Es un lugar común decir que Argentina puede producir alimentos para 400 millones de personas. Hoy tiene el 15% del comercio mundial de granos y subproductos. Según distintas estimaciones, la producción granaria nacional puede aumentar un 41% para 2026/2027. Esto obliga a mirar hacia Asia, principal cliente actual y futuro de la agroindustria argentina.
Hace largos años que se piensa en el proyecto del Corredor Bioceánico ATACALAR (Atacama, Catamarca, La Rioja), ferroviario y carretero, impulsado fundamentalmente por funcionarios y empresarios riojanos y chilenos. El objetivo es vincular la infraestructura de transporte de la región centro norte de Argentina con los puertos de aguas profundas existentes en la Región de Atacama, en Chile, sobre el Pacífico, para la salida directa de la producción regional hacia destinos asiáticos de manera más rápida y barata. “Sería como un Canal de Panamá seco de Sudamérica”, sostienen los promotores del proyecto, a través de los pasos cordilleranos de Pircas Negras en La Rioja y San Francisco en Catamarca.
La macrorregión ATACALAR es un organismo de integración subnacional transfronteriza que se formó en 1992 entre las provincias de La Rioja, Catamarca y Atacama, pero actualmente está integrada, además, por las provincias de Córdoba, Tucumán, Santiago del Estero, Salta, Entre Ríos y Santa Fe.
Incluye entonces a más de 12 millones de habitantes, 12,5 millones de hectáreas cultivadas y una oferta exportable de US$ 31.465 millones según estiman desde el gobierno riojano.
De acuerdo al ministro de Industria y Planeamiento de La Rioja, Rubén Galleguillo, enviando la mercadería por el Corredor Bioceánico “se produciría un ahorro de un 30% en los costos de flete y logística, sumado a la reducción de 12 días en su traslado” en comparación con la salida de la producción regional a través de los puertos de Rosario o Buenos Aires, “lo que potenciaría la competitividad y la incorporación de productos frescos”.
“La infraestructura en ambos países existe y está en funcionamiento, solo se necesita vincularlas, sin obras especiales ya que las condiciones permiten una interconexión simple, teniendo la misma trocha ferroviaria en ambos países”, sostuvo el secretario de Integración Regional y Cooperación Internacional de La Rioja, Luis María Agost Carreño, “Habría que rehabilitar un tramo de 500 km entre Serrezuela (Córdoba) y Tinogasta (Catamarca); hacer una obra de empalme de 250 km en Argentina entre Tinogasta y Puerto San Francisco; y 170 km en Chile, entre Puerto San Fransico y Potrerillos”, detalló.
En cuanto al sistema carretero, sería necesario mejorar y finalizar la conectividad vial existente en los pasos internacionales de Pircas Negras y de San Francisco, que están vinculados con los puertos de la III Región de Chile, Atacama. “No hacen falta obras especiales ni faraónicas, solo conectarlas”.