Ayer lunes 21 el Banco Central divulgó el informe cambiario de diciembre y así se conoció el balance anual de lo que se denomina con pudor «formación de activos externos del sector privado no financiero». Y los argentinos llamamos «fuga de capitales»: 27.230 millones de dólares.
El monto superó en un 22% al registrado en 2017 (cuando alcanzó los US$ 22.150 millones) y pulverizó el anterior récord de salida de divisas por US$ 23.100 millones en 2008, provocado por la ola de desconfianza que generó el inicio de la crisis de las hipotecas en Estados Unidos.
El estímulo principal fue la corrida cambiaria que comenzó en abril, y que convirtió al peso argentino en la moneda más devaluada de 2018, sólo detrás del bolívar venezolano.