Un representativo grupo de científicos reclama por los recortes en el CONICET

Una decena de investigadores llegados desde Jujuy, Córdoba, Santa Fe, Rosario, La Plata, la Capital y Puerto Madryn se reunieron con el ministro de Ciencia, Lino Barañao y con el presidente del Conicet, llevando una carta firmada por 173 directores del organismo. El 70% del total. Y en el documento hicieron explícita la «gran preocupación por la situación del organismo».

Ahí afirman que la institución «está al borde de la parálisis», y que la crisis económica y la devaluación ponen en peligro la continuidad de muchos grupos de investigación.

Según dijeron los voceros del grupo tras la reunión, las autoridades del Ministerio no ofrecieron respuestas concretas.

«Transmitimos la inquietud de un número muy significativo de directores y directoras de institutos, y nos vamos sin ninguna solución -afirmó el físico Juan Pablo Paz, del Instituto de Física de Buenos Aires-. Entre otras cosas, nos dijeron que no había posibilidad de recomposición del poder de compra de los subsidios, muy afectados por la inflación y la devaluación. Es dinero prometido que no se recibió».

Y hasta ahora no se firmó la resolución del directorio asignándoles presupuesto como todos los años. «Hay un horizonte presupuestario que no va más allá del primer semestre de este año», subrayó Rolando González-José, del Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanidades, de Puerto Madryn. También expresó su consternación por el achicamiento de la planta de empleados administrativos a los que no se les renueva el contrato: «Entre ellos hay personal muy valioso, como expertos en patentes, o en comunicación pública de la ciencia», afirmó.

Otros, como el biólogo Marcos Vaira, del Instituto de Ecoregiones Andinas, de San Salvador de Jujuy, manifestó que no tiene personal administrativo ni tampoco infraestructura; están usando pequeños espacios que les cedió la universidad de su provincia.

«Vinimos para ofrecer nuestra colaboración, pero es complicado si no se reconocen las dificultades», agregó Andrea Gamarnik, del Instituto de Investigaciones Bioquímicas.

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