Este fin de semana el planeta -y no es una forma de decir, fue todo el planeta Tierra- asistió al reestreno de un drama que se mantuvo en cartel por más de 40 años: el enfrentamiento de dos Grandes Potencias, que se amenazan entre sí con armas nucleares. Pero a no engañarse; como suele pasar en las secuelas, el guión es distinto y los actores no son las estrellas de otrora.
A los hechos: El gobierno de los EE.UU. suspendió desde este sábado 2 de febrero su participación en el tratado INF (Intermediate-Range Nuclear Forces) con Rusia. Se trata del primer acuerdo de desarme firmado el 8 de diciembre de 1987 por Ronald Reagan y Mijail Gorbachov para eliminar todos los misiles nucleares y convencionales de rango corto y medio. No los estratégicos, de largo alcance. Esos son los tratados START I, II, y III, y es otra historia.
“Estados Unidos suspenderá sus obligaciones bajo el tratado INF el 2 de febrero” debido a las presuntas violaciones del tratado por parte de Rusia, anunció el secretario de Estado Mike Pompeo.
Con esa medida, se da comienzo a un proceso de 180 días, tras los cuales EE.UU. se retirará definitivamente del tratado, algo que, según ha advertido la Unión Europea, podría iniciar una nueva carrera armamentística entre las dos mayores potencias nucleares del mundo.
El presidente Trump dejó la puerta abierta a mantener su país en el tratado si “Rusia vuelve a cumplir” con lo pactado en el acuerdo “mediante la destrucción de todos los misiles, lanzaderas y equipos asociados que violan” lo suscrito en el texto de 1987. “Durante demasiado tiempo, Rusia ha violado con impunidad el Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF), desarrollando y desplegando de forma encubierta un sistema de misiles prohibido que supone una amenaza directa a nuestros aliados y tropas en el extranjero”, dijo Trump en un comunicado.
Aseguró que los aliados en la OTAN “apoyan completamente” su decisión, “porque entienden la amenaza presentada por la violación de Rusia y los riesgos que supone para el control de armas el hecho de ignorar las violaciones del tratado”.
“No podemos ser el único país en el mundo atado unilateralmente a este tratado, ni a ningún otro”, afirmó Trump, quien ha retirado a su país de varios acuerdos internacionales desde que asumió la presidencia en enero de 2017. También ha dicho, en otro de sus tweets: «Espero que seamos capaces de llevar a todos a una habitación grande y bonita y hacer un nuevo tratado que sea mucho mejor. Me gustaría verlo».
El otro protagonista de la secuela, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció el sábado que su país también suspendía su participación en el tratado de desarme nuclear INF, en respuesta a la retirada estadounidense. Y exigió pruebas por parte de Washington de la presunta violación rusa del acuerdo.
Moscú también ha acusado a Estados Unidos de violar el tratado, al desplegar un componente de un sistema de defensa antimisiles capaz de lanzar también misiles ofensivos; utilizar misiles prohibidos en distintas pruebas y también drones armados que, según Rusia, son efectivamente misiles de crucero.
Putin dijo que Rusia no tomará la iniciativa de reiniciar negociaciones de desarme con Estados Unidos. «Esperaremos hasta que nuestros socios hayan madurado lo suficiente para llevar a cabo un diálogo consecuente y de igual a igual con nosotros en este importante asunto».
Y quien podría ser la nueva estrella de la película, China se declaró el sábado «opuesta» a la retirada unilateral de Washington del tratado, e instó a los dos países a un «diálogo constructivo» para evitar «consecuencias negativas».
«China se opone a la retirada de Estados Unidos del tratado, y exhorta a Estados Unidos y Rusia a resolver sus diferendos (…) mediante un diálogo constructivo», indicó Geng Shuang, un portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores.
La observación de AgendAR, desde este rincón del Hemisferio Sur: Estas decisiones de EE.UU. y Rusia no tienen, en principio, relación con los misiles estratégicos, las armas que han clausurado la posibilidad de una guerra total entre Grandes Potencias, en la siniestra lógica de MAD, Mutual Assured Destruction, o Destrucción Mutua Asegurada. Pero hacen más posible el uso de armas nucleares «intermedias» en guerras locales.
A un país mediano, como la Argentina, la posesión de armamento nuclear no le aumenta su seguridad. Al contrario. Pero conservar la capacidad tecnológica de construirlas, y no hacerlo, aumenta el respeto y evita tentaciones ajenas.
A. B. F.