90 microsatélites argentinos para observar la Tierra

El cohete Larga Marcha 6 de China que pondrá en órbita a 13 microsatélites de la compañía.

Hace 15 días AgendAR informó que una empresa privada argentina -Satellogic- lanzará este año 90 microsatélites asociada a una corporación china. Aquí acercamos a nuestros lectores la descripción del proyecto:

En el campo o en la ciudad. En la montaña o en el mar. Cualquier superficie es observable desde una altura de 500 kilómetros por un satélite. Hoy también lo es a través de los microsatélites, las nuevas estrellas del espacio que buscan conquistarlo. a bajo costo, sin tener que invertir enormes cantidades de dinero de los aparatos que pesan toneladas y sin tener que gastar en carísimos lanzamientos para posicionarlos en órbita.

Los microsatélites son hoy la novedad en el campo espacial. En el sector agrícola son vitales para el seguimiento de cosechas, el control de irrigación y la detección de la humedad en el suelo. En el ámbito forestal sirven para el conteo de árboles, la estimación de variables biofísicas y hasta el control de producción y clasificación del uso de la tierra.

Los nanosatélites pesan 40 kilos, tienen una altura de 80 centímetros y orbitan a 500 kilómetros de la Tierra

En la montaña, pueden medir la cantidad de agua y la densidad de los hielos. En el mar tienen la capacidad de observar las corrientes marinas y detectar los barcos que realizan pesca ilegal. Y en la ciudad, gracias a su potente resolución, pueden llegar a informar a los conductores de autos directamente en sus celulares, qué lugares hay libres para estacionar. La multiplicidad de usos es tan variada como la imaginación. Y en aprovecharlas se enfoca la empresa argentina Satellogic, fundada en 2010 por su CEO, Emiliano Kargieman.

La compañía se especializa en microsatélites que brindan soluciones que permiten monitorear lo que sucede en cada punto de la Tierra en tiempo real.

«Gracias al desarrollo de Inteligencia Artificial (IA) de vanguardia y de las imágenes –de hasta 1 metro de resolución- que obtiene de su propia red de satélites, la compañía brinda soluciones que permiten acceder a información espacial clave y analizarla para solucionar problemas a tiempo, tomar mejores decisiones y alcanzar los objetivos de producción de una empresa o gobierno. En definitiva, se logra optimizar la toma de decisiones a un valor muy competitivo del mercado», explica Marco Bressan, Chief Solutions Officer de Satellogic.

«Desde su fundación, nuestra empresa se puso el objetivo de democratizar el espacio, mediante la disponibilidad de información estratégica en varios sectores. Hasta hoy los datos eran caros y escasos y la información que se obtenía a partir de ellos era demasiado genérica», agregó Bressan, que indicó que «al unificar la infraestructura para la recolección de datos con inteligencia artificial, se pueden brindar soluciones a bajo costo y a medida».

La empresa hoy cuenta con 120 empleados y oficinas en Buenos Aires, Montevideo, Barcelona, Tel Aviv, San Francisco y Beijing nació diseñando y construyendo nanosatélites. Así fue como surgieron en 2013 los primeros CubeSats o nanosatélites «Capitán Beto» y «Manolito», realizados con tecnología argentina en un desarrollo nacional financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y concebido, diseñado y producido por la empresa en colaboración con INVAP.

Emiliano Kargieman, fundador de la compañía.

En 2016 los satélites «Fresco» y «Batata» diseñados para la observación terrestre se lanzaron el 30 de mayo de 2016 desde China a bordo de un cohete Long March 4B. A bordo de éstos satélites se instalaron, además las cargas útiles comerciales de Satellogic, las placas LabOSat, plataformas utilizadas para ensayar dispositivos electrónicos en ambientes hostiles. Y en junio de 2017, se lanzó el tercer satélite de la constelación comercial Aleph-1, apodado «Milanesat» tras una votación pública.

“Nuestra idea era desde siempre hacer microsatélites. Pero primero probamos los componentes con los nanosatélites y vimos que funcionaban muy bien. Luego, dimos el siguiente paso para crecer”, afirmó el especialista.

Los pequeños satélites tienen 80 centímetros de alto, pesan 40 kilos y orbitan a 500 kilómetros de la Tierra. Están hechos de carbono, fibra de aluminio, lentes y espejos, entre otros elementos. Cuentan con componentes similares a los de una cámara digital y permiten obtener imágenes hiperespectrales de alta resolución.

Además integran paneles solares y cuentan con un sistema de propulsión que les permite cambiar de rumbo, por ejemplo, para evitar algún choque. Su trayecto está monitoreado por radares que siguen la ubicación y, en caso de riesgo de colisión se envía una notificación a la compañía, con varios días de antelación, para que lo evite.

El gran beneficio de estos satélites es que son simples de desarrollar y tienen un costo menor a los tradicionales. Armarlos lleva unas tres semanas, tienen una vida útil de tres años y pasado ese lapso se desintegran en el espacio. Tardan unos 90 minutos en dar la vuelta a la Tierra y en ese viaje retratan todo lo que ocurre en cada rincón del planeta.

Buenos Aires desde el espacio.

USOS POSIBLES
«La información que brindamos permite a las empresas optimizar la gestión forestal a lo largo de todo su ciclo productivo, desde el monitoreo durante los meses posteriores a la plantación contando las plantas que han sobrevivido, el monitoreo de operaciones de podas, raleos y cosecha a partir de imágenes satelitales hasta la realización de inventarios forestales nacionales», indicó Bressan sobre las capacidades que tiene la observación desde el espacio.

Además, un agricultor puede determinar cuándo es el mejor momento para plantar, cosechar o aplicar más fertilizante; una empresa que vende alimentos puede controlar las cadenas de suministros y proveedores a nivel global con el objetivo de optimizar sus recursos y mejorar la producción. Además, se puede analizar el uso de la tierra, cambios en la vegetación, monitoreo de infraestructura y cumplimiento de las regulaciones medioambientales.

La información que la inteligencia artificial de la compañía logra extraer de las imágenes satelitales es muy variada. «Una vez que los datos bajaron de los satélites y se transformaron en imágenes georeferenciadas, utilizamos esa información y la combinamos con otras fuentes como demográfica o meteorológica para brindar la información necesaria o requerida por un cliente», señaló Bresssan.

Así, se consigue detectar por ejemplo cambios –tala de árboles o impacto de granizo–, clasificar coberturas de suelos, diferenciar árboles y cultivos y detectar y contar objetos (vehículos, maquinaria, árboles, etcétera). En el sector petrolero o minero, se puede tener el dato del estado de infraestructura de la empresa y así poder administrar mejor ese yacimiento.

Este y el próximo año Satellogic busca dar un salto importante para liderar el mercado satelital. Gracias a la firma de un acuerdo de servicios para lanzamientos múltiples con la empresa china Great Wall Industry Corporation (CGWIC), busca colocar en el espacio 90 microsatélites.

Un microsatélite.

El primer lanzamiento –planificado para el último cuatrimestre de 2019 en un cohete Long March 6 (LM-6) –, pondrá 13 nuevos dispositivos en órbita. La flota de microsatélites incluidos en el marco de este acuerdo, formará una constelación para la observación de la Tierra que tendrá la capacidad de proporcionar semanalmente imágenes de 1 metro de resolución de todo el planeta, reduciendo drásticamente el costo de los servicios de análisis geoespacial de alta frecuencia.