Empresarios cuestionan el etiquetado de alimentos exigido por la Organización Mundial de la Salud

Las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud, UNICEF y, inevitable, el G20 insisten en la necesidad de la alimentación sana y el problema de la obesidad infantil. El presidente Macri mencionó el tema este martes en la apertura del Urban 20, un evento organizado por el gobierno porteño como antesala municipal de la cumbre.

Pero, el Gobierno todavía no logra presentar un proyecto de ley para que los paquetes de los alimentos prevengan a los consumidores sobre componentes nocivos para la salud.  Existe una fuerte resistencia para impedir la aplicación en Argentina de un sistema de prevención para consumidores que ya rige en países vecinos como Chile y Uruguay.

Se acusa a un poderoso lobby encabezado por grandes alimenticias como Arcor o Mondelez, que buscaría evitar que en Argentina los alimentos empaquetados adviertan desde la cara frontal de su envoltorio la cantidad de azúcares, sodio y grasas que contienen, mediante octógonos rojos o negros.

Existe un acuerdo firmado para “dar impulso al etiquetado frontal de alimentos con contenido excesivo de grasas, sodio y azúcares; priorizar la estrategia regional sobre seguridad alimentaria y nutricional; y fortalecer la cobertura universal de salud y el acceso a medicamentos esenciales”. Pero en la Casa Rosada admitieron que “todavía no hay fechas” para la presentación del proyecto que obligue a las empresas alimenticias a advertirle a sus consumidores sobre las dosis de componentes dañinos en los productos que comercializan en supermercados.

«Estamos trabajando con el Gobierno y estamos avanzando en un protocolo con las actuales secretarías de Salud y de Agroindustria, pero tenemos opiniones distintas. Aceptamos un modelo de etiquetado distinto, pero nos oponemos al sistema chileno, porque nos oponemos a la demonización de los alimentos”, confió Daniel Funes de Rioja, presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), que reflejó los cuestionamientos empresariales a la iniciativa de la que se jacta Macri en público.

«En ese marco de debate tenemos propuestas alternativas. No queremos que estos cambios afecten al consumo como pasó en Chile, que a diferencia de Argentina es un país importador de alimentos. Debemos ser cuidadosos: nosotros somos fuertes exportadores de alimentos industrializados y no queremos crearnos una barrera paraarancelaria a nosotros mismos».

Queremos que el Gobierno nos escuche y que hablemos para llegar a un acuerdo razonable. En el B-20 incluimos el tema de la obesidad infantil, pero insistimos en su multicausalidad”, explicó una fuente cercana a la empresa alimenticia cordobesa.

Según las estadísticas elaboradas por la Secretaría de Salud, el 53,4% de la población argentina tiene exceso de peso en algún grado.

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