Comer saludable ya cuesta el doble que una canasta básica

La canasta básica aumentó un 19,38% en los primeros cinco meses del año.

Comer sano ya le sale a una familia más del doble que la canasta básica: una pareja con dos hijos necesita $ 16.170 al mes para llevar una dieta ideal. Es 40% más que hace un año.

Solo las frutas y verduras recomendadas se llevan casi el 30% del presupuesto mensual para comer sano. De hecho, la inflación parece haberse ensañado con los alimentos más recomendados por los nutricionistas.

  • El dato surge de un estudio realizado por la Escuela de Nutrición de la Facultad de Medicina de la UBA y el Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA).

En el relevamiento, hecho en la C.A.B.A. y el conurbano bonaerense, los expertos evaluaron el costo de una “Canasta Saludable de Alimentos” armada según lo que aconsejan las Guías Alimentarias para la Población Argentina del Ministerio de Salud.

Se trata de una dieta ideal, donde dos tercios de las calorías provienen de alimentos puntuados como de “calidad alta” por tener “alta densidad de nutrientes”, como lácteos, frutas y hortalizas frescas, legumbres, cereales integrales y pastas de sémola. En ese menú sano, otro 20% de las calorías surgen de opciones de calidad “intermedia”, como pan común, galletitas de agua, harinas blancas, arroz blanco, fideos comunes, papa, batata y choclo. Y el resto son artículos de “calidad baja”, que se deberían limitar, como el azúcar y los dulces.

Esto incluye $ 3.650 en lácteos y quesos, $ 2.830 en carnes y huevos, $ 2.390 en hortalizas (sin contar papa, batata y choclo) y $ 2.400 en frutas, a los que se suman $ 680 en cereales integrales, legumbres, avena y fideos de sémola, y $ 480 para los aceites. En los de calidad media se van otros $ 1.530 y en los de calidad mínima, $ 2.210.

Con su nuevo valor, la Canasta Saludable de Alimentos quedó 40,5% más cara que un año atrás y ya más que duplica los $ 7.473 ($ 62 al día por persona) que vale la canasta básica de alimentos del Indec. Ese monto del combo oficial, que se encareció menos (24,8% en un año), es el que traza la línea de indigencia.

Pero esa canasta, según los autores del trabajo, representa una dieta “pobre y desequilibrada”, apenas de supervivencia, donde sólo el 33% de las calorías provienen de alimentos de alta calidad, 42% de opciones intermedias y un 25% de los de calidad mínima.

«Nos preocupa mucho cómo creció la brecha. Lo que muestran los datos es que hoy acceder a una dieta saludable tiene un costo muy superior a lo que puede pagar la población más vulnerable», advirtió Sergio Britos, profesor de la Escuela de Nutrición de la UBA y director del CEPEA.

En conjunto, según el estudio, aumentaron:

  • Los alimentos de alta calidad 48% en un año,
  • Los de calidad media 24%
  • Los de calidad mínima, 17%.

«La inflación generó un incentivo inverso al que buscamos. A los sectores de bajos ingresos, comprar alimentos saludables se les vuelve más difícil y crece el atractivo de reemplazarlos por los de menor calidad, en las que su dieta ya tiene gran exceso. El argentino medio ya consumía sólo un tercio de la cantidad ideal de alimentos de alta calidad, y esto ahora podría estar agravándose porque fueron estos alimentos, justamente, los más encarecidos”, añadió Britos.

VIAClarin