Fútbol y tecnología son un maridaje cada vez más difícil de separar. Y cumpliendo esta regla, Rusia 2018 es el Mundial más tech de la historia: los fans de todo el mundo podrán ver cada uno de los 64 partidos en pantallas de calidad 4K Ultra HD (UHD), una resolución cuatro veces superior al formato HD. Además, quienes viajen a alentar a la Selección argentina tendrán una credencial, llamada Fan ID, que tendrá incorporado un chip con todos los datos de su portador. Y podrán disfrutar de estadios inteligentes, como el Zenit Arena de San Petersburgo que cuenta con un techo retráctil y un novedoso sistema de climatización para bombear en su interior hasta 5 millones de m3 de aire caliente y así mantener la temperatura entre los 15 y los 21º C.
De todas las novedades tecnológicas la más importante –y polémica– es el Arbitraje Asistido por Video (VAR). Básicamente reúne y coordina varias cámaras de video que enfocan y graban a los jugadores y guarda imágenes que sirven para analizar una jugada “dudosa” prácticamente en tiempo real. Mientras se juega, un equipo de expertos las analiza y si surge un problema asesora al árbitro sobre lo que pasó, para que éste decida qué hacer.
La idea de que aporta valor está científicamente avalada porque, a pedido de la FIFA, un grupo de profesionales de la Universidad Católica de Lovaina realizó un estudio que concluyó que la exactitud de las decisiones que los árbitros tomaron recurriendo a este sistema fue del 98,9%, mientras que el tiempo perdido de juego por su utilización representó apenas menos del 1% del partido.
El informe se elaboró con datos de veinte asociaciones nacionales que aplicaron el VAR desde 2016 en pruebas hechas en 804 partidos, con un “impacto decisivo en un 8% de ellos”. De acuerdo a la FIFA, el VAR utiliza treinta cámaras capaces de grabar hasta 500 fotogramas por segundo y seguir la pelota con una precisión de 5 milímetros. Algunas permiten grabación “ultralenta”. Además, se confirmó que el proceso de revisión solo implicará una demora máxima de dos minutos, muy lejos de los nueve minutos perdidos vinculados a las discusiones por faltas usuales en cualquier partido promedio. Interactivo.
Otro protagonista tech es la pelota oficial. La Telstar 18, inspirada en la que se usó en el Mundial del 70, tiene otros materiales más ecológicos y fue pensada para facilitar el reciclaje. Pero su gran distintivo es que lleva en su interior un chip de transmisión de datos del tipo NFC. Este no se usará para el Mundial en sí, pero los consumidores que la compren podrán interactuar con el balón por medio de su smartphone ya que, al acercarlo, ofrecerá contenidos específicos y participaciones en concursos futbolísticos.
En la muñeca de los árbitros hay otra pieza única: usarán un smartwach diseñado por Hublot, que utiliza al sistema operativo Wear OS, y –aparte de controlar el tiempo– genera notificaciones especiales para marcar el inicio y final y contabilizar fácilmente la cantidad de tarjetas amarillas y rojas.
Los hinchas que no puedan viajar, pero quieran seguir las contingencias desde la web pueden recurrir a varias páginas y apps especializadas. Pero seguramente una de las más exitosas será la oferta gratuita que montó Google tanto desde el buscador, como desde su Asistente. Habrá una especie de central de datos, donde se sintetizarán los resultados diarios, con el fixture, estadísticas y videos de las jugadas claves. Y también sumarán resúmenes de los partidos.