espantó. Una multi era húngara, la otra, una UTE argentina fuerte, de Tucumán. Los húngaros querían vender nuestros CAREM para combatir la contaminación aérea causada por la quema de carbón (es decir, por los ecologistas). Lo vieron como tan buen negocio, y tan prestigiados nuestro país y nombre en los mentideros internacionales, que ofrecieron incluso conservar la marca argentina CAREM. Los compatriotas metalúrgicos de la provincia que inventó la Batalla de Tucumán y las mejores empanadas del mundo, la querían para venderles unidades del CAREM al mundo, como empanadas.
¿Qué les dijo a ambos cortejantes don Germán Guido Lavalle? Que el proyecto CAREM está muerto. Es cierto, es confesión de parte del asesino. Lo dio por muerto cuando el mercado nuclear mundial lo considera vivo, y muy vivo. Lo decimos sin cancherear y sin miedo. Tenemos testigos de sobra para enterrar en vida a don GGL. Al parecer, en casa no lo quieren. Tal vez porque nunca fue su casa.
El mercado mundial SMR como el CAREM, como bien indican Gabriel Barceló y Andrés Kreiner, otro canducero grave, aún no existe. Pero el de los CANDU sí existe, y es un ecosistema de reactores modulares de todo tamaño, hechos de idénticas componentes, todas las cuales pueden producirse en serie, sin variaciones, y viajar en camión o en chata multirrueda, o por riel o barco, y ensamblarse en destino, es decir obra. A mí esa definición me da SMR, más que el tamaño en sí. Y esos componentes los fabricamos todos aquí. “Made in Argentina”, canejo, se entusiasma Bernal Castro.
Increíble que la AECL, dueña original de la tecnología CANDU, no explicara al mundo su excelente central en esos términos. No lo hizo de movida, en 1962, cuando se inauguró Douglas Point, pero desde esa época toda CANDU en 7 países del mundo es una SMR. Sólo que en Atkins Realis, la privada que compró el know-how- de la Atomic Energy Commission of Canada, una SE estatal quebrada en 2011, nadie llama caballo a un caballo. Los Atkinrealistas creen que si la bestia es mayor de 300 MWe es caballo, y si es más chico, no, es SMR. Ni siquiera hoy, que los ponis están de moda, aunque no existe uno solo funcionando en Occidente.
Puedo añadir mil argumentos en contra de uno u otro tipo de central, y se equilibran en una sola confusión y una sola conclusión: necesitamos CANDU y CAREM, del tamaño que podamos. Ambos dos diseños. AgendAR dixit. Que nos peguen desde donde quieran, sólo nos harán gritar más fuerte.
Salvo que uno sea el Mago Manco René Lavand, no se puede ni aplaudir sin mano derecha y mano izquierda. Y a uno paisano mocho de un brazo lo junás a 200 metros porque camina torcido. Y es que a la mañana no pudo atarse bien los cordones de los tamangos.
No queremos un programa nuclear mocho, pero con uno ambidextro tenemos un futuro nuclear Nuclear Nac&Pop y de yapa, exportador. A condición de que terminar con este presente miserable y tramposo. Que se vaya de una maldita vez el zopenquismo nuclear ilustrado, esa agencia de los EEUU pagada por Argentina. Bueno, no enteramente.
Mi patrón, Abel Fernández, contador, publicista y autor de buenas encuestas de opinión, es más realista que yo y prefiere el Plan Aráoz, Pahissa, Barceló y Bernal Castro, suscrito además por otras luminarias que saben más que yo, simple periodista científico, de cómo y con qué se parte el átomo. El tipo se impresiona con los nombres. Tiene motivos.
Pero este Fernández Abel, mi trompa, es gaucho medio salteño por prosapia, y sabe que cuando rebuzno, lo hago afinadamente y algunos lo toman por música. Yo tomo como míos tres lemas existenciales, casi musicales, de Carlitos Aráoz. Uno es “Why not?”, y lo aprendió de pibe en el Argonne National Lab de Chicago, donde fue a mejorarle los combustibles de los reactores de investigación a los gringos. Con pleno éxito, además.
El segundo también es de Carlitos Aráoz, pero sospecho que lo tomó de su maestro, el Jorjón Sabato. Decía el célebre Jorge: “El negocio nuclear no es vender megavatios hora, es vender tecnología”. Acuerdo pleno.
El tercero es “Seamos realistas, pidamos lo imposible”, y es de Jean Paul Anonime, célebre autor galo. Lo heredé cuando pibe de los universitarios del Mayo Francés de 1968. Mi versión corregida no incluye el verbo pedir, sino el verbo hacer, “porque la libertad no se pide, se toma”.
Y eso también es del Mayo Francés, mes padre putativo de nuestro Cordobazo, sucedido en mayo del año siguiente. Y yo esas ideas las compro como si fueran medialunas, onda “croissants”. Ojo, no compro nada más de origen francés, pero esas frases ojalá las hubiera inventado nuestro Jean Dominique Perón, en lugar de ser inventadas contra otro Géneral, Carlitos De Gaulle.
Lo imposible hoy es tener un programa nuclear y un país como la gente, al menos mientras los dirijan enfermos psiquiátricos, imbéciles y traidores, o todo junto. Pero los «todo junto» no son eternos, y durarán menos que los escuálidos laureles que supimos conseguir. Que son más duros, amargos y de bajas calorías, si tal va a ser nuestra dieta. Pero son reales, y a falta de pan…
Todo lo que anda mal en nuestro Programa Nuclear es más una consecuencia de las divisiones internas del mismo, y no de la evidente interferencia petroyanqui. Ojo, esas presiones pueden mucho, y han matado de enfermedades circulatorias y oncológicas a nuestros mejores dirigentes nucleares, empezando por Castro Madero. Pero en 74 años no lograron matar la Argentina Nuclear. Sólo torcerla y debilitarla. Pero torcidos y débiles, seguimos siendo un peligro diplomático y comercial. ¿Y si nos compran? ¿Y si nos imitan?
No comprarnos sale caro. Imitarnos también. Como prueba de lo primero, el NuScale, una excelente copia mejorada de nuestro CAREM, costó U$ 20.000 millones y terminó en quiebra, sin haber cavado cimientos. Nosotros tenemos el SMR número cuatro en ránking en el mundo, está en obra y se llama CAREM, y como ya tiene piedra inicial, los gringos y sus comemierdas locales le quieren poner lápida.
Somos el “number one” mundial en exportación de reactores nucleares multipropósito, señores del MAGA, in example, pinches gringos. De esa banquito no nos tiran ni ustedes ni Magoya, y desde ese banquito accedemos a la mesa nuclear de las centrales de potencia, donde Uds. también están muertos y pintados desde hace 40 años.
Si se presenta INVAP a licitación de un reactorcito de producción de radioisótopos, Uds. no dan faltazo, no porque es caro comprar los pliegos sino por que no tienen qué demonios ofertar que no haya sido diseñado en 1950. No van a impedir que entremos al mercado nuclear de potencia SMR por la puerta grande, porque podemos hacerlo pedaleando sin sudar, ya sea con una CANDU criolla «Monarquita» de 300 MWe, con una Monark de 1000, o con nuestro criollísimo CAREM. Porque Uds. tendrán el MAGA, pero, boys, nosotros tenemos los MAGOS.
¿Y por qué? Porque tenemos el Balseiro. Educación argentina pública. Sufran, gringos.
Somos Argentina, estimados/as, ganamos por penales tras el tiempo de descuento.
Eso sí, a meter Historia y Geopolítica en las carreras del Instituto Balseiro, pobladas hoy de liberales técnicamente apátridas, educados en escuelas tilingües durante el Proceso, o el Menemato. Las llamamos tilingües porque, como diría don Domingo Faustino, tienen alumnos tilingos, que no aprenden bien el inglés ni el castellano. Equivale a decir, muchachos quizás inteligentes, pero malentretenidos con un edificio en Langley, Viriginia, y con capacidades disminuidas en lo moral y en lo nacional.
Yo fui a la Británica Distrito Sur, en San Telmo, donde aprendí inglés onda «El Imperio Contraataca», y después al Nacional Buenos Aires, cerquita, donde aprendí ciencias duras, patriotismo duro, puro y triste, historia, y también a escribir como la gente. Ser de Avellaneda y de Racing me enseñó a sufrir y a no agrandarme, aunque las circunstancias me obliguen. En cambio, ninguno de mis entrevistados y citados con admiración en este artículo, gente de origen más proletario, pisó jamás un aula privada. Toda su educación, desde el Jardín de Infantes al Balseiro, la pagamos Ud. y yo. Y por lo poco que eso nos costó, llegaron al Balseiro sin que les torcieran antes el marote, y por eso como egresados, nos construyeron mucho país, la flor de una flor de país, de tu país, de mi país.
Hoy el Balseiro explota de niñites tilingües. Sólo quieren egresar para hacer La Gran Reidel, Goldman Sachs y Morgan Stanley los esperan con le mesa puesta. Gente, cambió el país, cambió la gente, no los criterios de admisión del Balseiro, que siguen siendo adustos. Pero el país nuevo es, educativamente, el tuerto de un país de ciegos, y la hacienda joven llega al examen de ingreso torcida de fábrica. Amalaya, gente nuclear y argentinos de mi palo, presten atención: la peor puñalada posible es la que te dan un colega o un hermano, desde cerquita, desde adentro, en familia, casi. No se trata de sacarles sólo el puñal a estos torvos. Hay que sacarles hasta la intención.
Hay que educarlos.
Finalmente, retocar una currícula académica es atribución del Ministerio de Educación de La Nación, cuando haya uno.
Y poner presos a algunos delincuentes, asunto aparentemente judicial, cuando exista la justicia en el fondo será una cuestión educativa.
Daniel E. Arias