La brecha entre el precio que pagó el consumidor y lo que recibió el productor por alimentos agropecuarios fue de 426% en diciembre pasado, según un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Esta cifra surge del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD), que elabora mensualmente el sector de Economías Regionales de la CAME.
El estudio se basa en los precios diarios online de los principales supermercados y verdulerías del país, así como los precios de origen de las principales zonas productoras, que releva un equipo de 35 encuestadores.
Según esa encuesta, la manzana y la naranja fueron los productos que mayor brecha tuvieron entre lo que sale de origen y lo que se cobra en góndola.
El problema, en el segundo caso, surgió a partir de un faltante de manzanas en los lugares de destino, sumado a que parte de esa cosecha fue vendida por el productor a principio del 2018 con un dólar a $18, por lo que los comercios compraron barato y vendieron más caro.
En el otro extremo, el pimiento rojo redujo esta diferencia a casi la mitad, pasando de 8,6 veces en noviembre a 4,5 veces en diciembre.
Se mantuvieron estables en este sentido el huevo, la carne de pollo, el tomate de ensalada y la acelga, alimentos que suelen permanecer sin fuertes variaciones durante todo el año.
La participación del productor en la ganancia final fue estimada en 22,7%.
Resulta evidente -y ha sido dicho muchas veces- que el sistema de distribución y comercialización de los alimentos en nuestro país debe ser transformado en profundidad. Pero ningún gobierno ha sido capaz de encararlo.